Fue como recordar lo que no había vivido. En parte sí, porque el Barça fue el único rival grande que martirizó en su primera etapa, pero los primeros 45 minutos de Torres ayer parecieron producto de la inspiración y el recuerdo de alguien que lo había ganado todo antes de 2007; que simplemente era llegar, saltar al Calderón y evocar todo lo vencido allí donde nunca ganó. El Atlético de Madrid salió a morder muy arriba al Barcelona de Alba y Mascherano, como en abril de 2014. Y su mejor jugador, táctica y futbolísticamente, fue el ’19’, quien, a pesar de la derrota, realizó la segunda gran noche en su vuelta.
De la mano de su entrenador, Torres iba a ir a por Mascherano. Como referencia, se alejaría de Piqué, para emparejar asimétricamente a su compañero bajito -Griezmann- con Gerard, el grande, quedando cerca de Arda, mientras Fernando ‘Masche’ sufrió mucho de nuevointentaría sacar provecho de las dificultades tácticas y posicionales de Jordi Alba y Javier Mascherano, los menudos de la zaga culé. Torres se fue a por el ’14’ de manera frontal, buscando separar a su par de la zona central. De espaldas, de frente y por arriba. Su objetivo era Masche. A la primera que el central albiceleste la mandó larga, Siqueira anticipó y Fernando se aprovechó de la lejanía del argentino para dejar impronta de una confianza que duraría toda la primera parte.
Llamó la atención lo enfocado y preciso que estuvo
A partir de ahí, cada posición de Torres era un problema potencial para el Barça, que presentó una organización defensiva, por momentos, difícilmente asimilable. Casi nunca entre los centrales, el espacio entre Alba y Javier era amenazado por el de Fuenlabrada, mientras Raúl García recibía en la mediapunta -algo chocante-. Al Atlético le costó encontrar a Arda pero estaba ganando al Niño, que comenzó a irradiar una energía y un fútbol impropio por lo mostrado en los partidos jugados desde el 5 de enero. De repente dejaba de caer en fuera de juego, como le ocurría en jornadas pasadas; rompía con diagonales hacia la banda izquierda para ser la vía de profundidad alternativa a Griezmann y Siqueira, dejando sin marca a Mascherano y Alba, que vieron como el galo les remataba dos ocasiones en el punto de penalty.
Ganó varios saltos, tiró arrancadas y giros gráciles -se permitió el lujo de sentar a Busquets con un quiebro cuyo gesto técnico era puro trance enterrando su habitual atropello-, presionó con precisión y dejó la sensación de que sigue jugando al fútbol francamente bien. Si este dinamismo tan productivo se traduce, como ayer, en peligro real, Simeone la ha clavado con su fichaje. El Cholo se marchó de la Copa en parte porque imaginó un partido que era imposible, pero puede haber ganado ya a un delantero importante; de los que siempre aparece en partidos de alta cocción. Su mente es así de particular.
Ricardo 29 enero, 2015
Increíble partido de Torres. Esos 45' han sido lo mejores en mucho tiempo -si quitamos su otro partidazo vs el Madrid-.
¿Obrará el Cholo Simeone el milagro impensado y traerá de 'vuelta' a THE KID? Yo lo dudaba pero……