1-LA ETERNA JUVENTUD.
“La mayor desgracia de la juventud actual es ya no pertenecer a ella”, Salvador Dalí.
Perceval ya era un niño fuerte y hábil con el venablo cuando, deambulando por el bosque en busca de alguna presa, se cruzó con un grupo de jinetes enfundados en brillantes arneses. La visión de los guerreros, erguidos con su reluciente armamento sobre caballos majestuosos, impresionó de tal forma al joven cazador que, en su inocencia, los confundió con ángeles venidos del cielo y se arrodilló para rezar ante ellos. Abrumados por el gesto, los extranjeros le sacaron de su error y le explicaron que eran caballeros armados por el Rey Arturo. Saciada en parte su desmedida curiosidad por medio de incontables preguntas, Perceval tomó una resolución: viajaría hasta la corte artúrica para convertirse en un caballero de lustrosa armadura.
En Perceval o El cuento del Grial Chrétien de Troyes idealiza la Europa feudal. En ese contexto era común que, alcanzada la adolescencia, los hijos de las casas nobles se pusieran al servicio de un gran señor aLa adolescencia es una parte muy importante del desarrollo humano modo de escuderos. Los jóvenes contaban de este modo con un modelo al que imitar y eran largamente instruidos en los ambientes y las habilidades propios de la caballería hasta merecer, ya adultos, su propio nombramiento como caballeros. En estos términos el aprendizaje del oficio de caballero -más que una ocupación, un rol en la sociedad- se confundía con el propio desarrollo personal del individuo en el paso crucial entre la infancia y la vida adulta. Esto es algo común en las sociedades humanas, que siempre han contado con procesos de aprendizaje de todo tipo cuya función es la de encauzar de forma satisfactoria los objetivos que la psicología reconoce a una etapa tan importante del desarrollo humano como es la adolescencia: el establecimiento de una conciencia individual y unos principios de convivencia en sociedad.
Rebosante de energía y voluntad, ansiosa de descubrimientos, pico de la exuberancia física del cuerpo humano, la juventud resulta tan fascinante que la mitología tiende a inmortalizarla en forma de figuras heroicas ancladas en una adolescencia perenne que no puede ser otra cosa que la señal de una bendición divina. Estos referentes cautivan a un público que tiende a anhelar, celebrar o extrañar, según sea el caso, esa etapa de la vida en la que, a causa de las enormes capacidades que maneja el individuo, todo parece posible.
La construcción de imágenes de eterna juventud es algo muy habitual en el deporte de élite, una actividad que glorifica como ninguna otra los vigorosos atributos de la lozanía. En este sentido nada mejor que el talento precoz, el gesto risueño, la agilidad en el juego y, en general, el aura vitalista que desprende un futbolista como Neymar, fiel reflejo de las mayores virtudes juveniles aún cuando los años lo alejan, poco a poco, de la más estricta adolescencia. El tiempo tampoco pasa en balde para el jovial Spider-Man pese a que la industria del cómic de superhéroes, tan celosa de sus fórmulas de éxito, aletargue con todo tipo de recursos el natural envejecimiento del más popular de sus paladines. Pero poco importa todo esto a nuestros personajes: libres del yugo del declive, los héroes adolescentes siempre permanecen jóvenes ante los ojos del mundo.
2-LA EDAD DEL PAVO.
“No veo esperanza para el futuro de nuestro pueblo si ha de depender de la frívola juventud de hoy en día, pues no hay duda de que es desconsiderada y alocada como nunca lo había sido. Cuando yo era un muchacho nos enseñaban buenos hábitos y el respeto hacia nuestros padres, pero la juventud de hoy pretende saberlo todo y no acepta que le pongan freno.”, Hesíodo, s. VIII-VII aC.
En verano de 1962 el guionista Stan Lee dio el pistoletazo de salida a una revolución. Hasta entonces no era raro encontrar adolescentes en los cómics de superhéroes, pero estos eran acompañantes del protagonista, un héroe maduro que ejercía de mentor para su inexperto aliado: Batman tenía a Robin, el Capitán América a Bucky y hasta la Antorcha Humana original contaba con Toro, una versión reducida de sí mismo, meros reclamos para facilitar la identificación del joven lector con los personajes de la serie. Stan Lee, que aborrecía ese viejo recurso, decidió convertir al adolescente en un verdadero superhéroe, el protagonista de una cabecera que se convertiría en la más popular de la editorial Marvel: ¡El asombroso Spider-Man!
La adolescencia centra la animadversión de los adultos desde tiempos inmemoriales -hay referencias al respecto en las primeras eras de la escritura humana- a causa de la brecha generacional que se manifiesta entre padres e hijos cuando los segundos emprenden su propio camino hacia la autonomía. Si la juventud impone cierta subversión de las normas establecidas la imagen del héroe juvenil es, en consecuencia, la de un rebelde aún cuando sus actos no manifiesten especial inclinación por el conflicto abierto. Este parece el caso de Neymar, el futbolista a quien se atribuye una representación más genuina de aquello que la sabiduría popular ha llamado, no sin cierta sorna, “la edad del pavo”. Estilismo llamativo, sonrisas petulantes, ambientes juveniles y todo guiño posible a las tendencias más rompedoras del momento conforman el cliché provocador por el que se reconoce a una suerte de estrella pop que de puertas para adentro, según cuentan sus allegados, parece ser “un chico bastante tímido”.
Stan Lee ya había explorado la senda del héroe adolescente con la creación de una nueva Antorcha Humana, un joven superhéroe rebelde e impetuoso que coprotagonizaba las andanzas de los Cuatro FantásticosNeymar madura sin la vigilancia de una figura opresora alrededor entre las reprimendas de su hermana y su cuñado. Sin embargo, el paso decisivo en esta dirección fue la creación del Hombre Araña. Como Perceval, huérfano de padre y autodidacta sobre el terreno, Spider-Man es el protagonista de su propia aventura sin que ningún adulto supervise sus actos. Tampoco el padre de Neymar, tan presente en la carrera del futbolista, parece una figura represora sino más bien todo lo contrario, mostrándose a menudo como un cómplice de los impulsos de su hijo. Como el delantero brasileño, el superhéroe trepamuros muestra los anhelos, las preocupaciones y el estilo de vida de los jóvenes: en los comic-books esta fórmula fue tan exitosa que el propio Stan Lee -y muchos otros, destacando el Invencible de Robert Kirkman entre los casos más recientes- han aprovechado el molde arácnido para dar forma a nuevos superhéroes de inspiración juvenil. Uno de ellos fue Daredevil, que antes de ser rediseñado por completo era un justiciero saltimbanqui que perseguía delincuentes meciéndose entre cables colgantes y ocurrentes chascarrillos.
Porque este es el rasgo más distintivo de Spider-Man en su cruzada por las calles de la Gran Manzana: viva imagen de la juventud encarnada, el Hombre Araña se burla de sus enemigos con toda la insolencia del mundo, como si nada pueda pararle ni nadie sea más listo que él, una estampa similar a la que muestra el fútbol irreverente de Neymar: fuente inagotable de fintas, provocaciones y engaños, las piernas de delantero brasileño tienen su propia forma de burlar rivales, aquella que arranca del espectador una sonrisa cómplice hacia la agitación jactanciosa del joven prodigio.
3-UN GRAN PODER.
“¡Allí estaba el pequeño Neymar, saltando por la grada! Me llamó la atención porque corría como si fuera un lugar llano. Vi que el chico tenía habilidad, agilidad y gran coordinación motora.», Roberto A. Dos Santos, «Betinho».
Un héroe reconocible en sus rasgos más humanos acerca a sus admiradores el sueño de devenir, ellos mismos, algo sobrehumano: ¿cuántos niños vestirán la camiseta de Neymar? ¿qué niño no se ha disfrazado alguna vez de Spider-Man? Jóvenes en su mayoría, por edad o espíritu, sus admiradores intuyen un vínculo entre las transformaciones propias de la pubertad y los poderes adquiridos por su héroe adolescente favorito, una relación que es recíproca: en las numerosas narraciones que se han hecho sobre el origen del Hombre Araña es habitual que los allegados de Peter Parker, alter ego del audaz trepamuros, identifiquen su extraño comportamiento repentino -que se debe en realidad al chocante descubrimiento de sus capacidades arácnidas- con los cambios de humor tan característicos de su edad.
En efecto, la adolescencia comporta la aparición de vello en el cuerpo, pero en el caso de Peter Parker -y a raíz de la picadura de una araña radioactiva- esos pelitos que surgen de sus yemas le permiten adherirse a Neymar JR y Spider-man comparten una agilidad sin duda sobrehumanacualquier superficie. Esta característica, junto al uso de los lanzarredes artificiales que se fabricó él mismo, son los rasgos más evidentes de la iconografía arácnida a la que se encomienda este superhéroe, capacidades que le confieren una movilidad asombrosa que guarda cierto parecido con el juego de Neymar: segundo punta de dinamismo muy talentoso, su mejor rendimiento se relaciona con la libertad para moverse con ligereza por todo el frente de ataque, como danzando entre telas de araña. En proporción a las capacidades de un arácnido el cuerpo de Spider-Man también es más fuerte y ágil y sus sentidos se agudizan y contemplan, incluso, un instinto animal que advierte al trepamuros de cualquier peligro inminente, un ejercicio de precognición que también encuentra su paralelismo en el fútbol del astro brasileño: un elemento clave en el asombroso regate de Neymar es la respuesta de los pies ante el gesto defensivo del adversario, tan rápida que a veces parece anticiparse en el tiempo a la propia amenaza.
Pero si hay una capacidad definitoria del héroe adolescente esta es sin duda la agilidad. Spider-Man es muy fuerte -puede levantar un coche por encima de su cabeza-, Neymar muestra una musculatura privilegiada para la alta competición y Perceval era un joven fornido en su encuentro con los caballeros, pero Chrétien de Troyes subraya de entre todas sus aptitudes el ágil manejo del venablo mientras corre y salta por el bosque, lanzándolo en todas direcciones sin perder precisión ni equilibrio. La agilidad no se considera una cualidad física básica del ser humano, sino un compendio de casi todas las demás y, por lo tanto, el rasgo que mejor ilustra el cenit físico del cuerpo. Cuenta Betinho, antiguo técnico del Santos a quién se atribuye la primera gran advertencia sobre el talento de Neymar, que el chico le impactó al verlo brincar por la grada de un campo de entrenamiento como si corriera por una superficie llana.
La agilidad de unas piernas extraordinariamente elásticas, rápidas y coordinadas sigue definiendo los movimientos del futbolista brasileño del mismo modo que el Hombre Araña que imaginó Stan Lee requería de un dibujante capaz de trazar asombrosas acrobacias sobre el papel. El primer diseño del personaje, a cargo de Jack Kirby, no convenció al guionista, que no reconocía su idea en la figura robusta, de superhéroe clásico, que había concebido el dibujante estrella del momento. Por ello el guionista acudió a los lápices menos conocidos, más ligeros y no menos virtuosos de Steve Ditko, el hombre que regaló a Spider-Man el mejor traje jamás diseñado para un superhéroe, así como un sinfín de movimientos imposibles.
4-UNA GRAN RESPONSABILIDAD.
“Considérame un pararrayos. Soy una vara de metal y los malos son los truenos y los relámpagos. Si quieres atacar la ciudad, tienes que pasar por mí. Es un baile: el bien contra el mal bailan en el cielo, donde nunca se repite el mismo dibujo. Es un lamento atronador, una nube de rabia dirigida a nadie en concreto pero que me atraviesa por igual. Es intentar no caerse cuando los cimientos tiemblan y la mitad de los tornillos de la ciudad se sueltan debajo de ti. Ese soy yo. Firme ante la tormenta.”, Spider-Man.
“Mi padre siempre me dijo que saliese agotado del campo, independientemente de si era un entrenamiento o un partido. Y es lo que hago todos los días”, cuenta Neymar sobre el único indicio de vigilancia paternal atribuido a su padre. El fútbol, como la caballería para Perceval o la justicia para Spider-Man, supone una firme referencia moral para esta estrella juvenil cuya exposición pública muestra otras cosas. Como en el caso de Spider-Man, Neymar oculta un ser distinto bajo su estampa irresponsable: el futbolista brasileño se considera tímido a sí mismo y la prensa ha señalado su postura encorvada y cautelosa lejos de las redes sociales que tanto frecuenta. La misma actitud insegura que firmaría Peter Parker, el adolescente apocado, torpe y sensible que viste la máscara impetuosa del Hombre Araña.
La psicología relaciona el carácter retraído con la ausencia de unos lazos afectivos que supongan un apoyo sólido y a la vez exigente para la formación de una personalidad segura y autónoma, un rasgo habitual en casosDunga, amén de técnico, busca ser un segundo padre para su estrella de abandono u orfandad. Era huérfano de padre Perceval, sobreprotegido por una madre que pretendía aislarlo de la vocación caballeresca que lo arrebataría de sus brazos, y Spider-Man perdió muy pronto a su tío, que lo había criado como un padre junto a su querida tía May tras la pronta desaparición de sus progenitores. Si bien muy presente en la vida de Neymar, el rol de su padre se asemeja poco al de un firme referente paternal hasta el punto que Dunga, nuevo seleccionador brasileño tras el desastre canarinho del pasado verano, intenta llenar ese hueco exteriorizando, desde su llegada al cargo, una estricta vigilancia sobre esta suerte de hijo adoptivo: «Ahora que es el capitán tiene mucha más responsabilidad y estatus en Brasil. Ha respondido bien a esto aunque todavía parece que esté jugando con sus amigos. Todavía queremos verle jugar aún mejor».
Cabe no olvidar que el héroe adolescente presenta capacidades asombrosas dentro de una escala limitada que no enturbia la estrecha identificación del espectador con el avatar de su propia juventud. Ser uno de los mayores talentos del fútbol no quita que Neymar se presente como un futbolista sin ningún don desmedido que lo sitúe por encima de esas leyes que no se aplican por igual, sin ir más lejos, al más poderoso de sus compañeros en el vestuario azulgrana. “Esta es una tarea para Superman”, ha bromeado alguna vez Spider-Man en referencia a la inferioridad tácita de sus poderes frente a los de sus colegas más extraordinarios. El héroe juvenil, como el adolescente, es un ser afligido por aquellos problemas que no alcanza a resolver.
Coherente con el gran poder que maneja, y como siempre le recodó su tío en el gran meme de su vida, la responsabilidad que asume Spider-Man como guardián de Nueva York es enorme y como tal comporta terribles decepciones. Por faltar una vez a su deber justiciero el Hombre Araña perdió a su tío, asesinado por un atracador al que el trepamuros permitió escapar. Años más tarde, ya convencido de su cometido heroico, sería la limitación de sus poderes lo que le impediría rescatar a su amada de las garras de su perverso archinemigo del mismo modo que Neymar se vio apartado, a causa de una inoportuna lesión, de la gran cita del Mundial de Brasil. Ante su propia impotencia desde el banco la terrible derrota de su equipo se convirtió en una lección de vida tan violenta, en términos deportivos, como la que el Duende Verde infligió a Spider-Man ese oscuro verano: el crudo asesinato de Gwen Stacy, un personaje secundario querido e indefenso que lo era todo para Peter Parker, causó enorme impacto entre los lectores de 1972 y todavía hoy se recuerda como uno de los episodios más traumáticos de la historia de un universo Marvel que dejó atrás, de este modo, la inocencia de la infancia.
5-LEY DE VIDA.
“Y él fustiga con la vara la grupa del caballo, el cual parte, sin tropezar, y lo lleva al galope por la gran floresta oscura.”, Crhétien de Troyes, «El cuento del Grial».
Una leyenda de filólogos insinúa que la muerte pudo sorprender al novelista Chrétien de Troyes en la misma mesa de escritura. Cierto o no, el autor murió antes de terminar su Cuento del Grial, la que debía ser la obra culminante de su extraordinario legado literario. La novela nos ha llegado interrumpida, mostrándonos un joven Perceval ya curtido en numerosas pruebas y reveses, al fin listo para cumplir su cometido como verdadero caballero: resolver el misterio del Grial y rescatar, de ese modo, el Reino del Rey Pescador de su tenebrosa decadencia. Atendiendo a la estructura del resto de su obra, esta era sin duda la intención del autor para el tramo final de la novela. Sin embargo, que fuera justamente este texto el que restara inconcluso, el único que hacía hincapié en la juventud del protagonista, es una circunstancia muy sugerente que ha alimentado, desde entonces, la fascinación por la simbología incluida en el relato.
Hoy Neymar ya es parte del FC Barcelona, al que recaló tras cruzar el océano en pos del Rey Arturo, y su aventura todavía parece lejos de una culminación satisfactoria. En paralelo a su gran decepción mundialistaEn el Barça no ostenta todavía el rol de líder que algún día heredará el delantero brasileño se ha integrado en un equipo que se muestra vacilante e imperfecto, muy distinto a los caballeros de brillante armadura a los que confundió con ángeles en la final del Mundial de Clubes de 2011. Incluso a nivel futbolístico su particular tránsito hacia la madurez parece lejos de completarse. En el club catalán Neymar ha gozado pocas veces de su rol favorito: por el contrario, el delantero viene asumiendo tareas constreñidas a la banda izquierda en un equipo que anticipa otras prioridades a esa libertad de movimientos que alimenta la mejor versión del astro brasileño. Escudero en casa de un gran señor tras haber conquistado ya un rol de auténtico líder en el Santos y en la selección brasileña, parece que a Neymar no le ha llegado todavía el momento de completar su camino.
“Me llamo Peter Parker y soy Spider-Man desde que tenia 15 años. ¿Alguna pregunta?” anunció, tras desenmascararse ante la prensa, el héroe más popular del universo Marvel en una secuencia memorable. Enmarcada en un arco argumental que ponía a los superhéroes ante una interesante encrucijada -descubrir su identidad o permanecer en el anonimato y ser perseguidos por la ley-, esta revelación alimentó la imaginación de muchos lectores que visualizaron una auténtica revolución en las aventuras de su personaje favorito. ¡Nada más lejos de la realidad! Como ocurrió muchas otras veces, los autores de la serie encontraron la forma de hacer borrón y cuenta nueva para que el Hombre Araña se reconociera una vez más en su conflictivo anonimato y su carácter juvenil mientras el inexorable paso del tiempo incide lo menos posible en su identidad. Más de cincuenta años después del debut de sus aventuras regulares Spider-Man sigue encarnando el sueño incumplido de un adolescente.
La psicología se sirve del latín puer aeternus o puella aeterna para denominar las circunstancias de aquellos adultos que, pese al terco discurrir de los años, siguen anclados en los esquemas psicológicos propios de la adolescencia, es decir, sin consolidar el establecimiento de un carácter maduro que ponga punto y final a su largo proceso de personalización. Como el Perceval literario, atrapado para siempre en un relato inacabado, los grandes héroes juveniles tienden a perpetuar su condición, temerosos de no reconocerse a sí mismos si finalmente culminan su transformación en adulto, el punto final de un sendero apasionante al que Spider-Man y Neymar entregaron su destino cuando se enfundaron el traje azulgrana.
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hola 27 enero, 2015
Muy buen articulo. Me quedo con esta frase,“Esta es una tarea para Superman”..