Desde que el Atlético de Madrid juega como uno de los mejores suelen observarse dos constantes en sus encuentros contra el Barcelona: Juanfran parece su punto débil defensivo y Neymar crea muchísimo peligro. Hasta el más simple de los análisis puede darnos un porqué, Juanfran es un lateral reconvertido que compite más por su intensidad que por sus conceptos y Neymar es un genio de la improvisación provisto además de uno de los físicos más dominantes del circuito. El duelo aparenta desigualdad se mire como se mire. Y el Barça, encima, la potencia. Sobre todo el de Luis Enrique.
Neymar irrita a Juanfran T.Incluso cuando Messi ejercía de «falso 9″ su tendencia natural era caer hacia su derecha y sus socios favoritos se llamaban Dani y Xavier, motivo por el cual Simeone nunca planteó una colocación simétrica para medirse a los azulgranas. Desde el inicio de las jugadas, la basculación hacia el lado de Leo se percibía con nitidez, propiciando que Neymar recibiese con tiempo y espacio cada vez que lo hacía, y contra una marca, se insiste, que no podía frenarlo. Si en esas situaciones de uno contra uno su ventaja era evidente, más provecho obtuvo aún en aquellas acciones en las que el Barça no le buscaba al pie sino al espacio. Es decir, cuando se la pasaban a la espalda de Juanfran ya fuese en carrera tras esquivar el fuera de juego o entrando en el segundo palo para rematar directamente –así anotó su primer gol oficial como culé-. Si esto era tal cual con Messi de delantero, imaginemos con Messi de extremo. Aunque no hace falta. Basta con revisar lo de hace 10 días.
Las jugadas de Messi y Neymar no se dibujan en una pizarra.
Para el Atlético de Madrid, que depende mucho de su conocimiento sobre el rival, de saber qué va a hacer su adversario en cada jugada, enfrentarse a dos inventores del calibre de Neymar y Messi supone un tormento, pues el partido alcanza una cota de imprevisibilidad que no puede borrar. Es cierto que se trata de una imprevisibilidad basada en acciones individuales, y a menudo aisladas, pero también que, a tenor de lo registrado, esos son los únicos virus que vulneran el cortafuegos de Simeone. Messi y Neymar, por precisión y muy especialmente por imaginación, forman una sociedad que el Atlético solo puede controlar al 100% si el Barcelona como colectivo juega lento, mal y les lastra.
Ahora bien, eso es una cosa -extensible a cualquier rival del Barça- y la primera media hora del 3-1 fue otra. Para más señas, un baño. Y en un deporte tan pensado para resultar igualado, uno de sus equipos referentes, como es el caso de este Atlético, no tiene por qué recibir un baño contra nadie. Si lo hace se debe a que algo habrá hecho mal. En el citado caso, el Atleti mostró una importante carencia de talento defensivo individual, en el sentido de que una vez que su oponente se saltó su esquema, sus hombres se vieron incapaces de reajustar el desequilibrio sobre la marcha para minimizar daños. En cuanto Messi, haciendo de extremo-extremo, regateaba a Gámez, la secuencia que iniciaban los jugadores rojiblancos era muy rara, nadie se movía como debía para frenar lo que se aceleraba, y de ahí la posterior sucesión de errores personales impropios en ellos. Por un lado, pareció claro que la inhabitual variante de juego que mostró Leo les puso nerviosos. Por el otro, se notó que le faltaba su central más fino, frío y analítico.
Abiertos, Messi y Neymar ganan presencia, pero pierden algo…
Hoy sí se espera que Joao Miranda ocupe su lugar en el lado diestro de la pareja de centrales. Y se prevé que tenga serio trabajo, a menos que Simeone se haya sacado algo de la manga para que no sea Godín quien cubra (salga a) la espalda del lateral izquierdo del Atlético cuando éste sea rebasado por Lionel. O sea, que la lógica proyecta que Miranda deberá administrar tanto el remate de Suárez como la posición de su compañero Juanfran, cuidándose de que éste no se cierre en demasía como su tic le impulsa a hacer cuando el contrario penetra por el otro lado, regalando todo el segundo poste. Hasta ahora no ha sido la mejor temporada del brasileño, pero su rendimiento en los días importantes siempre ha sido intachable. Esta noche, defendiendo el lado débil, el contrario al balón, Miranda deberá rendir como uno de los grandes de su posición para que el Barça no traduzca en goles sus mejores rachas de juego, que tenerlas la tendrá, porque Messi y Neymar volverán a regatear entre 10 y 15 veces sin que nadie pueda evitarlo. Es imposible evitar sus regates si juegan tan abiertos. Para competirle, lo que Cholo intentará aprovechar será que esos regates, por darse en banda, serán más inocentes que uno en la frontal, pues deberán pasar más cosas tras los mismos hasta crear el gol. Cosas ante las cuales será clave el central fuerte de la zaga más respetada. Es cierto que así escrito parece que Miranda va al matadero, pero el Atlético lleva tres años ganando títulos porque los mataderos no matan a Miranda.
@RdGarca 21 enero, 2015
Bueno, en favor de Juanfran, hay que decir que cuando Neymar le anota, suele haber un desvio en algún momento de la jugada que lo deja descolocado :p que parece casualidad, pero el desvío ocurre. El año pasado fue así (creo que en la eliminatoria de Champions), y en el segundo partido vi que el Barcelona intentaba darsela a Ney una y otra vez para que se llevara a Juanfran y no pudo.
Que no digo que Neymar necesite de una casualidad o error para meter goles al Atlético, pero si que Juanfran no es una debilidad tan importante/explotable y que el mayor problema del Atlético está precisamente en el lado de Messi. ¿Se sabe cual será el lateral izquierdo?