La igualdad volvió a imperar en el segundo duelo entre Juve y Atlético. Durante las 48 horas previas, Simeone fue dejando guijarros blancos por el camino para no perderse, con el ánimo de echar uno de esos candados de su factoría cuando el rival intimida y él ocupa el banquillo visitante. Allegri sabía que era complicado no ya el 2-0 sino la victoria, así que atacó lo que pudo, lo que quiso o lo que le dejaron, que en ninguna de las tres versiones fue mucho. Al menos del ataque que desborda a este Atlético.
Godín y Giménez, dos fortalezas realmente infranqueables
La idea ofensiva juventina que los rojiblancos han intentado evitar, y en gran medida han logrado en estos 180 minutos de confrontación, es la de impedir que Pogba y Tévez fueran el final de un ataque; que llegaran de cara a puerta en conducción o disparo. Arda templó el inicio juventinoA través de Lichsteiner por fuera y Llorente guardándola, Allegri buscaba que sus dos cracks hicieran la diferencia. En la ida nunca pudieron, y ayer lograron desorganizar en el arranque a los colchoneros hasta que el Cholo fue corrigiendo sobre la marcha. La posición de Raúl García fue de nuevo lo más trascendente en ese costado, por donde Evra, Pogba y Carlitos lograron pequeñas ventajas en forma de tarjetas, faltas para Pirlo al borde del área y saques de esquina siempre botados desde ese costado. El navarro volvió a propiciar inferioridad y desajustes que Juanfran y Gabi intentaban compensar dejando corrientes por los pasillos.
La Juve ganó metros y su rival los perdió pero no se descompuso. Gabi y Mario se alternaban o se sumaban sin miramientos sobre el área para ayudar a achicar las marejadas, si bien fueron Giménez y sobre todo Godín -soberbios los dos, monumental el segundo- los que dejaron a cero a Llorente y Vidal. Aún así, este ejercicio de supervivencia que tan bien asimilan sus jugadores desde hace ya muchos meses no le hizo tilín ni a su entrenador, que sobre el 20′ intercambió a Arda y Raúl de posición. El turco apareció más, dejó abierta la línea de pase a Evra para formar el futbolín y Pogba y Tévez dejaron de tener espacio. Allegri había cambiado a Paul de lado para ver cómo aceptaba el partido su presencia junto al lateral suizo, quien mejor se incorporó por banda. Llamativo fue el mapa de pases -muy horizontales- de Andrea Pirlo, pues apenas pudo idear uno de sus triples al corazón del área ni pudo encontrar a nadie rompiendo.
Pogba y Tévez fueron frenados al final del primer período
En el tramo final de primera parte y resto de partido, los bianconeri no sufrirían ni un sola ocasión más pero su rival había bajado un atacante a línea de medios, con Mario de pivote y Gabi y Koke de interiores. Esta configuración dio todo el espacio del mundo a Pirlo pero anuló por completo a Tévez, siempre rodeado y anticipado por los zagueros. La circulación bajó el ritmo y Giménez y Godín ajustaban con mucho más tiempo y tranquilidad. Tiros lejanos de chileno y francés se estrellaron en alguna de las capas de cemento acumuladas y el partido no tuvo más vuelta de hoja. No hubo ni siquiera cambios.
Pablo 10 diciembre, 2014
En el segundo tiempo digamos que los dos (se) acordaron que el empate tan mal no les venía, no?