El mejor Atleti del curso logró su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones con su partido más dominante, frente a un Olympiakos sin remedios ante el ascendente nivel de progresión del líder del grupo A. En una versión de dominio inédita por la forma esta temporada, los de Simeone dejaron una imagen muy potente. Recuperaron a Gabi, su termómetro, y con ello una altura defensiva que se sostuvo con Arda en banda y Raúl en punta. A ello le sumó una intensidad sostenida y agresiva durante 75-80 minutos y una claridad con la pelota que llegó a representar un arma defensiva más. A Godín ni le nombraron ni se le vio.
Gabi, Juanfran y Arda machacaron por la derecha
Y aunque parezca un detalle sin importancia, que los colchoneros jugaran a tal nivel sin necesitar del uruguayo -cuatro intervenciones defensivas en 90 minutos-, describe bastante bien todo el desarrollo. Lo que se mantuvo, como pilar básico en los arranques de partido, fue su mecanismo de profundidad más eficaz, del que sorprende que todavía ningún rival haya sopesado desactivar de alguna manera. El eje Gabi-Juanfran-Arda, cada uno con su función y tiempos representados al milímetro, volvió a desarbolar todo el entramado defensivo del oponente. No es que los griegos fueran inferiores en número, tampoco el Sevilla (Tremoulinas…), Espanyol, Córdoba, Celta o Éibar, pero sí posicionalmente. La distracción que generan los tres, a la que se suma Tiago si el pivote zurdo rival sale a por Juanfran y abre espacio por dentro, ahora mismo no tiene antídoto.
Principalmente no lo tiene porque el truco resulta muy difícil de contrarrestar: Juanfran Torres y Arda Turan parecen gemelos. Realizan la jugada a muchísima velocidad mental y técnica, Gabi recuperó la confianzala entrenan de lunes a viernes, reciben siempre en el mismo sitio y no levantan la vista ni controlan primero. Así noquearon a Masuaku y a todo el Olympiakos. En un futuro, aquel equipo que decida bascular o ajustar esta jugada, se encontrará que Tiago cambiará de frente hacia los liberados Ansaldi y Griezmann+Koke. De esta manera la orientación de la misma siempre tendrá igual finalidad: potenciar el centro al área, donde espera Mario Mandzukic, el gran beneficiado de que el Atlético la tenga mucho tiempo y en las bandas -62% de posesión rojiblanca, 2º mejor dato 2014-2015-. Sus piernas no tienen motor ni sus pies seda, pero su cabeza tiene gol.
A cada jugada finalizada de esta manera con Turan, Juanfran o Ansaldi poniéndola, y con marcador ya a favor, el Atlético no dejó que Olympiakos saliera por abajo. Colocó siempre a cuatro hombres en la salida helena y el envío de Roberto a Mitroglou nunca fue optimizado. José María Giménez no le defendió de manera ortodoxa; evitó el cuerpo a cuerpo y le buscó por los lados. Pudo costarle caro pero ganó todas las acciones, una por una. Esta vez no hubo repliegue tras ventaja de dos goles. La idea se mantuvo firme, la pelota se recuperaba con facilidad con una tremenda intensidad, que abanderó Gabi (sumó además 96/100 pases) después de varios partidos a muy bajo nivel tras su lesión. Los de Michel apenas podían dar pases en campo contrario y dos internadas en 45′ de Elabdellaoui por derecha fueron su única producción.
Raúl García y Mario Mandzukic agradecen estar y no correr
Junto a Gabi y Mandzukic, el gran beneficiado fue Raúl García, que estuvo muy bien en lo suyo -olfato, prolongaciones por alto- y muy bien en lo que menos destaca: toques en apoyo para escapar de Abidal y dar continuidad a la elaboración. En la segunda parte llegaron otros dos goles por banda derecha -tres de los cuatro llegaron por allí-. Del Olympiakos no estuvieron especialmente bien Roberto ni Botía pero su rival fue francamente superior minuto a minuto.
Abel Rojas 27 noviembre, 2014
El cambio de chip está convirtiendo a Juanfran, para mí el punto débil del año pasado, en un argumento demoledor. Si se juega a meter uno más en vez de a encajar uno menos, sale muy, muy reforzado. No es que sea gran fan del jugador, pero su rendimiento está ahí. Es uno de los laterales del año por ahora.