El Chelsea, sin lograr aún dejar su portería a cero a domicilio en esta Premier, remontó el gol inicial de Emre Can gracias a una cuestión de tiempo. Siendo, sin aparente discusión, el mejor equipo de Inglaterra cuando los partidos resultan indefinidos, su calidad uno por uno y en la suma de todos volvió a resolver un encuentro cada vez más recurrente en el actual Liverpool, solicitante a gritos de algo tan básico y diferencial como que Sturridge regrese para pasársela a Sterling. En la soledad de Raheem se concentra lo poco de los reds como equipo.
Como viene siendo habitual, para que estos partidos resulten propiamente indefinidos, Brendan Rodgers salió con la intención de que Cesc fuera fijado con una marcaCesc es el Xabi de Inglaterra para que el español se alejara del inicio del juego blue. Con Henderson sobre Cesc, y Emre Can, más intermitente, sobre Matic, Oscar y/o Hazard debían recoger lo que Fàbregas habilitara con su lectura de su propia marca. Como los centrales no conducen y Ramires ocupaba el flanco derecho, fue de nuevo el belga el que aglutinó recepciones intermedias para arrancar y cruzar el mediocampo. Con Costa sujetando o rompiendo a la espalda y Can y Henderson sobre los pivotes, Hazard tuvo un par de situaciones cómodas ante Gerrard que ponían en clara desventaja a la línea de cuatro local. Con Sterling y Coutinho en las bandas, mucho efecto no tuvo la presión red.
Con Sterling en banda, la producción global red fue bajísima
En esa primera media hora el juego se igualó en presencia de ambos equipos en campo ajeno en gran parte porque el Chelsea no está presionando bien. Las salidas de balón de la Premier League no son del todo fiables y como sus técnicos prefieren insistir a mezclar, Mourinho opta por presionar y recuperar arriba cuando su jugador más capaz con la pelota es observado de cerca. En un 4-4-1-1 en los tramos más replegados, los blues buscaban arriba el robo con Oscar, Costa, Hazard y Fàbregas. Por ese costado izquierdo comenzó a colarse Sterling, gracias a los desajustes colectivos y a las carencias de Ramires para subrayar aún más un pequeño caos que castigó Can en el primer gol.
Con 1-1, el partido, que a decir verdad apenas estuvo en algún momento sostenido por el Liverpool, se dejó llevar, que diría Andrés Montes. Perdida toda la intensidad y parte del orgullo red de la temporada pasada, Diego Costa -10 goles en nueve partidos- comenzó a caer a las bandas con su equipo viéndolo todo desde atrás. Azpilicueta bailó a Johnson, Rodgers sacó a Allen, Borini y Lambert (…) y Mourinho echó la persiana. Los rojos no van muy bien, y los azules, invictos y con unos números muy potentes en todo tipo de escenarios, tienen más trabajo del que parece en algunos aspectos.
javimgol 9 noviembre, 2014
El Liverpool me dio una sensación muy similar a la del martes: lo hizo bastante mejor de lo que esperaba, y aún así pareció muy lejos del nivel de su rival. Y "solo" falta Sturridge. Que el equipo defienda mal y no cree ocasiones no es culpa de la ausencia del delantero.