Después de consolidar uno de los proyectos más llamativos de Europa en el Red Bull Salzburg, Roger Schmidt cogió el timón de un Bayer Leverkusen que en las últimos temporadas siempre se quedaba a las puertas de dar el salto de competitividad definitivo. Con la misión de lograr este objetivo llega el técnico alemán y, para ello, ha diseñado un equipo con varias de las características que le definen: presión adelantada, fútbol vertical y mucho caudal ofensivo. Un estilo que, de momento, está siendo mejor asimilado por Heung-Min Son, Karim Bellarabi, Hakan Calhanoglu y Stefan Kiessling que por los defensas. De su propuesta, su adaptación y los nombres propios charlamos con Ignacio Archondo.
– «El Bayer Leverkusen de Roger Schmidt» suena bien, ¿no? Hace unos meses tuve la suerte de charlar sobre el equipo alemán con Guillermo Valverde y sobre la labor del técnico en el Red Bull Salzburg con Alberto López, dos proyectos que por separado resultaban muy estimulantes, pero diría que la mezcla ahora resulta incluso más interesante si cabe.
Pues sí. Si bien el Red Bull Salzburg es un proyecto apasionante y el año pasado sin duda fueron mi equipo favorito de la temporada, es verdad que a largo plazo, por las limitaciones de la liga austriaca y tal, quizás todo se le quedaba un poco pequeño a Roger Schmidt. En este sentido el Bayer Leverkusen era una gran oportunidad para su carrera. Una plantilla más que interesante que podía acoplar a su sistema. Tenía otras ofertas, pero creo que tomó la decisión correcta.
– Por situarnos, ¿quién es exactamente Roger Schmidt? ¿Cómo podríamos definirlo como entrenador? ¿Se le podría encuadrar en alguna escuela en concreto? Por lo que le pude seguir, destacaría su gusto por el fútbol ofensivo y la gran intensidad que logró imprimir a su Red Bull Salzburg.
Roger Schmidt era un entrenador totalmente desconocido para la élite hasta que el gran Ralf Rangnick, director deportivo del Red Bull Salzburg, lo eligió para comandar su proyecto. Desde su llegada varios blogs de táctica alemanes se empezaron a hacer eco de sus innovadoras ideas y, visto lo sucedido en el último año y medio, no era para menos. Es un entrenador absolutamente único. Me cuesta encontrar uno parecido. Quizás lo que más destacaría es lo compacto que son sus equipos en el eje horizontal.
Probablemente todos ya hayan visto esas famosas capturas que circulan por Twitter en las que el otro equipo está sacando de banda y es posible ver a todos los jugadores del Leverkusen en un palmo de terreno. En Alemania se habla de una orientación total hacia el balón. Creo que esa es su idea principal y a partir de ahí surgen todos los demás conceptos, como la presión feroz arriba o el ritmo frenético que imprime en todos los lances del juego.
– Podríamos decir entonces que es un técnico con conceptos bundesligueros, ¿no? Y diría que el Bayer también es uno de esos equipos que abandera los rasgos característicos del fútbol alemán.
Bueno, si bien la Bundesliga se caracteriza por su extrema verticalidad, creo que la idea de Roger Schmidt es totalmente única. La mayoría de equipos alemanes se bajan en el repliegue más contragolpe. Es una «Konterliga», como diría Guardiola. Schmidt, en cambio, intenta robar lo más arriba posible. Siempre. De hecho, creo que por ello los primeros partidos del Leverkusen causaron tanto impacto. El equipo no era del todo sólido, pero logró resultados en base a plantear una idea totalmente rompedora con lo que se veía viendo en los últimos años.
– Entrando ya de lleno en lo que estamos viendo del Leverkusen de Schmidt, lo primero que hay que señalar es que el sistema ha cambiado del 4-3-3 que veníamos viendo las últimas temporadas al 4-2-3-1 actual.
Se habla del 4-2-3-1, pero yo lo que he visto es algo muy parecido al 4-2-4 que usaba el Red Bull Salzburg. La diferencia, quizás, esté en que Calhanoglu, al no ser un delantero de formación, tiene más movilidad y es menos vertical que Alan, el delantero que acompañaba a Jonathan Soriano en el anterior equipo de Schmidt. Pero su rol, en muchas fases del juego, es el mismo.
– Puede ser, puede ser. El caso es que el Bayer Leverkusen ha perdido a un centrocampista para ganar una especie de mediapunta en la figura de Hakan Calhanoglu, el ex jugador del Hamburgo. Y ahí, pese a su gran juventud, él está rindiendo muy bien. Tiene libertad gracias al trabajo de los de atrás, tiene talento por fuera con el que unirse y tiene un delantero centro por delante para apoyarse. Como digo, el escenario ideal para que explote su calidad… como así comenzó haciendo en septiembre.
El sistema de Schmidt, por su verticalidad, requiere de mucha precisión en espacios reducidos. El equipo roba arriba y necesita que sus delanteros combinen a toda velocidad mientras ganan metros para terminar la jugada lo más pronto posible. Sólo así pueden evitar que el rival se reorganice y pare el ataque. Ahí Calhanoglu ha encajado a la perfección. Sabe moverse muy bien para recibir los balones que baja Kiessling y encuentra con facilidad las rupturas de los extremos. Pese a ello, creo que puede dar más de si. Cuando se acople por completo al sistema va a marcar verdaderas diferencias.
– Además del cambio de dibujo, diría que el Bayer también ha matizado la forma en la que ataca. Con Sami Hyypia ya era un equipo ofensivo, pero ahora lo es de una forma un tanto diferente. En vez de tanta conducción externa, se apoyan más que nunca en la figura de un Kiessling que, como comentas, está fantástico de espaldas a la portería. A veces parece el eje sobre el que gira el equipo, como pasa en el Shakhtar Donetsk con Luiz Adriano.
Cuando se anunció la contratación de Schmidt yo era muy poco optimista con el futuro de Kiessling. Lo hacía demasiado estático y simple para integrarse en un sistema tan complejo. La verdad es que me ha callado totalmente la boca. En teoría, Stefan ha asumido el rol de Jonathan Soriano: el delantero que tira apoyos todo el partido, recibe y acelera. La diferencia está en que, al ser más alto, Schmidt ha decidido explotar al máximo su poderío en el juego aéreo y la defensa sale constantemente en largo. Todo el juego pasa por él y la verdad es que lo está bordando. Me ha impresionado muchísimo.
– Este cambio en la presión y en la salida de balón también está provocando que Heung-Min Son y Karim Bellarabi, que volvió este año a Leverkusen para sustituir a Sam, tengan una labor más de finalizadores, ¿no? Para entendernos: antes eran parte del escalón intermedio, pero ahora intervienen más arriba.
Es así. Schmidt no quiere ser profundo ni por el carril central ni por los externos, sino por los famosos «espacios intermedios» (halbräume en alemán). En este sentido la labor de los dos extremos es clave. Kiessling y Calhanoglu tiran los apoyos, estiran a la defensa y buscan lo más pronto posible la ruptura de Son y Bellarabi para finalizar. Ya hemos visto varios goles gracias a este movimiento.
– Estamos hablando de estos cuatro nombres porque parece que serán los titulares, pero además este año el Bayer tiene valternativas de calidad en el banquillo. Están Josip Drmic, Julian Brandt, Robbie Kruse…
Yo soy un gran fan de Drmic. Fui a ver un Nürnberg-Bayer Leverkusen en marzo y me dejó una grandísima impresión. Ese día también descubrí a Brandt y tres cuartos de lo mismo. Eso sí, cómo va el cuarteto de arriba dudo que tengan muchos minutos. Ese ataque con Son-Kiessling-Calhanoglu-Bellarabi cada día funciona mejor.
– ¿Qué te parece el centro del campo de dos de Schmidt? Hemos visto varias parejas de Lars Bender, como Castro o Reinartz, que son perfiles diferentes, pero resulta interesante ver cómo se ordenan después de varios años jugando con tres en esa zona.
El sistema de Roger Schmidt es tan peculiar que sin duda todos van a necesitar un proceso de adaptación. Los dos del medio tienen que estar constantemente atentos y ser muy agresivos para tapar todos los espacios que deje la primera linea de presión. En ese sentido creo que Lars Bender es el que menos problemas ha tenido y ya le hemos visto varios partidos destacables. Al resto le ha costado más. El Bayer Leverkusen deja espacios sin cubrir y permite muchas más transiciones ofensivas rivales de las que su entrenador desearía.
– Exactamente. Porque, como has venido adelantando, otra de las marcas personales de Roger Schmidt es la presión. Su Salzburgo hacía una presión desaforada. Increíble. Prácticamente a todo campo, casi individual y con muchísima intensidad. Este Bayer Leverkusen no creo que la haga forma tan extrema, pero sí que van muy arriba. Los cuatro de arriba presionan el primer pase como hacían Alan, Soriano, Mané y Kampl, pero personalmente diría que el centro del campo y la zaga está más atrás y toma menos riesgos. ¿Estás de acuerdo? ¿Es buscado o son los jugadores los que reculan?
Es buscado. Creo que esto se debe a la imperfección que comento al cerrar los espacios detrás de la linea de presión. En los primeros partidos, el Leverkusen presionaba muy arriba, orientaba al rival hacia una banda, pero cuando llegaba la hora de asfixiarlo ahí y robarle el balón siempre había alguien que llegaba tarde y el rival lograba escapar a la trampa. Esto lo vimos claramente en el 3-3 contra el Werder Bremen. A partir de ese momento, Schmidt ha decidido ser más precavido. Los extremos ya no presionan a los centrales como en Salzburg, sino que tapan a los laterales, los laterales a los extremos, etc. La pregunta es si es una medida momentánea mientras perfecciona la presión que el desea o, lo que yo creo, que es que se ha dado cuenta que una propuesta tan alocada es difícil de llevar a cabo en una liga de más nivel como la Bundesliga. En Alemania los jugadores tienen mejor técnica que en Austria y salen de los achiques con más facilidad.
– Y porque Roger tampoco se fía de su línea defensiva, ¿no? El año pasado ya fue uno de los grandes problemas de Hyypia, lo que le impidió realizar un buen papel en Europa, y en lo que va de curso estamos volviendo a ver demasiados fallos. Es verdad que son más individuales que colectivos, pero restan igual. ¿Es una cuestión de inexperiencia?
Ese es el otro problema. Cuando presiona bien, el Leverkusen obliga a sus rivales a tirar balones en largo y creo que ahí las parejas de centrales se han mostrado demasiado poco contundentes. No son pocas las veces que el rival sale en total inferioridad, pero logra plantarse en campo contrario gracias a un error de Toprak o Spahic. Ahí Hinteregger y Ramalho eran mucho más solventes. En los últimos partidos Schmidt ha intentado solucionarlo recorriendo a Jedvaj al centro de la defensa, pero la verdad es que dichos problemas han continuado.
– De todas formas, un sistema defensivo que inicia Bernd Leno y cierra Lars Bender no debería funcionar tan mal. Además, lo que he visto de Jedvaj y de Wendell me ha parecido bastante interesante. No son demasiado sólidos ni seguros, cierto es, pero sí parecen tener más techo que los Toprak, Boenisch…
Ahí Schmidt tiene un problema porque, si bien Jedvaj ha rendido mejor que Spahic o Toprak cuando ha jugado de central, también ha dejado actuaciones espectaculares jugando de lateral. De hecho, creo que es el único de los de atrás que ha asimilado a la perfección el sistema de Schmidt. Cuándo saltar a presionar, cuándo quedarse, cuándo bascular al otro lado, etc.
– ¿Dónde está el margen de crecimiento del Bayer: en ajustar la presión para ganar solidez o en ganar solidez para luego ajustar la presión? ¿Cuál sería el primer paso? Creo que ambos pensamos que en ataque irán mejorando, que todavía ganarán más fluidez y demás, pero Schmidt tiene que cerrar el grifo atrás… y la experiencia nos dice que en Austria, aunque sea otro nivel, lo consiguió sin renunciar al ataque.
Al Red Bull Salzburg yo no lo seguí desde el principio, pero me han dicho que el nivel irreal de su presión recién se alcanzó después de mucho trabajo. El problema del Leverkusen por ahora es muy simple: su achique lateral no es perfecto, por lo que su excesiva basculación sobre los lados termina siendo un defecto más que una virtud. El rival logra salir y encuentra a hombres totalmente solos del otro costado. Como dijimos, el Werder Bremen lo aprovechó a la perfección en el partido que disputaron hace unas semanas situando siempre un delantero en el lado débil. En Austria no es que no intentaran cosas parecidas, sino que el Salzburg presionaba tan bien que siempre robaba el balón o, como mínimo, ensuciaba la jugada lo suficiente como para poder recolocarse sobre el otro costado. Si el Leverkusen logra alcanzar algo parecido, sin duda será un equipo a temer. Pero les va a llevar tiempo. Hasta entonces no va a ser raro seguir viendo errores, como contra el Paderborn el último fin de semana. El proceso va a llevar tiempo.
– Al final, lo que vemos es a un entrenador que llega con muy buen caché y con grandes críticas por su estilo de juego pero que, en vez de copiar su trabajo, está matizándose e introduciendo variantes para adaptarse a lo que tiene. Eso habla muy bien de Roger Schmidt.
Claro. En un principio la idea era muy parecida, pero conforme ha ido conociendo las distintas limitaciones y virtudes de su plantilla, pues ha hecho lo que todo buen entrenador hace: pequeños ajustes. Los balones altos a Kießling, la presión más conservadora… Pese a que los resultados no están siendo los mejores me está dejando muy buenas sensaciones. Tiene las cosas claras.
– Y el Bayer Leverkusen parece un escenario perfecto para seguir creciendo, como decías al principio. Uno se fija en los jugadores que han llegado en verano como Calhanoglou (20 años), Wendell (20) y Drmic (21 años) y ve una apuesta bastante clara que va en la línea de su técnico. Puede ser un proyecto de mucho futuro. De hecho, por todo lo comentado, a mí me sale comparar un poquito al Bayer Leverkusen de Schmidt con el Borussia Dortmund de Klopp. Sólo un poquito, eh.
Sin duda es un proyecto interesante, sí. Habrá que ver cuánto dura, si la directiva tiene paciencia cuando los resultados no se den, los fichajes que haga a continuación, etc. Lo que es seguro es que todos los partidos del Bayer Leverkusen esta temporada van a dar mucho para analizar.
– Te seguiremos para estar al tanto. Un placer tenerte por aquí, Ignacio.
El placer es mío, Quintana. Un gusto colaborar con vosotros.
–
Referencias:
twitter.com/IArchondo
Monopandillero 8 octubre, 2014
Desde el debut en Dortmund, llevo casi tres meses "obsesionado" con Roger Schimdt. No había visto ningún partido de su RB Salzburg hasta entonces, pero después de ese partido en Signal Iduna Park, me busqué sus eliminatorias en la última EL y la exhibición en enero ante el Bayern, además de estar muy al tanto de su Leverkusen. Y es que es imposible que no te transmita algo el estilo de sus equipos. Pasan tantas cosas y a tanta velocidad que ni te das cuenta cuando se acaba el partido. La riqueza de cara al análisis es impresionante.
Por hablar de algo que creo que les está penalizando mucho, más allá de los aspectos defensivos que menciona Ignacio, es el ínfimo porcentaje de cara a portería. Para la cantidad de ocasiones que generan, los goles llegan a no ser suficientes. Ya les costó caro, por ejemplo en la visita a Mónaco. Entiendo que por la velocidad de ejecución es algo hasta normal, sin embargo no deja de ser algo que está ahí.
Respecto al acompañante de Bender en el centro del campo, a mí me ha convencido más el rendimiento de Gonzalo Castro. Creo que su energía y lectura casan más con el estilo. Por otro lado, los delanteros me parecen, de momento, casi insustituibles. Las veces que ha tenido que mover el banquillo debido a la carga de partidos, el nivel del equipo se ha resentido. Supongo que será más falta de adaptación al sistema que de falta de calidad de los teóricos suplentes.
Por cierto, no estoy al tanto de la duración de la lesión de Papadopoulos y veremos en qué nivel regresa, pero si es capaz de rendir como lo hizo hace un par de temporadas, me parece un salto de calidad importante para la defensa. A ver si así, nos permite ver más tiempo a Jedvaj de lateral porque los partidos que ha jugado ahí esta temporada, ha dejado detalles realmente potentes.