Cosmin Contra presumió orgulloso de cómo acabó su Getafe el último derbi, el que perdió por 0-1 contra el Atlético de Madrid. Tras media hora sufriendo inferioridad numérica, los azulones encerraron al campeón y pudieron crear un puñadito de pre-ocasiones. Llegaban al área, digamos. Pero peligro real, poco o nada. Al respecto, Alejandro Arroyo se preguntó en la radio: ¿de verdad había ocurrido algo que no quisieran el Atleti y su entrenador?
A menudo a los espectadores nos queda la falsa sensación de que un equipo ha perdido el control por el mero hecho de que se ha instalado en la parte teóricamente desagradable de este deporte, que, solemos entender, es la defensa estática. Que el grupo que cuenta con Koke, Arda y Griezmann, jugando en superioridad numérica, termine metido en su área ante diez jugadores del Getafe no es fácil de justificar, pero quizás se deba a meros prejuicios. Valorando las virtudes tácticas del Atlético, ¿qué resulta más probable, que diez azulones desborden a 11 atléticos bien posicionados o que dos azulones se la líen a Miranda, Godín y Mario en una contra? Se dice más, ¿qué parece más factible, que el Atleti haga el 0-2 corriendo tras un robo o atacando un repliegue de, pongamos, cuatro defensas y tres centrocampistas locales? Y se remata del todo, ¿cuántos puntos se le han ido a Diego Pablo Simeone por ordenar repliegue contra rivales humildes yendo solo un gol arriba?
Entre el 90 y el 95% de los entrenadores intentan tomar decisiones prácticas que minimicen el riesgo del resultado. Muchos abogan, y no sin razón, que cuanto más cerca del portero propio se esté, más grave e irresoluble será el hipotético fallo; otros, como Mourinho, piensan y actúan como Simeone. Exactamente, en fútbol, ¿cuál sería la Ley del mínimo riesgo? Si es que hay una sola. O si es que hay al menos una.
NJosC 29 octubre, 2014
1) Este tipo de cosas hacen grande al fútbol. Habrá quien diga que tal o cuál fórmula es mejor, pero la realidad nos dice que han surgido equipos campeones con diferentes propuestas/criterios y ha habido equipos ambiciosos que se dejan puntos por sus propuestas/criterios. Creo que si algo tenemos en común quienes frecuentamos Ecos, es que nos vamos dando cuenta que la fórmula que vale es la que se está en capacidad de ejecutar bien.
2) Este aspecto práctico que escapa a entrenadores talentosos me llama mucho la atención. Hay entrenadores que retocando 2 cosas en un nuevo equipo con mala inercia voltean la arepa, y otros que a pesar de tener enorme talento les cuesta hacer a sus equipos arrancar incluso después de 15 jornadas. ¿Qué teoría tienen sobre eso?