El Ciutat de Valencia acogió el duelo entre el líder y el colista pero durante 40 minutos no dio muestra de ello. La versión menos espectacular del Barça de Luis Enrique colmó de fortuna el arriesgado plan de Mendilibar, alargando la vida útil del partido más de lo esperado. El Levante UD, que tras cuatro jornadas todavía no ha marcado ni un gol, miró de cerca y con optimismo a Bravo hasta que Messi, alejadísimo del área, la pisó por primera vez.
Mendi, de nuevo con zaga altaEl inicio quedó marcado por dos decisiones de José Luis. La más constante fue la altura elevada de su línea defensiva. Mendilibar no maneja otro registro que no sea este; todas las defensas que propone parten del principio de achicar hacia el frente para dificultar la circulación de balón del contrario. En este caso, cerró su sistema, regaló las bandas a Alba y Alves -que son los únicos culés que las ocupan– y lo cierto es que logró su objetivo durante muchos minutos. Leo recibía muy atrás -o con por muchos delante- y, cuando un lateral ganaba línea de fondo, la segunda línea culé tardaba en llegar al remate porque estaba por detrás de Leo. Buscando el puntillo, alternó fases directas (e imprecisas) con un ritmo algo más lento que no mejoró el juego. En cualquier caso, llegaba y podía marcar. Era mejor que su rival. Simplemente, el Levante estaba más cómodo y Jesús menos activo de lo que se venía viendo tanto en el propio Levante como en los rivales del Barça.
Neymar fue el principal peligro del Barça mientras hubo partido.
Es más, en ataque también se vio al Levante más profundo o casi, si bien eso tampoco es mucho decir. En cualquier caso, empezó encontrando a Morales en la espalda de Iniesta -que no la de Alba, porque en este sistema la responsabilidad de taponar el carril es del interior- y sacando a Mathieu de posición, y luego aparecieron Víctor y Barral en el centro con cierta regularidad. Demasiada si valoramos que el Levante tenía menos de un 35% de posesión en 11 contra 11.
Dicho esto, aunque retrasado, Messi recibía la pelota y por delante se le estaba moviendo de maravilla Neymar, y eso ante una defensa adelantada de eficacia irregular parecía condenado a acabar en gol. El propio Mascherano minutos antes ya había dejado al brasileño solo contra Jesús. Leo se la puso mejor y Ney aprovechó el fallo del portero, a quien le faltó contundencia, para abrir la lata. El «11» va pareciendo un jugador distinto. Más agresivo, sin perder tiempo, más profundo. Hasta está más ancho, como si hubiera superado la adolescencia. Superada la del encuentro, con el Levante con 10 y el Barça a placer, los cracks se pusieron a tocarla y poco a poco los goles cayeron hasta llegar al 0-5 final. La primera goleada, como a veces pasa, llegó en el día menos brillante.
Aspros 22 septiembre, 2014
Aún no he visto el partido. A juzgar por la crónica, parece que el Barça sólo hizo goles y hasta pareciera que tácticamente no hizo gran cosa, todo lo contrario que Levante. A ver qué tal, en un rato lo veré. Por cierto: Tremendo sitio este y los comentaristas son de 10. Seguid así, chicos de Ecos.