El Paris Saint-Germain de Laurent Blanc, que es más favorito para ganar la Ligue 1 que el Bayern Múnich de Guardiola para ganar la Bundesliga, abrió el campeonato con un empate a dos en el campo del Stade de Reims. Pese a que fue el típico partido que, de desarrollarse del mismo modo, hubiese caído del lado visitante en cuatro de cada cinco intentos, el juego re-patentó las dos carencias de la plantilla parisina: las ultra-dependencias de Ibrahimovic y Matuidi.
Cavani y Lucas no «enganchan»El actual campeón de Francia se basa en la asociación y el pase corto tanto como los referentes en la materia, y ahí las bandas no son más que un recurso para subir la altura de la posesión y crear espacios por dentro. O sea, el centro+remate no es un argumento habitual para el PSG. Por ello, el juego entre líneas, el recibir entre los pivotes y los centrales del rival, es crucial de cara a la creación de ocasiones, lo cual es un problema relativo, puesto que su única pieza capaz de hacerlo con constancia es Ibrahimovic. Quizá ese el motivo por el cual el Paris Saint-Germain se pasea en Francia y decepciona en la Champions. Porque es Zlatan.
Sin Blaise Matuidi, la medular parisina es demasiado estática.
Luego queda el problema del centro del campo, compuesto por un sin fin de jugadores cortados por la misma tijera y por Blaise Matuidi. Ni Motta, ni Verratti, ni Cabaye ni Pastore se mueven entre líneas cuando forman parte de una medular de tres hombres (4-3-3). Ninguno percibe la necesidad o la oportunidad de subir unos metros y desmarcarse a la espalda de su marca teórica. Todos ellos tienden a bajar a pedir la pelota incluso a sus centrales, y, si no hay referencias a las que filtrarles el balón o alguien que empuje el sistema defensivo contrario para que ellos puedan progresar mediante una conducción, la cadena de pases se atasca muy atrás. Anoche, contra el Reims, el PSG creaba peligro cada vez que llegaba a tres cuartos, pero dejó de llegar en cuanto Ibra falló un penalti (lanzó fatal) y se desconcentró un poco.
Si el fútbol fuese salud y el Paris Saint-Germain acudiese al médico, le recetarían al madridista Di María. Seguramente no haya un equipo en toda la élite al que un solo humano le hiciese crecer más.
@VGordoA 9 agosto, 2014
Me ha hecho gracia que según leía el artículo estaba pensando en di María y veo que el último párrafo dice exactamente eso. Desde luego Ángel en un 4-3-3 consigue conectar con la delantera como nadie; si el Madrid lo deja ir puede sufrir los mismos problemas que sufre ahora el PSG, aunque claro, tener en el banco a Isco y James es jugar con dos cartas marcadas en estas partidas de póker.