3-6 iluminaba Goodison Park cuando Everton y Chelsea dejaron de correr. La crónica deportiva de tan espectacular duelo se presta al ritmo y a la emoción, los giros de guion y los sucesos extraordinarios se sucedieron sin parar, y protagonistas sobraron en la historia, con Diego Costa a la cabeza; pero este texto, que no será crónica sino análisis, se centrará en dos detalles tácticos que resultaron de especial interés. Pártase de los siguientes dos principios: el Everton circula la pelota de maravilla y Cesc jugó de mediapunta en un 4-2-3-1 con Ramires y Matic en el doble pivote. Y un dato más: en el minuto tres iban 0-2.
Willian y Eden sudaron muchoDe ahí en adelante, en general el Chelsea fue superior a su notable oponente y cuajó un encuentro muy positivo, si bien su eficacia no fue en la misma en todas las tareas. El contragolpe fue sublime, algo que se le presupone pero que hay que elogiar porque Madrid, Barça y Bayern tienen aun más calidad y transitan peor; y la defensa de los costados, ante los siempre peligrosos laterales de Martínez, rozó la perfección. Willian en la derecha y Hazard en la izquierda sudaron y lastraron al «2» (23) y al «3». En el carril central, en cambio, no se vio la misma solidez. Incluso en el 1-2, materializado por testarazo de Naismith tras centro de Coleman, la errata se produjo en el centro.
Detalle 1: Matic y Ramires se comían bastantes pases verticales.
Matic es a los mediocentros físicos lo que Kroos a los técnicos: lo tiene todo para ser una referencia pero le falta mucha mili porque no tuvo formación de pivote puro y no conoce bien la posición. Matic ha sido más usado como box-to-box que como «5» nato, hasta cuando era el último hombre de la medular se le otorgaban libertades para descolgarse y llegar al área, y en su cabeza está instalado el chip del ida y vuelta. Con y sin balón. Sin balón, donde se le nota es en la protección de su espacio. Matic no le da la importancia que merece al hecho de que le tomen la espalda, así que toma decisiones que la descuidan demasiado. Por ejemplo, intentar robar la pelota 20 metros por delante de su zona teórica. Como físicamente sobresale, muchas veces recupera el terreno perdido y salda la acción con un quite prodigioso, pero la inestabilidad ya fue sembrada, el riesgo existió y el nerviosismo en su sistema defensivo ya se quedó ahí. Si encima le acompaña Ramires, que es igual pero menos bueno en todo, se da lo que dio. Mirallas, Naismith y McGeady recibieron entre líneas más de lo que Mourinho considera aceptable. Bastante más.
Detalle 2: la original salida de balón con el mediapunta al mando.
Con respecto al Chelsea con el balón, que no fue la situación más repetida del partido pero también hubo compases para ello, llamó la atención su modo de salir desde atrás. Con 0-2 desde el comienzo, Ramires en el doble pivote, siendo el otro Matic y teniendo a Diego Costa luchando en la punta, la hoja de ruta más probable se antojaba el juego directo sobre el hispano-brasileño; pero asistimos a un Chelsea que priorizaba la salida en raso mediante un mecanismo curioso: Ramires y Matic se abrían y Cesc bajaba para incrustarse entre ellos. Es decir, lo que suelen hacer los centrales y el mediocentro en el primer escalón; los pivotes y el enganche de Mourinho lo hicieron en el segundo. Y funcionó. A menudo Ramires y Matic salieron en conducción por carril limpio y otras veces era Cesc quien recibía desmarcado y conectaba con Willian, Hazard o Costa. Porque claro, ni Barry ni McCarthy, los tapones del Everton, se atrevían a perseguir a Cesc y abandonar al otro a su suerte en su zona asignada, porque si el Chelsea detecta un espacio vacío, corre, aunque el inicio de la jugada sea un saque de puerta de Courtois.
Es pronto y sufre en varios menesteres, pero este Chelsea 2014/15 pinta muy bien.
@yefovar 31 agosto, 2014
Mourinho, Cesc, Costa y lo que ellos quieran hacer de la Premier