Habla Italia el día que se juega el pase a octavos de la última Copa del Mundo de su jugador franquicia: “Una vez me dijiste que no eras un héroe. En ocasiones no creía ni que fueras humano, pero déjame que te diga que no he conocido mejor persona y nadie me convencerá jamás de que mentiste. Estaba muy solo… y te debo mucho (…). Una cosa más. Espero que no estés muerto. Detén esto. Páralo”. Como los lectores de la época, como la legendaria Londres coetánea de Sir Arthur Conan Doyle, la selección italiana, y por ende toda la nación transalpina, se agarra al futbolista que capitaliza y define el sistema de Cesare Prandelli. Andrea Pirlo ha de resolver de alguna manera el problema final, el posible último relato.
Luis Suárez es mal enemigo si se gestiona mal la posesión
No pueden quedar dos. Y ambos están hechos para la Copa del Mundo. El Moriarty charrúa no es otro que la punta de lanza que intentará llevar a Pirlo y a la nazionalePirlo es todo en esta Azzurra a las cataratas de Reichenbach, como el abismo en forma de área consecuente con la pérdida de balón que martiriza a la bota a horas del desenlace. Italia es Andrea Pirlo; en toda su extensión. Se le rodea para que posea. Se le protege para que aguante hasta el final. Pero de su equilibrio depende que Luis Suárez no castigue como el torrente que lleve a Prandelli al vacío. En su relato corto Nº56, Conan Doyle narra cómo James Moriarty y Sherlock Holmes caen por el precipicio del río Aar en el que se cree que ambos mueren irremediablemente.
Se anuncia como prácticamente segura la presencia del 3-5-2 en los italianos, como respuesta precavida a este desenlace literario que resulte vérselas al borde de la catarata. Un empate da el pase a la selección europea, que dispondrá de un nuevo dibujo para mostrar más profundidad y más hombres por detrás de su líder. En virtud de sus socios más cercanos y del segundo punta que acompañe en tal caso a Mario Balotelli, los pases de Pirlo tendrán diferentes connotaciones ante el entramado sudamericano, que no necesita de continuidad y producción ofensiva para despeñarse hacia Gianluigi.
Prandelli optaría por un 3-5-2 que le de seguridad y profundidad
Es por todo ello que la Copa del Mundo de Brasil aguarda la narrativa más dramática hasta la fecha. Uruguay jugándose la vida es un desafío que atemoriza a cualquiera; la sombra que perseguirá a Pirlo, al que casualmente ni Inglaterra ni Costa Rica han fijado marca individual, como sucede por costumbre en el Calcio. El maestro Tabárez es fiel al 4-4-2 pero ya adelantó a Lodeiro coronando un rombo y dispone de Edinson Cavani, el gran y sacrificado ayudante de Moriarty, quien dejó 90 minutos ante los británicos de los que conmueven, como toda la celeste cuando prueba sus límites. Es un partido donde se pasa página; donde se cierra el paso. El éxito de uno conlleva el fracaso de su enemigo. Reichenbach en el Arena das Dunas de Natal.
Lucho 24 junio, 2014
Una épica más de Uruguay, lo veo difícil, el escenario sería distinto si ambos dependieran del triunfo, una pena por Uruguay, su primer partido era la final y fallaron… Ahora tengo más "preocupación" por Ecuador XD
Ojalá y ambos clasifiquen