Apuntaban varios expertos que la pareja de laterales de Suiza era la más poderosa del Mundial si ponderábamos calidad y momento de forma. Por otro lado, todos sabíamos que los extremos de Ecuador, Valencia y Montero, serían los hombres a seguir en el combinado tricolor. Los ojos se abrían e iban hacia las bandas. En principio, el primer duelo del parejo grupo E se decidiría sobre ellas.
El primer pase era un marrónPues pronto supimos que no. Las bandas resolverían, sí, pero sería en el centro donde se decantaría el dominio, y ambos iban a encontrar problemas en esa zona. Ecuador optaba por la vía rápida y proponía un (impreciso) juego más directo hacia la cabeza de Caicedo; mientras que Suiza echaba en falta más calidad en su bien intencionado circuito de salida. Lichtsteiner y Rodríguez, sus famosos laterales, no participaban del mismo, sino que directamente subían al ataque, recayendo así el peso sobre sus toscos centrales -sin Schär- y grises pivotes -sin Xhaka, que era el «10»-. O sea, ninguno de los dos ataques resultaba continuo.
Shaqiri como mediapunta pasó a dominar el encuentro en el 2º T.
Tras el 0-1 de Ecuador, los americanos retrasaron líneas y dejaron en paz a Djorou, Von Bergen, Behrami e Inler. La medida favoreció a ambos, extrañamente. De un lado, los suizos escurrieron la frustración que sentían en sus primeros pases y se instalaron en campo rival, que era lo que querían, pero del otro, Ecuador se mostró sólida en su frontal y apenas recibió peligro. Además, Jefferson Montero amenazaba al contragolpe con servir o marcar el definitivo 0-2. Dicha dinámica solo cambió en el segundo periodo, cuando Hitzfeld le dio a Shaqiri el valor que éste le estaba pidiendo y lo puso como enganche detrás de Drmic. La actuación de Xherdan fue potente. Imprecisa pero potente. Las pidió todas, se echó el equipo a la espalda en su debut en una Copa del Mundo contra una Ecuador que casi ejercía de local. En el minuto 70, cuando Suiza se vino abajo en lo físico y los del centro del mundo demostraron que estar habituados a jugar a más de 2.500 metros por encima del nivel del mar es bastante útil, el cuadro cambió. Se entusiasmaron tanto que se volcaron a por el 1-2 y permitieron a Behrami dibujar la jugada más épica de lo que va de Copa del Mundo. 2-1. Ecuador tiene un problema.
Roman 16 junio, 2014
Espero que Drmic no tenga más minutos, es algo fallón, en cuanto a Ecuador, todo se pone difícil, yo que Arroyo no podría dormir más, el empate sonaba mejor, más aún teniendo en el horizonte a una Francia entonada.