Si fuese una poesía no contaríamos la verdad, pero tratándose de un análisis que pretende ser riguroso no puede esconderse que cualquier medio de calidad hubiese hecho lo mismo. El 4-2-4 inglés había vendido algo barata la exhibición. Ahora bien, el cómo comió aparte. Fueron las formas las que distanciaron a Pirlo de lo que hubieran sido Alonso, Kroos o el propio Gerrard en su lugar. Andrea sacó a pasear todo su arte y convirtió el primer tiempo en un cuarto de los recuerdos desde el que vimos pasar como un rayo la magia de su carrera. Hizo disfrutar tanto al fan neutro que no cabe calificar como injusta la derrota del mejor hombre sobre la cancha: Raheem Sterling.
Inglaterra no defendió bienInglaterra mola pero es arriesgada. Al fin y al cabo, suma cuatro delanteros, porque puntas son Sterling, Rooney, Welbeck y Sturridge, y Henderson y Gerrard, lo único que deja en el centro del campo, sufren desamparo. Italia lo leyó y se lo cobró. Si los británicos situaron a dos en su medular, los azzurros pusieron a cinco: De Rossi de mediocentro nato, Verrati y Pirlo de interiores (mamma mia) y Candreva y Marchisio como mediapuntas. El triángulo movía el balón a placer ante una oposición falsa o inexistente, atraía a uno de los dos cincos del Liverpool y habilitaba a Marchisio o Candreva a la espalda del mismo. Una y otra vez así, con más gracia a medida que pasaban los minutos. Al ser Cahill y Jagielka centrales cueveros, no rectificaban la situación porque defendían lejos de su doble pivote, y se armaba un lío gordo. Inglaterra, que no tenía el balón, debió adaptarse a las características de sus defensas y juntarse más atrás. Su éxito futuro residirá en ese ajuste. Centrales y mediocentros no deben continuar tan distanciados.
La profundidad de Darmian fue el gran peligro ofensivo italiano.
En cualquier caso, aunque Italia ganaba altura con facilidad, crear verdadero peligro le costaba más trabajo. Digamos que la ausencia de un heredero de Baggio no pasó desapercibida. Meritoriamente, eso sí, la Selección acabó descubriendo sobre la marcha otra grieta en los de Hodgson y le sacaron partido: Rooney, extremo izquierdo, no bajaba. Darmian, el lateral derecho latino, fue un cohete por la banda y multiplicó el partidazo que se estaba marcando Candreva. El modesto dúo de la diestra de Prandelli sí estaba desbordando a Inglaterra. Ahí estaba el negocio.
Welbeck corrió contra DarmianHodgson, sin embargo, no tenía motivos para desesperarse. Su apuesta radicaba en el juego de sus atacantes y sus atacantes, incluso en la derrota, jugaron el encuentro más impactante de lo que va de Mundial en un frente ofensivo. La superioridad individual de Sterling (mediapunta), Rooney (izquierda) y Sturridge (centro-derecha) sobre sus pares fue holgadísima, no hubo ni un segundo sin sensación de peligro inglés, así que sujetando el tema de Darmian, se intuía que la ventaja sería de ellos. Por eso el segundo tiempo empezó con una novedad: Wayne a la derecha y Welbeck a la izquierda, para perseguir a la bala. Pese a que el 1-2 de Balotelli se originó en la sociedad Darmian-Candreva otra vez, Hodgson ofreció estabilidad a los suyos con el cambio. Inglaterra fue mejor que Italia en el segundo periodo. Sobre todo al principio.
Hodgson detuvo a Inglaterra poniendo a Sterling en la derecha.
Tras el citado 1-2 Prandelli retrasó a su equipo. Motta por Verratti y 25 metros para atrás. Pelota para Gerrard. En dicha franja temporal lo que se confirmó es que Sterling será una superestrella, lo cual ya se sabía. De hecho, probablemente ya lo es, pero como no ha jugado la Champions no tenemos consciencia de ello. O quizá lo que nos falta es valor para afirmarlo al carecer de la prueba definitiva. El caso es que ante una Italia cerrada el mediapunta Sterling siguió desbordando como si jugase solo. Sus controles son perfectos, sus giros son fluidos, sus decisiones son puras, sus pases siempre dejan ventajas. En serio, es una locura de futbolista, un tipo llamado a entrar en el grupo de los mejores, una verdadera arma de destrucción masiva que oscureció la actuación del notable Rooney y del sobresaliente Stu. El único que lo paró fue su entrenador. Probablemente seducido por el pasotismo defensivo de Pirlo -interior izquierdo-, desplazó a su mejor hombre hacia el extremo derecho para que matase por allí, y fue un error claro. Sterling persistía en el desequilibrio, pero desde aquel lado, cuando salía de los regates tenía que centrar, y su centro no iguala la calidad de sus pases interiores. Sin el gesto definitivo de Raheem y con el cansancio que todos los equipos del Mundial sufren a partir del 70 -estamos viviendo un Mundial extraordinario pero cuyos partidos se acaban a 20 minutos del final-, la victoria italiana prevaleció. El concierto-exposición-auto-retrato de Andrea Pirlo se lo había merecido.
Enrique 15 junio, 2014
La verdad es que sí, estamos viviendo un mundial muy bueno en los pocos partidos que llevamos, que dure!