La historia del fútbol de selecciones se escribe tal y como se han venido desarrollando los duelos mundialistas entre Estados Unidos y Ghana: un escenario que los ponga en un pedestal a la vista de todos; la repetición que da pie a sentimientos de rivalidad y cuentas por saldar; y un carisma que cautive los recuerdos y active la nostalgia una vez se acabe el torneo. Por tercera vez consecutiva, ghaneses y estadounidenses se cruzaron en una Copa del Mundo y es posible que, al cumplirse las tres condiciones dadas, se trate ya de una de las rivalidades que han creado los campeonatos mundiales del siglo XXI.
Si Klinsmann tenía un plan distinto a lo que vimos durante los noventa y cuatro minutos finales del partido es difícil de saber. No habían pasado treinta segundos cuando Clint Dempsey barrió la defensa africana a pura gambeta yBradley, entre centrales para salir jugando abrió el marcador con un sutil disparo. A partir de ahí, Estados Unidos se entregó a Michael Bradley. En el inicio de la jugada, los norteamericanos se ubicaban en un 3-3-3-1 con Bradley incrustándose entre los centrales, mientras estos se abrían y los laterales volaban. La globalizada salida lavolpiana llegó al fútbol yankee en 2014 y, como le pasó a muchos otros que la implementaron, suscitó riesgos que salvaba el mediocampista del Toronto gracias a su finísima técnica. Una vez Bradley ponía el balón lejos de su portería, Estados Unidos se asentaba un 4-4-2 en que él mismo volaba hasta casi llegar de mediapunta para luego, en transición defensiva, ubicarse en doble pivote con Kyle Beckerman al lado. El sistema duró poco pues Ghana ganó terreno en el campo desde la espalda de Beasley y Bradley perdió fuelle, decidiendo Klinsmann mantener un 4-4-2 más rígido.
Ghana sigue exhibiendo el mismo estilo que mostró en Sudáfrica.
Entre tanto Ghana se asentó en el partido. Hace cuatro años las ‘Estrellas Negras’ fueron el equipo más alegre y carismático de Sudáfrica con un 4-1-4-1 que gozaba del fenomenal Anthony Annan, más estrella fugaz que otra cosa, de mediocentro. Delante de el ex-jugador del Osasuna se ubicaban cuatro mediapuntas de gran poderío individual y hacían de Ghana la potencia ofensiva que fue. Este año ha cambiado muchos nombres, pero la identidad sigue ahí. Los dirigidos por Kwesi Appiah son un colectivo arriesgado, con tendencia a la precipitación y el desorden, pero que encuentra sentido precisamente en ello para dar rienda suelta al fútbol de sus jugadores, que se mueven entre esas aguas con la misma naturalidad que Peter Pan en Neverland. Los niños de Ghana, que lo son más allá de la edad por su espíritu, miraron el marcador con valentía y se pusieron las botas. Encontraron en la recepción de Christian Atsu un punto de apoyo sobre el cual girar y vivir en campo contrario haciendo lo que más disfrutan: atacar.
El segundo tiempo de Asamoah Gyan bien mereció el empate.
La sensación de que el gol africano estaba al caer fue sempiterna, aunque mucho más intensa mientras se mantuvo la debilidad táctica manifiesta de Estados Unidos en su banda izquierda. Klinsmann ajustó y cambió el dos contra uno de Atsu y Opare contra su lateral por un tres contra dos con la presencia de Jermaine Jones y Kyle Beckerman en la zona. El joven futbolista del Vitesse siguió sumando, pero no volvió a tener el espacio para ser punzante. Ghana que asustaba desde allí tuvo que buscar otras vías de acceso al área. En la segunda parte entraría Kevin Prince Boateng para cargar el área y ayudar al titánico Asamoha Gyan a generar situaciones de remate para los suyos. El objetivo táctico se logró, pero el gran defecto del equipo en los dos mundiales anteriores asomó. La falta de ‘punch’, quizá producto de la naturaleza de su fútbol, los condenó. Aunque encontraron el empate, la inocencia de su zaga dio oportunidad al gol de la victoria americana a pocos minutos de terminar el partido. Estados Unidos encontró revancha después de las derrotas de 2006 y 2010; Ghana, a pesar de perder, confirmó la dinámica de los últimos diez años; y el aficionado ganó para siempre una rivalidad preciosa en torneos de selecciones.
Miguel Ángel 17 junio, 2014
Para mi, sin duda, ha sido uno de los partidos más entretenidos de lo que va de campeonato.
Me gustó mucho el contraste entre los dos equipos y lo que aquello generó.
Por un lado, USA con una seriedad y disciplina que parecían unos Marines. Eso se notó desde el saludo entre capitanes al inicio, pasando por el sacrificio constante de sus laterales (subían y bajaban endiablados a cubrir espacios siempre), hasta el final cuando encerrados en su campo igual intentaban contraataques a pesar del agotamiento. Sí siento que el equipo está algo falto de talento en el medio del campo y que el juego, como dicen, pudo haber sido otro de no conseguir ese gol mientras Ghana estaba todavía en el vestuario.
Luego Ghana, que fue una fiesta brutal en lo anímico, reflejado en su constante ataque. Si estos, con un Gyan tan tremendo, habrían estado un poco más acertados de cara a portería, pero digo apenas un poco… Pues creó que estaríamos hablando de un equipo muy fuerte. Creatividad en el ataque, participación y entrega de todos, un centro del campo agresivo que robaba balones por doquier (a excepción del primer gol de USA). Ghana me recordó aquel artículo donde hablaban del carácter guerrero/superviviente de los jugadores africanos. Creo que fue uno sobre Eto'o??
En fin, valió la pena quedarse despierto hasta tarde. Si me preocupa que EEUU se le hayan fundido algunos jugadores tan rápidamente (parece una constante en este mundial), y que con un grupo tan complicado, uno de los dos o los dos equipos se tengan que marchar pronto.
Por ciento, vieron los gestos de Gyan cada vez que el árbitro pitaba algo en su contra? Hasta aquello era entretenido (todo un contraste con Dempsey, que cada vez lo veía estaba más ensangrentado y serio).
Gracias por el análisis. Estupendo.