El fútbol tiene una ascendencia literaria muy potente y si la Copa del Mundo fuese un escritor, seguramente recibiría el Premio Nobel sin discusión alguna. Ningún otro torneo tiene la facilidad para crear historias inolvidables y personajes de leyenda. Sólo el Mundial tiene el poder y la facilidad para que niños, hombres y viejos llenen de tinta imborrable la memoria colectiva. Sólo las características particulares de su escenario permiten lo que ayer vimos hacer a Juan Fernando Quintero y Mario Alberto Yepes.
En la previa Pekerman no escatimó tiempo para hablar sobre la importancia de que Colombia mantuviera el fútbol que los clasificó, casiLa Roca vs Yaya, marca a hombre como apaciguando las críticas que hubo en el debut. Por su parte, el entrenador de Costa de Marfil, Sabri Lamouchi, llenó de elogios a los cafeteros, casi que pidiendo que estos tomaran la iniciativa y protagonismo del partido. Una vez rodó el balón lo cierto es que fue Colombia quien matizó su juego para adaptarse a su rival. El 4-2-2-2 que empezó ante Grecia fue sustituido por un 4-2-3-1 que tenía como razón de ser la de enfrentar a Victor Ibarbo, en labores defensivas, contra el potentísimo lateral derecho de los africanos. Además, el entrenador colombiano dictó un marcaje al hombre de Carlos Sánchez sobre Yaya Touré. Ambas decisiones terminaron siendo positivas para los sudamericanos, que ganaron consistencia defensiva y dejaron prácticamente en cero tanto a Serge Aurier como al mediapunta del Manchester City, hasta el punto de que Touré tuvo que retrasar su posición para tener contacto con el cuero y que el lateral del Toulouse sólo logró centrar el balón dos veces.
Aurier terminó siendo el sistema ofensivo marfileño en el 2º T.
El peaje que había pagado Colombia era la inoperancia ofensiva de Ibarbo y la desconexión de James con el resto de sus compañeros.Quintero causó gran impacto Pekerman, que siempre va por la victoria, leyó esto y envió a su futbolista más genial al campo. Quintero entró en el minuto 52′ y de ahí hasta el minuto 70′, el menudo mediocampista colombiano se adueñó del cuero y el partido. Su técnica ilimitada y su gran personalidad crearon ocasiones que antes no estaban y llegó incluso a marcar el 2-0. El descuento marfileño fue casi inmediato y eso generó una situación en la que Pekerman debía hilar muy fino. La salida de Ibarbo abrió un boquete para que Aurier subiese sin complicaciones y durante esos veinte minutos el niño de Costa de Marfil dominó el partido. Estaba claro que Colombia tenía que reforzar su defensa y la elección del seleccionador argentino fue la de introducir piernas frescas al doble pivote: aceptó la superioridad táctica del contrario y decidió defender el área y sus alrededores con todo lo que tenía, manteniendo en el campo a cuatro atacantes en caso de que los de Lamouchi lograran el empate.
En esos últimos minutos fue Mario Yepes el que se erigió como tótem de Colombia. A sus 38 años y cien partidos internacionales, el central del Atalanta controló su área y a Drogba, leyenda viviente del fútbol, con una intensidad, una precisión y una enjundia emocionantes. Aunque Aurier la centraba siempre, Yepes rechazaba la pelota y cortaba los centros de medio gol que lanzaba el lateral. Colombia ganó firmando su mejor actuación histórica en mundiales y eso se lo debe al viejo y el niño, a Yepes y Quintero.
Abel Rojas 20 junio, 2014
Lanzo pregunta general para todo el mundo. Ayer la debatimos en 38 Ecos y me gustaría saber la opinión de todos:
¿Está siendo el Mundial de James como para haberle dado el MVP en los dos partidos y que esté en la lista de candidatos al MVP final del torneo?
A mí es que me está decepcionando ^^ Si no llega a marcar los dos goles, ¿qué queda? En la primera jornada no apareció hasta que Grecia se rompió, y ayer… pues tuvo que entrar el niño para unir lo de atrás con lo de delante…