Carlos Queiroz controló un envite de la Copa del Mundo a partir de tres futbolistas semi desconocidos contra la Argentina de Sabella y Messi. Los tres héroes en cuestión fueron Andranik Teymourian, Reza Ghoochanneijhad y, sobre todo, Ashkan Dejagah; el pivote derecho, el delantero centro y el extremo izquierdo de un (en la práctica) 4-5-1 que obligó a Romero a ser el salvador de la Patria y, a Leo, a gastar el segundo de sus milagros para vencer por 1-0 en el 92.
Messi y Di María, ¡13 regates!El nivel albiceleste, lejos de crecer con respecto a lo visto ante los bosnios, menguó. Empezó el ya denominado «Once de Messi», el 4-3-1-2 con Gago de interior derecho e Higuaín en la punta del ataque, acogiéndose a esa sub-variante que desplaza al «10» ligeramente a la derecha, al Kun un poquito a la izquierda y que deja a Gonzalo de ariete puro. Se intuyó que la idea fue abrir el campo en el origen de las jugadas para crear espacios por dentro, algo que Argentina necesita como agua de mayo porque su fútbol se reduce a solo dos acciones y ambas dependen de ello: el eslalon de Messi y el eslalon de Di María. No hay ataque válido en los de Sabella que no arranque con uno de esos dos principios. Y para la Irán de Queiroz, aquéllo pareció ser pan roído. Es que ni sufrió.
Dejagah desbordó a Gago por intensidad y lo mareó por pausa.
Algo falla en el sistema argentino si su necesidad es que el encuentro se asemeje a un ida y vuelta y Fernando Gago toca la pelota 121 veces en 90 minutos. Completó 106 pases, y alguno de ellos convencería a Messi, y por eso dice que le gusta jugar a su lado, pero el efecto habitual es que las jugadas se ralenticen hasta la parálisis y que haya que comenzar otra vez. Gago es el recurso literario que Leo usa para auto-engañarse y pensar que no necesita que bajar hasta el círculo a recibir; pero sí tiene que hacerlo si quiere recibir en condiciones. Dejagah, que ocupaba ese sector, se fajó en defensa, rompió su nexo y descuartizó a Gago en la transición defensa-ataque de los islámicos. Recordó a Arda en un día inspirado pero más rápido.
Marcos Rojo sí estuvo muy bienComo lo que ocurría en la derecha era muy espeso, cuando el balón llegaba a la izquierda estaba manchado por no decir herido, y ahí emergió Teymourian. Hubo una secuencia en la que ganó tres balones divididos de manera consecutiva y luego forzó una falta. Vaya Mundial se está marcando el medio de la coletita corta. Sabella desistió de lo de abrir el campo y en el segundo tiempo cerró tanto a Leo como al Kun, pasando a un 4-3-1-2 simétrico y sin matices. Marcos Rojo, el mejor futbolista de campo de Argentina en la noche de ayer, creció con esa disposición ganando línea de fondo y metiendo buenos centros. Así, el balón se repartió, e Irán se animó y pasó al ataque. «Gucci» (86% de acierto en el pase pese a no tener ningún compañero cerca) y Masoud fueron diablos y Sabella tuvo que hacer cambios porque aquéllo ya resultaba excesivo.
Lavezzi mejoró a Argentina y la devolvió a la mitad de campo iraní.
Entraron Lavezzi y Palacio por Higuaín y el Kun Agüero, y se sintieron para bien. Sobre todo Lavezzi, que se erigió como un tercer generador de juego ofensivo gracias a sus regates. ¿Fue suficiente para vencer? No. Argentina ganó posición y dominio, pero no creó apenas peligro. Ocurrió que Lioenl Messi, que había completado hasta entonces un partido resignadamente malo, se dio cuenta de que el empate era más problemático de lo que podía parecer y utilizó su segunda creación. ¿Llegaría a Brasil con siete? Viendo a Argentina, y aunque ninguna de sus rivales esté tampoco para tirar cohetes, da la impresión de que sería la única manera. A Argentina le cuesta mucho ser mejor que sus oponentes. Y luego está lo de Gago. Lo de Gago es muy, muy serio.
javimgol 22 junio, 2014
El partido de Irán fue extraordinario. No solo defendieron como leones, sino que llegaron con frecuencia. El mejor de Argentina ayer fue Romero.
Bien descrito lo de Messi: su partido fue nefasto hasta su soberbio gol. Lo que pasa es que no creo que él sea tan culpable: tenía que recibir muy muy atrás. Tampoco me gustó el partido de Di María, aunque en su caso creo que fue más determinante el acierto iraní que le cerraba siempre que se incorporaba. Kun, Higuaín…pues muy flojos, sí. Nada nuevo bajo el Sol.
Y sí, como bien dice el artículo, muy bien Rojo. Pero tan preocupante es lo de Gago como que Rojo sea mejor hombre viendo un seleccionado como el argentino.