Emery sabía que era posible. El resultado de la ida, la vuelta en casa, la buena dinámica liguera, las ausencias de los dos hombres más importantes del rival. Si el equipo flexionaba el ánimo, iba a procurarse oportunidades. La perfecta disposición mental y los sensacionales ajustes de su entrenador dieron al Sevilla el dominio absoluto del encuentro. Sobre todo porque el Porto estaba futbolísticamente desamparado. Y Unai lo vio con ojos de rapaz y colmillo de lobo. En los primeros veinte minutos, la explicación. La razón por la que hoy Sevilla está en Nyon.
Los sevillistas, inspiradísimosHay que resaltarlo: el Porto actual no tiene sistema. Su supervivencia está supeditada a dos jugadores que ayer andaban sancionados. Fernando es un mediocentro puro y es muy bueno. Su posición siempre va a referenciar la altura de los interiores; la posibilidad de que sus laterales percutan y que sus centrales ganen tiempo. Y Jackson es un delantero centro puro y es muy bueno. Su calidad garantiza jugadas de cara para sus centrocampistas, facilitando que los externos abran el campo y tengan espacio suficiente en los costados. Sin ellos, el Porto estaba destinado a atacar permanentemente por las bandas, pero sin equilibrio. Quaresma y Alex Sandro. Varela y Danilo.
Emery puso el cepo a los laterales. Fue brillante y definitivo.
Aquí entró en juego Unai Emery. En un ajuste inteligente y productivo, Coke y Navarro seguían el apoyo de los extremos hacia dentro, mientras Vitolo y Reyes tenían asimilado a la perfección cerrar inmediatamente en posición de laterales momentáneosAlex y Danilo, cercados ayer por Unai Emery, obstaculizando el carril para Alex y Danilo, muy ofensivos y en carrera. Hasta el 25′, una sola vez pudo Quaresma llegar a espaldas de Coke con balón controlado. Esto cogía a los portugueses con mucha gente arriba y una pérdida interior. Nadie visitante podía darse la vuelta y buscar la progresión. Coke perseguía a Quaresma como un galgo en el campo; y por extensión todo el equipo se desplegaba tal cual. Carriço, Fazio, M’Bia. Sin Fernando para corregir, la poca autonomía de Ghilas y sin hombres por detrás de la pelota, el Sevilla salía con Rakitic, el apoyo instintivo de Bacca, y Reyes y Vitolo sumándose veloces desde los lados, ambos débiles para los lusos. El Porto se fragmentaba y el Sevilla, con orgullo y vibrante decisión en todo lo que hacía, buscaba el gol como saben hacer en días así.
Los visitantes quedaron aturdidos y confusos por interpretar de tal modo un escenario que quizás no habían preparado. ¿Debió salir el Porto a buscar la profundidad tan rápido? Tal ausencia de firmeza y convicción los dejó titubeantes y errados, a merced de una transición ofensiva delicadísima. El paso de los minutos certificó el acierto local de cara a puerta. Con Kelvin y Quintero, Luis Castro dio entrada lo que tenía pero el Sevilla, aún con uno menos, pisaba la penúltima ronda con pleno convencimiento. Rakitic, Bacca, Gameiro, M’Bia, Carriço, Fazio, Vitolo, Reyes. Estado de confianza. Cuidado.
Guillermo Ortiz 11 abril, 2014
"La broma asesina"