Carlo Ancelotti es un entrenador antiguo si lo comparamos con Guardiola y seguramente incomparable al catalán en términos globales, pero en la ida estuvo mejor que su advesario y no le dimos importancia. Seducidos por el duelo táctico que mantienen los dos maestros contemporáneos, el del balón y el del espacio, hemos perdido contacto con la realidad de la Copa de Europa: llegados a semifinales, pocas eliminatorias se resolvieron por sistemas o ajustes. El saber aprovechar las rachas favorables, sobrevivir a las críticas y recuperarse de los golpes ha decidido quién pasa al último encuentro muchas más veces que la pizarra de los técnicos. Carletto, tras aguantar bien en defensa durante 45 minutos y multiplicar por cuatro las ocasiones de gol de su rival, saltó al segundo tiempo con la idea de ser más ofensivo y protagonista, y noqueó emocionalmente al Bayern Múnich. Ni se lo esperaba ni supo cómo responder. El factor sorpresa que condicionó aquella mitad ha desaparecido y tal iniciativa no volverá a tener el mismo efecto, pero al Real Madrid le sirvió para humanizar al campeón y descubrir que cuando mueve un poco la pelota, le daña.
Si Messi no está enfrente, abrir el partido favorece al Madrid.
Abrir a Dante y Boateng, claveEn cierto modo, los blancos deben dar hoy un nuevo paso al frente si quieren sobrevivir al Allianz Arena. Con un planteamiento conservador y uniforme, sus opciones seguirían vivas porque su calidad constaría de nuevo, pero lo que convertiría al Madrid en un equipo a la altura del Bayern sería que fuese sí mismo. Con otra particularidad, ¿por qué no serlo? En lo táctico, la mejor versión del ataque alemán es (muy) superior a la mejor versión de los madrileños, pero, ¿cuál haría más daño a su adversario? ¿qué sistema defensivo sufriría más contra la inspiración ajena? A Ancelotti, más sabio que talentoso, no se le escapa que si Dante y Boateng salen mucho por la televisión, el infierno del Allianz podría tender a apagarse. De manera milagrosa, el pase siempre es posible. De forma coherente, sus opciones pasan por defender el máximo tiempo posible en campo contrario y acabar todos los ataques que pueda. Y con Ramos, Pepe, Bale, Benzema y Ronaldo es algo que está obligado a intentar, porque son superiores a sus homónimos de enfrente. Resumamos para ser claros: a Carlo no le conviene que el protagonismo esté en los banquillos. Ahí, el artista es Guardiola. En el campo, los astros se dividen por bandos, pero él tiene más que Pep.
Bale es el jugador más perezoso del Madrid, pero son 90 minutos.
Lo que atormenta al madridismo, que viene de Mourinho y vivió a Los Galácticos, es perder el equilibrio defensivo en un gran día. Se acostumbró a llevar las negras contra Guardiola -los jugadores del Barça sí superan a los del Madrid técnicamente- y ahora le cuesta cambiar el chip, algo que, posiblemente, también ocurra en el propio vestuario blanco. Justo por eso salir con Benzema, Bale y Ronaldo supone un riesgo que tampoco puede ignorarse. En un momento dado de la contienda, la posibilidad de ver al Real partido en un 7+3 sobrevolará por el Allianz Arena. Sin duda Gareth es quien más tiene que decir al respecto, porque además hay que señalar una arista: ante el Barça (o el Arsenal, o el Paris Saint-Germain), Bale no dispone de calidad táctica suficiente para defender durante 90 minutos, pues su lectura del juego interior no sobresale. Sin embargo, el Bayern Múnich no se la exige, porque a menos que Götze sea titular y se marque su mejor encuentro con la camiseta roja, la activación del carril central que hace el equipo de Guardiola no es óptima. Más que eso, lo que demanda es un sacrificio físico contra las subidas de sus laterales. Di María e Isco en la ida cumplieron un rol muy distante del asumido en la Final de Copa; más exterior y de despliegue que interior e intelectual.
¿Sería imprudente que Ancelotti confiase en 90 minutos de trabajo de Gareth Bale? Solo él lo sabe. Lo que sí sabemos los demás es que si Bale tapa a Alaba o Lahm y suma lo suyo de siempre, el Bayern tendrá difícil tomar su billete hasta Lisboa. Porque hacia delante sí va a correr.
fael__rm 29 abril, 2014
Y la opción de que use un 4-5-1, que seria su tipico 4-3-3 en ataque, obligando tanto a Ronaldo como a Bale a ayudar en defensa no la veis factible?