El Real Madrid recuperó constantes competitivas en San Sebastián y se comportó como aquel equipo que enlazó 31 partidos sin perder, con las mismas virtudes y los mismos defectos que entonces. Es decir, le faltó profundidad mientras el marcador estuvo apretado y esa «espesura» separó en demasía sus ocasiones de gol, lo cual siempre es peligroso, pero a su vez fue capaz de dejar a Canales, Vela y Griezmann en dos acercamientos de peligro y controlar los 90 minutos acontecidos en Anoeta con y sin el esférico. La Real Sociedad se encontró a ese conjunto que, aun pudiendo perder contra cualquiera, lo normal es que gane a la mayoría.
Los 20´ iniciales, competición TOPArrasate planteó el choque contra los blancos exactamente igual que cuando derrotó al Barça por 3-1. No cambió nada, ni el sistema ni la idea; ordenó sus piezas sobre un 4-3-1-2 y adelantó mucho sus líneas pero sin llegar a encimar al poseedor del balón salvo cuando estuviese claro el robo, de modo que intimidaba arriba y trataba de provocar errores y ganar control pero sin exponerse más de lo prudente a dejar espacios a la espalda de su presión. Su ejercicio defensivo fue fantástico, tanto que logró estar a la par de un Madrid que se estaba tomando su salida de balón con mucha tranquilidad y orden para evitar que el encuentro pasase a ser un corre-calles. En esos 20 minutos iniciales, la Real conseguía que el Real resultase inofensivo y el Real conseguía domar a la Real. El encuentro carecía de espectáculo, pero destilaba calidad.
La lesión de José Ángel limitó mucho el plan ofensivo tuxi-urdin.
Superado el primer tramo del duelo se sucedieron dos modificaciones muy trascendentes. En el lado local, José Ángel cayó lesionado, Mikel González (central) tomó su puesto como lateral y la Real perdió su salida. Sin José Ángel, Arrasate se quedó sin la posibilidad de mezclar juego para sembrar dudas en el Madrid; desde entonces todo lo que hizo fue lanzar contras que como máximo duraban cinco pases. Y en el lado visitante, Bale e Isco intercambiaron sus bandas; el galés pasó a la izquierda y el español, a la derecha. Ahí, Carletto ganó tres puntos.
La Real cedía pocos espaciosAl principio, Carvajal y Nacho fueron las concesiones del planteamiento txuri-urdin, nadie atendía a ellos. Vela y Griezmann pillaban a los centrales, Canales a Alonso, Zurutuza a Illarramendi y Elustondo a Modric; Nacho y Carvajal estaban solos. Como ninguno de los dos derrocha talento asociativo, la Real permitía que avanzasen y que se acercasen a Isco y Bale, y como estos jugaban a pie cambiado y sus propios laterales le quitaban espacio de tanto arrimarse, el Madrid tendía a ahogarse cobijado sobre el costado y la Real presionaba brutalmente sobre esa zona. No robó mucho, los merengues arriesgaban y ganaban en las combinaciones, pero les faltó toque para cambiar de orientación y ofender en el lado débil. Como toda la Real estaba sobre el pasador, el envío cruzado era lento o impreciso y no creaba la ventaja. Por eso Ancelotti cambió de lados a Isco y Bale. Abrió ángulos y creó espacios.
Pepe y Ramos, muros para Vela y Griezmann desde la prudencia.
Bale en la izquierda generó mucho peligro y marcó un golazo, sin duda fue clave en la goleada madridista, pero Isco en la derecha no sumó menos. Usó a Carvajal para ganar profundidad, abrió a Illarra pasillos ganadores y controló el balón arriba para que Xabi y Modric (notables ambos) lo dominasen de cara. Sin estar excelso en lo técnico, Isco giró el choque por pura lectura. Enlaza fases de fútbol que fascinan.
Tras el 0-2, Arrasate introdujo a Agirretxe por Zurutuza, la Real perdió capacidad de robo, el Madrid encontró más espacios y pasó a jugar a placer. Dejó de haber partido, si somos francos. En la parte anterior, como se apuntó, volvió a verse al Madrid candidato, el que se junta para tener el balón, el que se junta para defender y al que le falta juntarse para atacar. Esto último no va a incorporarlo en lo que falta de año, no hay tiempo, pero si conserva los otros dos avales colectivos, calidad individual le sobra para disimular su déficit. Dortmund será una buena nueva piedra de toque. La clasificación está casi completada, pero solo un gran equipo saldría del Signal Iduna Park sin pasar miedo.
Abel Rojas 6 abril, 2014
Añado: el partido de Iñigo Martínez me pareció maravilloso. Tanto defendiendo como creando.
Vi al central del año pasado. Es decir, a un crack total.