Un gol a balón parado y muchos minutos defendiendo. Y el rival frustrándose sin saber qué hacer. La película del Atlético de Madrid-Villarreal fue una más de una larga lista de partidos en los que el Atleti puede empatar y no empata. De esos que gana sin motivo claro pero con justicia plena. La razón principal siempre es la misma; un modelo de juego capaz de limitar hasta a las más grandes figuras de la historia de este deporte. Su arma para competir siempre.
El Atlético de Madrid logra negar la casualidad a los partidos
El partido arrancó lleno de ritmo. Por un lado, el Villarreal formó en 4-1-4-1, con Perbet como único punta, Román y Cani en los extremos y Pina y Trigueros por delante de Bruno. Por parte atlética, un 4-2-3-1 con el Cebolla en la izquierda y Raúl García en una derecha que dejaba libertad a Diego para moverse y a Juanfran para subir. Marcelino debió observar que el costado zurdo sería el profundo así que mandó igualar la intensidad colchonera con Román y Pina muy pendientes del uno contra uno de Cebolla y Filipe. Bien plantados ambos equipos, el choque no tenía ocasiones. En esas, el Atleti hizo su clásico 1-0 de córner… que esta vez tardaría en cambiar las cosas.
De inicio, el Atlético manejó la ventaja de forma algo diferente
A diferencia de lo sucedido en no pocos días a lo largo del año, el Atleti no dio un inmediato paso atrás tras su gol. Con la pelota, propuso sus clásicos mecanismos para tenerla lo más arriba posible. Diego se tiró a la izquierda para sumar un hombre extra en el lado de Filipe Luis y Koke, movimiento que al Atleti le permite guardarla unos segunditos y cambiar hacia Juanfran en busca del centro. No generaron nada de peligro pero les valió para defender con la posesión.
Sin embargo, el acierto principal estuvo en la defensa sin balón. Los de Simeone mantuvieron una presión, digamos, altita. El Atlético no quiso que Bruno tuviera una tarde cómoda y no se la facilitó. Cada pieza rojiblanca perseguía a su par, impidiendo que el Villarreal pegara pases verticales. Y si por casualidad los visitantes llegaban a Perbet, entonces surgía Alderweireld y se lo comía en cada duelo. Comodidad máxima para el Atlético.
Alderweireld llevó a Perbet a cuarenta y cinco minutos de pesadilla
Lo de la segunda mitad se presta a debate. No quedó claro (sobre todo de inicio) si fue el Atleti quien lo eligió o si fue el Villarreal quien forzó. El caso es que el partido pasó a jugarse mucho más en campo de un Atlético que buscaba a en largo a Villa como si fuera Costa. Como el Guaje ya no puede hacer eso, al ratito lo sustituyeron por Adrián. El Villarreal la tenía más arriba y el Atleti ya no iba a salir en el resto del partido. Simeone lo sabía y obró en consecuencia, sobre todo al comprobar que Mario volvía a ser la debilidad por la que flaqueaba su sistema. Al campo saltaba una muralla de nombre Tiago Mendes.
Con Koke ya de extremo lanzador y Tiago en el medio, el Atlético se acogió a su versión futbolística predilecta, aquella que recordaremos dentro de 30 años. Su repliegue bajo es arte porque está ejecutado con tal perfección que es incluso bello. Durante los últimos 20 minutos el Villarreal apenas chutó. Solo hubo despejes madrileños y maravillas defensivas del señor Mendes. Es cierto que el cuadro de Simeone cada vez sufre más para generar fútbol. Que chuta poco y no llega demasiado arriba. Todo eso es verdad. Cualquier golpe negativo del azar se dejaría sentir, porque los recursos no abundan. Pero ¿cómo no va a sonreír el azar a este equipo, que tanto desea y merece el éxito? Van a pelear por todo hasta el final. Ya no hay duda.
Helenio_Herrera 6 abril, 2014
¡Gran artículo David!
La verdad es que afectaba ayer ver la frustración de los amarillos, que intentaban sin éxito una y otra vez el asedio. En ese sentido me sorprendió bastante Alderweireld, pues de las veces que le había visto (ya fuese por nivel o por pocos minutos) me había parecido bastante simplón. ¿Tendrá hueco en el 11 titular de Bélgica?
"Al campo saltaba una muralla de nombre Tiago Mendes"
Tiago es una bendición para este equipo. Aparte de lo que bien señalas, es que es el centrocampista que mejor organiza del equipo, y eso siempre se agradece. Y no es que en ataque sea Pirlo precísamente, pero sí que da seguridad y calma cuando hace falta, hace buenas inversiones… Es titular por derecho.
P.D: La otra cara de la moneda, la de la mala suerte, es el Betis. Madre mía. Es que no les pueden salir peor las cosas.