La facción bética de la ciudad de Sevilla se ha levantado triste pero consolada por su propio orgullo. Hubiera pasado lo mismo a la inversa si la lotería de los penaltis hubiese favorecido a los verdiblancos. Nervión y La Palmera se han batido a pecho descubierto durante 210 minutos que ya son parte de su historia mientras Europa les miraba con pasión. Lograron contagiársela a todos. El primer derbi internacional ha sido un éxito rotundo. A pesar de sus muchos errores.
Amaya ocupó el lateral diestroLos extensos partes de bajas, el 0-2 de la ida y el carácter de Emery y Calderón dieron lugar a dos onces un tanto alternativos. A saber, el Sevilla jugaría con un 4-2-2-2 bastante libertino con Rakitic en la base junto a M´Bia y Marin y Reyes en la mediapunta por detrás de Gameiro y Bacca. En el Betis (4-4-2 simétrico), lo más llamativo fue ver a Amaya como lateral derecho durante la primera mitad. Y no se puede decir que funcionase.
El Sevilla jugó demasiado directo pese a tener a Reyes y Martin.
Lo del Sevilla, pese a la difícil remontada completada, no fue ninguna maravilla. Ni al principio, ni en el medio ni al final. Adoleció de lo de siempre que ha intentado asentar un ataque más técnico con jugones en tres cuartos: carece de un centrocampista capacitado para dirigir una posesión larga. Rakitic como pivote se escoró en la izquierda para recibir fácil y a fe que lo consiguió, pero una vez ahí su labor volvió a ser más de lanzador que de cerebro. El Sevilla era demasiado directo, por consiguiente impreciso y N´Diayé aspiraba cada mal pase. Hasta que en el minuto 15 se lesionó Perquis. Por miedo a Moreno, Calderón falló. Prefirió mantener a Juanfran sobre Alberto a seguir con N´Diayé en el doble pivote. Entró Nono por el caído y Alfred se puso de central.
Calderón erró bajando al «2»Con Lolo y Nono en la contención bética, Reyes y Marin ganaron tiempo y espacio, entraron más en juego y el Sevilla diversificó su manera de atacar. Recibían, se paraban y se la daban a un compañero, lo cual resultaba de verdad todo un avance, y a partir de ahí establecieron un dominio poco productivo pero bastante claro. O sea, que sus ocasiones no llegaban pero estaban al caer, y el Betis por su parte no salía nunca a la contra. En una de éstas, Alberto Moreno recibió en banda –«siempre en banda», dirá Calderón-, centró como sabe, N´Diayé no la cazó y Reyes marcó un señor golazo. Ni siquiera Adán, cuyo posicionamiento es raro pero que ha parado mucho en los dos partidos, pudo detenerlo.
El 0-2 del Sevilla es un golazo que Emery podría buscar más.
El segundo tiempo arrancó con el 0-1 y un giro de tuerca de Calderón, que sin hacer sustituciones cambió el equipo entero: Amaya, de lateral a central; N´Diayé, de central a pivote; Nono, de pivote a extremo derecho; y Juanfran, de extremo a lateral. Con los mismos futbolistas, el Betis pasó a ser un equipo de mayor iniciativa, siquiera fuese por la presión de Alfred y por el empuje que le daba tener un lateral largo en cada banda. Aprovechó la inercia de su pizarra y agarró el toro por los cuernos, y, como el Sevilla defendía solo con cinco más Rakitic, hizo sudar al férreo Fazio. Hasta 24 chuts sumó. 24 chuts para cero goles.
Fue en una jugada aislada pero de impresionante calidad, dibujada por Marin, Moreno y Bacca, cuando el Sevilla igualó la eliminatoria y acabó con el fútbol. A partir del 0-2, como era previsible dada la tensión que se respiraba en el Villamarín, ambos conjuntos perdieron como grupos cualquier atisbo de razón, orden u oxígeno, y pasaron a ser aquéllo que sus mejores hombres lograban producir a golpe de riñón. Salva Sevilla parecía una neurona sobre el vacío, Rakitic la precisión entre los ciegos y Alberto el dromedario en el Sahara. Nada de esto sirvió para romper la igualdad y evitar los penaltis. La tanda fue tan emotiva como todo lo anterior. Falló Nono el decisivo. Dice que lo intentará de nuevo en la próxima. Ojalá la haya. Mientras tanto, Emery deberá usar esta ola de alegría para ponerse manos a la obra, mejorar (mucho) el sistema y estar preparado. No queda ningún equipo invencible en esta Europa League. Con el plan adecuado y una actitud equilibrada, hasta a la Juventus se le puede ganar.
Helenio_Herrera 21 marzo, 2014
Gran artículo @Abel!
Atentos al pase que se saca Marin para liberar a Moreno en el segundo tanto. (!!!)
Me quedé con la sensación de que el Betis mereció un gol. Pero claro, aunque tengas cien tiros, no basta solo con robar y llegar. Hay que saber terminar la jugada. Y el Betis no supo. Faltó un pase extra en casi todos los ataques. Daba la sensación de que buscaban el gol estrella, desde fuera del área. Y por muy bueno que sea Baptistao, se complicó él solo la vida.
Me creería que Rubén Castro le diese un par de collejas en vestuario. Y bien merecidas.
Por cierto, ¿Cuándo vuelve Nosa?
"hasta a la Juventus se le puede ganar"
Yo eso sí que no lo veo. Tanto Juve, como Oporto, como Benfica se pueden merendar al Sevilla tranquilamente.