El derbi catalán fue muy derbi. Tuvo todo lo que gusta en estos choques y también momentos de buen fútbol. El Espanyol fue constante del minuto 1 al 90 y solo cayó rendido ante sus limitaciones. Con el Barça habrá más debate. Los azulgranas volvieron a sufrir para prolongar sus rachas de buen juego. Sin embargo, se fueron de un estadio durísimo con una sola ocasión de gol recibida y bastantes más generadas. Vencieron con justicia allá donde el pinchazo siempre es una posibilidad.
El derbi catalán no decepcionó. Se vio un notable partido de fútbol
Con la grada palpitando y una rivalidad histórica detrás, al Espanyol no le quedaba otra que jugar desde el corazón. El 4-4-2 de Aguirre repitió su estructura habitual: una línea recta de cuatro hombres en el medio, con El RCDE hizo lo suyo: morderVíctor Sánchez en el lado izquierdo del doble pivote. Detalle importante este ya que Víctor hacía par con Xavi, interior derecho, al que iba a perseguir hasta donde fuera. El Espanyol tenía muy presente la ausencia del rompepresiones Iniesta y no sintió miedo al meter mucha gente en campo contrario. Dicho esto, hay que decir que el pressing no comenzaba de manera inmediata. Pizzi y Sergio García no se lanzaban a saco contra Piqué y Mascherano, sino que eran Víctor Sánchez y David López los que mandaban al equipo arriba. Solo en los saques de puerta el Espanyol molestaba desde primera hora.
Víctor Sánchez lideró la forma de presionar del RCD Espanyol
El Barcelona respondió de forma discontinua al agobio de sus vecinos. La parte positiva tuvo que ver con el espectacular arranque de Messi. El argentino se tiró atrás, liberó a Xavi de Víctor Sánchez y entre ambos comenzaron a filtrar pases. La presión del Espanyol dejaba espacios a la espalda y el Barça encontró en Leo la manera de merecer claramente el gol. Hubo pequeños peajes defensivos, habituales cuando el rosarino se ve obligado a cerrar las contras, pero en general el dominio era 100% barcelonista.
A medida que el diez culé disminuía su aportación, el Barça fue menguando, con bajas prestaciones de todo su costado izquierdo. Cesc solo influía entre líneas (bastante, eso sí) y Neymar, pese a intentarlo con personalidad, no lograba acelerar los ataques. El brasileño sufre como extremo zurdo porque muchos requerimientos del sistema no se ajustan a sus condiciones. Javi López encimó sus apoyos de espaldas y casi nunca le dejó girar. Al descanso se llegó con el Espanyol al alza, si bien Pinto no tuvo que parar ni una en 45 minutos. Sergio García hacía milagros para que sus compañeros avanzasen pero el remate le cuesta al cuadro de Aguirre.
Neymar resume gran parte de los problemas de rigidez del 4-3-3
La distancia entre líneas era el punto a corregir en el lado blanquiazul. Aguirre tomó nota del error de su equipo y tras la reanudación ajustó piezas con acierto. De hecho, la lectura defensiva de los locales fue casi perfecta. Seguían buscando arriba pero sin conceder pases verticales. No había espacio a la espalda de Sánchez y David López porque la defensa acompañaba al centro del campo. Cesc dejó de tener sentido y Messi ya no hacía tanto daño cuando bajaba. El Espanyol ganaba todos los balones divididos y era ligeramente superior. Por suerte para el Barça, en cada ataque local surgía Piqué, imperial y clave. Sus acciones terminaron por agotar al Espanyol…
Había sido mucho el esfuerzo y tarde o temprano se tenía que pagar. Llegado el minuto 65, el Espanyol se desfondó por completo. Desapareció la presión alta y ni Sergio García podía sacar ya a los suyos de atrás. Aguirre tiró de Alex para que echara una mano ante la previsible salida de Iniesta pero antes de que Andrés pusiera un pie sobre el césped llegó el 0-1, accidentado en su elaboración pero coherente con lo futbolístico. Ahí todo acabó, por más que Cordoba tratara de rebelarse. Ganó el Barça, quizás más que tres puntos.
Abel Rojas 30 marzo, 2014
Para mí fue el partido más convincente del Barça en bastante tiempo. Me transmitió más que contra el City y el Madrid, de hecho. En primer lugar, porque fue capaz de imponer su fútbol en varios compases con bastantes garantías pese a que el Espanyol jugó a que eso no ocurriese. Es decir, el Barça demostró capacidad para elegir el tipo de partido que se jugaba, algo que a mí se me había olvidado en este equipo. Y no creo que fuese nada fácil hacerlo, porque a una gran agresividad el Espanyol añadió cierto orden táctico. El que se puede tener jugando con esa intensidad, que obviamente no es perfecto pero a mí me pareció más que correcto.
Y luego no abandonó el partido nunca. No hubo ninguna racha en la que el Barça me pareciese superado, en los ratos buenos del Espanyol supo aguantar muy bien.
Esta vez sí yo digo que el Barcelona compitió francamente bien. Fue un equipo durante 90 minutos. Y ser un equipo durante 90 minutos y tener a Messi y compañía es un gran aval.