En la rueda de prensa previa al Athletic Club-RCD Espanyol, Ernesto Valverde avisaba de la dificultad del choque alegando que los periquitos son el equipo más fiable de la Liga en el uno contra uno defensivo y los duelos aéreos. Es decir, en las situaciones de marca individual, en los retos de hombre a hombre. Con permiso del Atlético del Cholo Simeone, el elogio está bien medido, y la utilidad práctica de patentarlo permitió a Javier Aguirre conquistar San Mamés. Ha sido el primero en hacerlo en la Liga BBVA. Será un bello recuerdo.
El Getafe CF se rompió «solo»Dos horas antes asistimos al Getafe-Real Madrid, un partido bastante insípido en el que al colíder le bastó que Sergio Ramos se exhibiese como viene siendo costumbre. El resto de su equipo apenas compareció ni en falta que se le echó. La facilidad con la que goleó en una plaza teóricamente conflictiva se debió, en gran medida, a lo mal que afrontaba cada azulón cada intento de recuperación del balón. El Getafe se posiciona en un sistema corriente, trabajado y hasta simple, poco dado a partirse o regalar huecos, excepción hecha de una línea defensiva adelantada que su entrenador considera que pueden administrar y que ayer no les costó ningún gol. El sino crucial es conservar los puestos para que el rival no pueda recibir entre líneas y se vea obligado a buscar el balón largo a la espalda de su zaga, pero lo estropean jugada a jugada con iniciativas individuales de robo que, encima, carecen de intensidad. O sea, en la práctica, la única consecuencia de la acción es que liberan una casilla para que el oponente la ocupe, reciba y elimine una línea defensiva entera. Era incómodo ver defender al Getafe de Luis García.
El Camp Nou volvió a ser desolador para los hombres del Rayo.
Aun así, nada comparable a lo que supuso ver a los hombres del Rayo Vallecano sobre el césped del Camp Nou en la noche anterior. En lo asociativo, el Barça, por técnica y táctica, es un equipo de velocidad inigualable, pero lo que el lector debe saber es que, sin tantas luces, los madrileños sufren escarmientos similares casi todas las semanas. En cuanto su oponente hila tres pases seguidos con precisión, ya no hay nada que hacer. El Rayo juega un sistema incorrecto aposta. Si sus futbolistas fuesen los mejores del mundo y bordasen las órdenes de Paco Jémez, en lo táctico seguirían siendo una concesión constante a su adversario. Es cierto que en ese vestuario ya no están Javi Fuego, El Chori, Piti y Leo Baptistao, pero la gran pérdida ha sido la pizarra del curso 2012/13. En Ecos del Balón estamos preparando un trabajo comparativo con las diferencias entre aquélla y la de hoy. No es una cuestión de ser o no ser ofensivo, sino de cumplir los principios más básicos de este juego.
Es evidente que Paco Jémez es un profesional del fútbol que desea la victoria tanto como el resto, así que cabe suponer que, para él, su propuesta tiene algún tipo de repercusión anímica positiva en el grupo que le resulta rentable, pero no por ello deja de ser curioso y resaltable que un entrenador de Primera División no busque que su equipo juegue bien al fútbol. Entendiendo jugar bien por perseguir un ratio de ocasiones recibidas y creadas favorable, una seguridad táctica que dé estabilidad a su vestuario y un estatus para su colectivo que infunda respeto o sensación de dificultad en sus contrarios de alguna manera.
untiposimpatico 17 febrero, 2014
Respecto al bueno de Paco, está claro que el fútbol es para románticos… pero también para gente práctica y mucho me temo que Jémez está siendo de todo menos práctico. Está bien querer jugar bien, es loable, pero lo que hace este buen hombre, independientemente de los mimbres que tenga (la plantilla el año pasado era notablemente mejor) es un suicidio. O su presidente le tiene una fe infinita o no se explica lo que está haciendo.
Por parte del Espanyol, Sergio García aparte, le faltan individualidades pero es un equipo taaaan trabajado que ayer, incluso siendo contra el Athletic y deseando la victoria zurigorri, daba gusto verles con las ideas tan claras. Y la jugada del primer gol es el ejemplo más claro de su salida típica. Pim – Pam – Pum. Grandísimo trabajo de Aguirre. A todo esto, ¡qué rematadamente bueno es Sergio García!