Hank Morgan, superintendente de una fábrica de armamento en Connectitcut, recibió un terrible golpe en la cabeza a raíz de una agria disputa sobre las condiciones laborales de un fornido trabajador a su cargo. Para sorpresa del ingeniero, hombre de convicciones positivistas poco dado a la magia y la fantasía, el impacto de la barra de hierro tuvo consecuencias extraordinarias: desencadenó un fenómeno inaudito, una transmigración de cuerpos que trasladó a este hijo de las luces del siglo XIX hasta un pasado tan remoto y oscuro que ni siquiera aparece en los libros de historia. ¡La Inglaterra del Rey Arturo!
En «Un yanki en la corte del Rey Arturo», Mark Twain plantea un contraste imposible entre el statu quo de una Inglaterra legendaria, apegada al tópico del relato fantástico y a las sombras de un medievo demonizado, y el carácter de un discípulo de la revolución industrial, depositario de las ideas modernas y los avances tecnológicos de un mundo pragmático en el que no caben los cuentos de hadas. La sátira resultante no deja títere con cabeza y tan pronto carga contra la superstición y el oscurantismo de los súbditos artúricos como pone en su punto de mira el paternalismo y la terrible insensibilidad que muestra Hank Morgan hacia un contexto que no se rige por sus normas, crítica velada al colonialismo decimonónico que tanto aborrecía el autor de la novela. “Parábola sobre la arrogancia cultural y su inocencia autodestructiva”, en palabras del filólogo Philip Fisher, el libro resulta en una lectura hilarante que remarca cuán tragicómicos resultan a menudo nuestros terribles conflictos identitarios.
Gerardo Martino vive su primera eliminatoria Champions.
La eliminatoria entre el FC Barcelona y el Manchester City es un buen ejemplo de este tipo de contrastes. Si bien el ingeniero es Manuel Pellegrini la llegada de Hank Morgan a la Inglaterra artúrica presenta mayores paralelismos con el complejo aterrizaje de Gerardo Martino en Barcelona. El argentino encarna el rol del recién llegado que trae como equipaje la adaptabilidad táctica de quién ha conocido el fútbol en sus formas corrientes, lo cual no es garantía de éxito cuando su nuevo hogar se ha caracterizado por todo lo contrario. Por su parte el entrenador chileno del Manchester City se identifica con la postura opuesta, la del forastero que entrega a un reino sin orden ni concierto una receta refinada que suena extraña a los lugareños.
La eliminatoria que arranca esta tarde significa mucho para Gerardo Martino y Manuel Pellegrini. Al argentino se le encomendó una labor continuista en el seno de un proyecto reticente al cambio, pero la evolución natural del grupo y su propio sentido común pronto exigieron medidas al nuevo responsable del banquillo azulgrana. Al mismo tiempo el ingeniero chileno aterrizaba en Manchester con el objetivo de asentar un estilo definido donde siempre faltóLa eliminatoria, clave para los dos técnicos sofisticación. Sostener el listón más exigente del mundo es la tarea de uno, elevar el que ha pesado tanto a sus predecesores la del otro, y ambas son labores complejas que siguen lejos de su objetivo. Todavía es raro identificar en el Manchester City el fútbol coral y armonioso que caracteriza a los equipos de Manuel Pellegrini y la mano atrevida de Gerardo Martino causó tal inquietud en Barcelona que el propio entrenador echó el freno con brusquedad. Los azules siguen demasiado apegados a la anarquía y los azulgranas continúan inmersos en las discusiones de siempre mientras ambos entrenadores andan deseosos de confirmar ante su colega esos rasgos ilusionantes que sus equipos mostraron en citas recientes.
Manuel Pellegrini afronta un reto apasionante en el Etihad.
El ciclo artúrico llega a su fin tras una gran batalla en la que el rey y sus caballeros encuentran una muerte heroica ante sus enemigos. Acabado el combate la espada regresa al lago, la magia fenece y la leyenda deja paso a la historia entre lamentos prosaicos. Buen conocedor de los textos clásicos sobre la materia, Mark Twain ideó para su sátira una batalla final no menos apocalíptica en la que Hank Morgan, al frente de una reducida guardia personal equipada con modernas armas de fuego, aniquilaba la caballería artúrica entre estallidos y fogonazos de pólvora.
Más allá del resultado, que siempre se permite algún capricho, la eliminatoria que arranca esta tarde es muy importante para Gerardo Martino y Manuel Pellegrini. La reina de todas las copas exige un grado de competitividad que revelará mucho sobre la capacidad del argentino y el chileno para consolidar el crecimiento de sus equipos y evitar de este modo que su paso por tierras extrañas se salde entre las cenizas de un proyecto fallido que la historia pueda olvidar.
LR. 18 febrero, 2014
Wow. La sensibilidad de Marc Roca era indispensable para tratar este asunto.
Como #realunited, #bluegrana es de esos enfrentamientos que, salvo atropello inesperado de alguno, pueden hasta doler. Uno de los dos tiene que perder, y no es difícil imaginar el peso de la derrota ni el alivio de la victoria, más allá de la dignidad y la moral.
Así es la Champions League. Inoportuna para el que tiene mucho qué perder.