La primera, en Stamford Bridge, dejó al City algo tocado, tras un error de Nastasic en el 90’ que Torres hizo bueno para cazar tres puntos donde un empate ya estaba cerrando con llave. La segunda vez, en plena racha de resultados positivos, el Chelsea desquició a los skyblues en el mismísimo Etihad, ciudadela que albergaba goleadas sin excepción, en una firme actuación defensiva visitante. Y la tercera, en octavos de FA Cup, con rotaciones, y descontando las horas para el choque ante el Barcelona, dejaba dudas sobre el proceder de los hombres del chileno Pellegrini a la hora de abordar la fase defensiva londinense. Pocos imaginaban un escenario tan distinto a lo ocurrido en Premier.
Repitiendo fórmula de mediapuntas usada en la reciente visita liguera, Mourinho alineó a la tripleta atacante en la que confía cuando la altura defensiva es baja y la producción ofensiva se inicia desde su propio campo: Hazard por izquierda, Ramires en derecha y Willian de ‘10’. A su vez, la baja de Terry obligaba al portugués a retroceder a David Luiz a la zaga y a introducir otro centrocampista al lado de Matic, elegido Obi Mikel como integrante de un doble pivote que sobre el papel sería parte de un plan reactivo, cediendo iniciativa y negando espacios. Ubicaciones que se volvieron en contra de una lógica aparentemente improbable a minuto 0.
Pellegrini tomó buena cuenta del último precedente liguero
Manuel Pellegrini, visto el último precedente, debía mover ficha y tomar parte en un enfrentamiento que dejaba el concepto control en manos del Chelsea. Y vaya si movió.City cambió su planteamiento Sabedor de que por dentro sería complicado penetrar y que las bandas serían la invitación de Mou para cerrar el área y buscar el contragolpe, el mister citizen tiró del mantel y dejó la mesa irreconocible. Con una extraordinaria actividad defensiva y una minuciosa puesta en escena, regaló el balón al Chelsea y comenzó a colocar peajes en las autovías por las que antaño cabalgó el crack belga. Con Milner por delante de Zabaleta, ambos orientados para obligar a Hazard a cruzar por dentro, más Yaya en la ayuda y Javi García equilibrando por detrás, Pellegrini cambió el rumbo del choque desde el primer momento.
Quedando David Luiz lejos de la zona de medios, desaparecía su pase vertical, el que habilita a los mediapuntas con facilidad, imposiblitando solucionar la primera y comentada razón táctica: que Hazard no encaraba al lateral sino a Milner, sin poder retroceder a todo el sistema local. El City defendía con sus dos líneas de cara, y el belga, que apenas la tocó, en lugar de ceder a Luiz, se la pasaba a Matic, que subía un peldaño, o a Willian, que bajaba otro. Eso en el mejor de los casos, que Eden recibiera y tuviera que ceder al centro; en el peor, el Chelsea iniciaba con Nemanja y Mikel. Si el balcánico subía varios pasos, Mikel debía acompañarle para mover entre costados, con el consiguiente espacio a sus espaldas. Si bajaba Willian, la escalera se caía, y el City pasaba a tener todo el control de su campo, pudiendo Kompany influir muy arriba, como le gusta. Total superioridad defensiva.
Milner y Touré cerraban a Hazard, desaparecido del choque
En esa telaraña cayó el Chelsea, más aún cuando Jovetic adelantó a los suyos. La jugada fue la consecuencia de un planteamiento defensivo enérgico y orgulloso. El City había logrado que su rival abriera a zonas más despejadas,Mikel naufragó en doble pivote que eran las de Mikel y Ramires, futbolistas inhábiles guardando el balón; carentes a la hora de crear combinaciones que hagan progresar la jugada. A esta circunstancia, se sumaba la incorporación de Ivanovic para que Ramires no estuviera tan expuesto, con lo que la pérdida era exponencialmente más peligrosa. Al no haber efectivos visitantes con capacidad técnica en campo rival –el Chelsea esperaba poder contragolpear-, el City lograba adelantar la presión de sus medios y comenzar a forzar pérdidas. Touré, Silva, e incluso García, salían a por Matic con ímpetu y mentalidad. Si el Chelsea abría hacia Ramires -de espaldas-, Silva y Clichy, esperando el envío, acudían al encuentro.
Para terminar de definir el inesperado contexto táctico que hizo que el Chelsea jugara a algo que ni esperaba ni podía desarrollar con esos jugadores, Jovetic y Dzeko atacaban a Cahill y Luiz fuera del área, en espacios abiertos, virtud menor en ambos defensores, capitales en la defensa del centro lateral y aéreo. La propuesta citizen impactó psicológicamente al Chelsea, confiado en afrontar un partido determinado, al que nunca pudieron reengancharse y que costó su disposición a mantenerse unido, sin encontrar ayudas defensivas para sus laterales y pivotes, en constante inferioridad táctica.
Ramires y Mikel tenían que construir, pero carecen de ese talento
Ante este panorama, Hazard cambió de banda en el minuto 20’, sin incidencia. También jugó por dentro y más adelantado, sin incidencia. Y Mourinho, con 1-0 y albergando esperanzas de empate, retiró a Eto’o y dio entrada a Salah. El problema seguía estando en cómo solventar el buen hacer defensivo del Manchester City. El cambio parecía estar en Obi Mikel. Con Ashley Cole por el nigeriano, Azpilicueta pasando al ‘2’ e Ivanovic cerrando junto a Cahill, el Chelsea ganaba en creatividad, sin que Hazard fuera la única vía de producción ni Willian tuviera que bajar a construir. Mourinho no lo vio así y mantuvo un doble pivote que terminó abriéndose más con el paso de los minutos.
Con balón, el City finalmente completó una actuación sensacional, a la que le faltó alguna ocasión más para redondear pero que recompuso su afan competitivo en pos de encarar los próximos encuentros. Jovetic, Dzeko y Silva –implicado y enfocado; mágico de nuevo– desdibujaron a todo el mediocampo blue para cerrar una victoria convincente y estratégicamente perfecta.
@DavidLeonRon 16 febrero, 2014
El Chelsea me recuerda un poco al Atleti. Si tienen en el marcador el resultado que desean y pueden tapar y ceder la iniciativa son terribles. En el caso del Chelsea, da la sensación de que les da igual meterse atrás del todo porque entre Terry, Cahill, lo bien que cierran sus laterales el palo contrario y como se meten los pivotes al área a ayudar…. por ahí no pasas, no conceden remates.
Pero claro, cuando toca proponer al equipo le faltan recursos y sobre todo amenaza. Velocidad. En eso el Atleti tiene a Diego Costa pero el Chelsea es que con Etoo va muy cortito, por más que la grandeza de Samuel algún día pueda aflorar. Y con Torres pues parecido. Casi que veo mejor al Niño.
Sobre el City, imagen muy seria a tres días del Barcelona. Quizás la imagen más seria y potente en bastante tiempo.