El FC Barcelona consiguió en el Etihad Stadium una victoria de categoría, de las que refuerzan la candidatura a un título brille su fútbol o no, pues éste habrá rallado, como mínimo, a una altura suficiente para vencer por 0-2 en la guarida de un gran equipo europeo. El partido en sí se desarrolló sobre los cauces de la igualdad aunque con cierta superioridad del Manchester City hasta el minuto 54, y se decantó porque la plantilla del Tata Martino tiene más calidad que la de Manuel Pellegrini. El Ingeniero, que equilibró la pizarra con su planteamiento, se vio con Clichy y Demichelis en el lado de su defensa pendiente de parar a Messi. El fallo llegó y Leo se lo cobró a lo grande.
Pellegrini puso doble lateralEl reajustado planteamiento radicó en convertir el 4-2-4 habitual en un 4-4-1-1 mucho más apropiado para enfrentarse al Barcelona: incluyendo a Kolarov en el medio y cambiando el rol de Navas, que suele ser extremo y ayer fue volante, su medular se veía reforzada por dos activos más y, junto a la zaga, formaron dos líneas de cuatro muy juntitas que se aposentaron sobre su frontal del área como hacen todos los que le ganan al Barça. Y lo acontecido bendijo su pose. Los primeros 20 minutos consistieron en un rondo virtuoso, móvil y fluido entre Xavi, Iniesta, Cesc y Messi que, si bien heló la grada y llenó de paz y confianza el corazón culé, se tradujo en exactamente cero situaciones de peligro para el líder de la Liga. Después, un simple balón largo sin más sentido hacia Negredo metió el miedo en el cuerpo y cambió las tornas. A la media hora, pese al descrito inicio en el que el Barça había demostrado toda su frescura, el balance de disparos era de 4-0 para los ingleses. Como en Múnich.
La exigencia defensiva para el City no era demasido alta.
Puede loarse el hacer de Demichelis en el tramo más inicial, los focos apuntaron a sus bonitas acciones sobre Messi, pero hay que ponerlas en contexto: la ventaja táctica a su favor era enorme. Los pases culés, por precisos y rápidos que fueran, no afectaban ni un poco a ninguna de las tres barricadas de Pellegrini. En la derecha, Zabaleta, Touré y Navas nunca eran batidos; igual que Clichy, Fernandinho y Kolarov en la izquierda; y, en el centro, Navas, Touré Yaya, Fernandinho y Kolarov tampoco se vieron alterados. Los pases que se le filtraban a Messi (o a Fàbregas) llevaban preaviso. Y, encima, el receptor esperaba quieto y de espaldas y el defensa los veía de cara y con opción de anticipar. O sea, era un marco similar al que hizo pasar a Zapata por central de élite hace un año en San Siro.
Busquets, que está mal, no supo nunca cómo defender a Silva.
Mucho más meritorio fue lo de David Silva y Álvaro Negredo. Al ser el City un equipo habitualmente alocado y frágil que se había propuesto neutralizar a Leo Messi, Pellegrini regaló mínimas libertadores a Yaya, Navas y Kolarov; una decisión que dejó muy solos arriba a los dos españoles. En principio, tal cosa podría ser objeto de crítica, al fin y al cabo jugaban en casa y debían ganar, pero, de nuevo, el desarrollo del juego dio la razón al chileno: no necesitaba más para dañar. Busquets solo domina defensivamente cuando sus acciones le pillan de frente, cuando lo que tiene que tapar está delante de él, pero su nivel decrece (y muchísimo) cuando su amenaza le picotea en sus costados o su espalda. Si Sergio tiene que girar el cuello, no es élite defensiva. Y como Xavi y Cesc no le ayudaban y Silva es una maravilla, el canario se alzó como faro del encuentro. Tocó, estadísticamente, la mitad de balones que Hernández. ¿Quién lo diría? Su actuación fue de entidad.
En resumen, el primer tiempo, a efectos prácticos, pareció un vacío en el que de vez en cuando surgía Silva para crear peligro. Había aroma de noche de Champions, el escenario no desmerecía, pero lo único verdaderamente trascendente que sucedía era eso. Pellegrini reinaba.
Mascherano y Piqué fueron los dos mejores jugadores del Barça.
El Jefe echó un cable en bandaA pesar de que el City con dos hombres y algunas ayudas esporádicas transmitía más peligro que el batallón formado por Xavi, Cesc, Iniesta, Messi y Alexis, hay que resaltar la actuación de Mascherano y Piqué. Ambos comprendieron que Negredo no solo era el único delantero sino que también era el único con capacidad para ganarles la espalda, y, sin dejar de prestarle atención, aprovecharon para salir a banda y evitar centros y para salir a zona de pivotes y entorpecer siquiera de manera leve a Silva. Puede decirse que hicieron de sí mismos, de Xavi y de Cesc, y aunque es verdad que algún balón frontal hacia Álvaro causó más nerviosismo del debido, Javier y Gerard proporcionaron al Barça el tiempo suficiente hasta que alguno de los peores jugadores del City dejasen su fallo ante Leo Messi. En este caso, erró Martín Demichelis.
Pellegrini perdió los nervios tras el penalti y roja a Demichelis.
Un penalti más expulsión es un azote durísimo, pero forma parte del fútbol y los mejores técnicos deben saber cómo afrontarlo. Pellegrini, sin embargo, perdió el control por completo. Para empezar, tardó demasiado en reajustar al equipo. Cinco minutos completó el City con Fernandinho de central y Messi a placer en la mediapunta. No entró el segundo porque la Champions, de forma extraña, quiso ser piadosa. Para más inri, Manuel debilitó su medular con las salidas de Kolarov y Nasri y pasó de defender con 4+4 a hacerlo con 4+2. Dani Alves, quien hasta ese momento había emitido unas vibraciones competitivas muy pobres, detectó que su banda estaba sola y exhibió lo que nunca se pierde: su sobresaliente calidad. Con cualquier otro lateral en su lugar, el Barça hubiera sacado menos tajada. El plantel de Martino desborda talento y el impacto del mismo en la Copa de Europa siempre va a constar. Incluso luego castigó con el creativo Neymar en ese lado para hacer el 0-2.
El entrenador argentino ha sido criticado por una supuesta falta de ambición en esa última media hora, pero el único déficit que mostró su equipo en dicho tramo fue de control. En vez de crear una situación de portería propia cerrada y filtración de ocasiones, creó una situación de portería propia inquietada y cascada de llegadas peligrosas. Aunque no les quedase muy bonito, lo lógico era que los culés aprovechasen y resolviesen antes del minuto 90. El teórico conjunto más poderoso de la Premier League le ha durado un asalto a un FC Barcelona nublado. El fútbol es de los futbolistas y los del Barça, en síntesis, son la élite.
kityou 19 febrero, 2014
Para mí un muy decepcionante City. Que el City funcione así domingo a domingo no es excusa. El Barcelona de domingo a domingo hubiese salido goleado y sin embargo añadió un plus de competitividad. Se ha visto a Iniesta correr tras un jugador tras mucho tiempo, he visto recuperaciones en presión y todo, cuando no son capaces de hacerlo en domingo a domingo. Cuando una plantilla de 1er nivel no se motiva y gana un plus para un partido como éste hay que mirar al banquillo y el mensaje de poner a Kolarov-Clichy fue devastador.
Además, no sacó ningún rédito de esa pareja. Alves, ha dado uno de sus últimos 10 mejores partidos hoy, ante una dupla de LTI que dicho sean de paso me parecieron un desastre. Clichy no me sorprende, me parece un lateral muy muy limitado, pero de Kolarov, esperaba algo más, sin el riesgo de ser el último. Esperaba más pierna, más fuerza, más empuje, y sobretodo esperaba algo más de fútbol británico.
Me parece que Pellegrini ha dado argumentos a los que le echaron del Madrid. Volvió a repetir un planteamiento (Arbeloa-Marcelo) (Clichy-Kolarov) que le sirve para minimizar al rival, pero no para maximizar sus piezas. No ha sabido pedirles a sus jugadores un punto más tras el descanso, Yaya en su repliegue ha sido insufrible para cualquier aficionado Citizien. No ha sabido cambiar de registro cuando hubo minutos antes del gol, donde poner corazón antes que estilo, les hubiese dado en mi opinión un rédito mucho mayor, y aún por encima, no ha sabido reconocer un resultado malo pero asumible. El 0-1 era una batalla perdida pero no perder la guerra. El 0-2 que se produce con una defensa esperpéntica, es ser aniquilado en Stalingrado. Eliminatoria muy decepcionante la verdad.