La andadura de «38ecos», el podcast que este portal dedica al repaso de la jornada pertinente del campeonato liguero español, comenzó allá por octubre de 2011, concretamente en la jornada 9 de aquella temporada. Cubríamos el sorprendente Levante de JIM, el Real Madrid de Mourinho, el último Barça de Pep o el Atlético post-Kun, con Manzano, Arda, Falcao… y Diego Ribas. Hasta que el conjunto rojiblanco cayó duramente en el Camp Nou, con un Barça configurado en un 3-4-3 que elevó, momentáneamente y una vez más, el techo del Pep-Team, el Atlético sorprendió gratamente con un juego de posesión, dominio de la parcela rival y asimilación de conceptos que giraban en torno a la figura de su ‘10’, el brasileño Diego.
Los siguientes cinco meses, coincidentes con el resurgimiento del equipo, de la mano de un Simeone que se obsesionó con la seguridad defensiva, fueron más que notables, con Diego embragando ya en el último tramo a jugador líder. A pesar de su salida, los de Cholo ganaron brillantemente la Supercopa de Europa y se reinventaron con el paso adelante de los jugadores que debían cubrir y transformar los matices ofensivos del equipo: Costa, Arda y Koke. La salida del mediapunta permitió potenciar a jugadores hasta la fecha inclinados ante el influjo de Ribas, para terminar de hacer del Atlético actual un colectivo imponente. Este trío compensó la ausencia del exWolfsburgo a base de ritmo, haciendo del robo en campo rival y de los ataques eléctricos la seña de identidad del segundo año del proyecto Simeone.
La media hora ante la Real, clave para entender a Diego
Un concepto, el ritmo, que hizo de Koke un centrocampista casi total y de Arda un jugador que abandonaría su melena por una frondosa barba y un posterior rapado; metáfora de su nueva piel competitiva. Si añadimos el crecimiento de Costa, el hombre boomerang, que iba y volvía sin descanso, como si fuera fruto de una eterna soltería, que sus mediocentros eran Gabi y Mario y que Adrián mostró la cara nostálgica del poeta, al Atlético le faltó esa arista que hiciera reflexionar y gestionar los tiempos del equipo.
Al confirmarse la creación de este contenido, no sabíamos que Diego tendría la oportunidad de debutar y trascender al nivel que se pudo observar el domingo pasadoDiego abandera la pausa. El ’10’. Ribas nos ha hecho la mitad del trabajo. Fue tan sensible el cambio, que ya no resultó una enorme pista de lo que puede ser el Atlético bajo su mando, sino que simplemente era recordar un momento anterior. Diego dejó claro a sus compañeros que de ir tanto en moto se olvidaron de montar en bici. Dicho y hecho. Qué significa esa media hora de juego y porqué las piezas de las que disponía Cholo no podían interpretar así el papel del sudamericano.
Primeramente y resultando ser lo más importante, hay que subrayar que Diego es un jugador más talentoso que cualquier compañero que le compita su zona de influencia. Y que además, como caracterísitca antes que como virtud, tiene una ascendencia visual que le hace flotar por encima de sus semejantes. A título personal considero a Diego un genio que cambia contextos y construye equipos, a pesar de sus resbalones en Porto o Turín. Simplemente su toque de pelota, con cualquier superficie y dirección, su habilidad para detener el tiempo y sobre cualquier otra circunstancia, atesorar esa capacidad de ubicar las piezas en su arquitectura mental, le hacen diferente y mejor. Lo evidente, de entrada.
Seguidamente está el hecho de diferenciarse de sus compañeros de línea. La diferencia entre el brasileño con Koke y Arda es que el primero piensa como un constructor que puede matar un partido en doble dirección, con un pase al espacio o anestesiando con ventaja en el marcador. Arda Turan no ha pretendido y/o podido ser eso aún, incluso gestionando la pelota con Filipe en la banda, el ánimo y objetivo del turco era obtener una ventaja y profundizar pero no contiene en sus genes el administrar la pelota como núcleo del partido. Por su parte Koke es el complemento para dar continuidad, engranando pases con sus pulmones y ahí sí, lanzando contragolpes con un golpeo diferencial en situaciones de juego –balón parado al margen-. Ni turco ni canterano transmiten la sensación de autocontrol y elaboración que transmite el brasileño. Conducen más, se paran menos y juegan con una barbilla menos orgullosa.
A diferencia de Koke y Arda, a Diego sí le nace construir
En esa media hora frente al conjunto donostiarra Diego se hace dueño de todo. Una de las características de su juego, siempre de la mano del tempo, es que consigue procurarse referencias en banda. Protegiendo la pelota, va esperando y obtiene siempre, al ser el ‘10’, tener un pase en las cuatro direcciones que le rodean. Con su posición, se gana altura. Y al mantener el cuero más tiempo en el balcón del área, es cuestión de sus compañeros trazar movimientos para pasar al siguiente nivel: crear la ocasión. Ante la Real, con cada balón que el hombre que llegaba por fuera tenía uno para uno, el pase atrás siempre era una opción ganadora, donde antes Juanfran o Filipe buscaban el remate de sus delanteros.
Si sumamos que en transición Diego no pierde calidad en la conducción y puede servir balones en franca ventaja, al Atlético parece salirle redondo el movimiento, pero también presenta cuestiones debatibles y todo pasa por cambiar el 4-4-2 por el 4-2-3-1. Diego en banda se mostró defensivamente fiable en 2012, pero no es Arda y no es Koke, con lo que el 4-2-3-1 es la opción más factible. Defensivamente dijo Simeone en rueda de prensa que el Atlético dibujó un 4-5-1 con Diego cerquita de recibir tras un robo para buscar a Costa. El 4-2-3-1 rompe la simetría de las dos líneas de cuatro que hacen del Atlético el abismo de Helm y, además, pierde una segunda referencia que aúne pegada, profundidad y trabajo sobre los centrales. Dada la madurez competitiva del equipo y que la visita al Bernabéu es la máxima entidad posible a nivel futbolístico, es una extraordinaria oportunidad para poder observar todas estas cosas. Para observar la llegada de un tipo que, como rezan titular y foto de esta entrada, parece un eslogan político.
javimgol 4 febrero, 2014
Entre Diego, Raúl García y la lesión de Villa, parece que el Cholo se va a jugar las habichuelas con un 451.