Djukic abandonó Mestalla con la fe en Banega casi perdida. El técnico que en verano le había entregado la capitanía terminó prescindiendo de él. Ever no es titular en Liga desde hace dos meses y su caso empieza a oler a chamusquina. Tras cinco temporadas en el fútbol español y cuatro en el Valencia, la carrera de Banega está cada vez más lejos de lo que muchos proyectaron en él. Hoy Ever está en peligro.
Antes de buscar los porqués, hemos de decir que Valencia es un entorno complicado. El club che es grande en historia y exigencia y su presente deportivo parece no poder situarse a la altura de la demanda social. Dicho esto, la “presión ambiental” no es excusa. Ahí tenemos el caso de Roberto Soldado, capaz de anotar 24 goles la pasada campaña. En cristiano; se puede triunfar en el Valencia.
Banega se pierde entre las sombras, cada vez más irrelevante
Volvamos atrás en el tiempo, hasta 2011, los mejores días de Banega. Sin haber cumplido los veintitrés todavía, el futuro de Ever parecía brillante. Ya era un futbolista indefinido (¿mediapunta o mediocentro?) pero su calidad hacía pensar que pronto encontraría su camino. Argentina se preparaba para disputar la Copa América en su país y Batista iba a depositar en el rosarino el peso del centro del campo albiceleste. Banega sería el interior de posesión, el encargado de hacer jugar al equipo. El fracaso del ex de Boca fue rotundo –quizás el jugador argentino de peor rendimiento en el torneo–. A Ever le había quedado enorme ser director de orquesta.
No obstante, su traspié con la Selección no pareció afectarle demasiado, pues Banega comenzó la 2011-12 como un tiro, dejando dos actuaciones que hoy aún recordamos: frente al Sporting de Gijón y, sobre todo, ante el Barcelona en Mestalla. Aquella noche Ever fue una pesadilla para los de Guardiola, que nunca pudieron sujetarlo. Banega la estaba rompiendo jugando atrás, junto a Albelda en el doble pivote. El futbolista soñado por todos parecía estar explotando por fin.
Septiembre de 2011 nos hizo soñar a todos con algo muy potente
¿Por qué no duró aquello? El motivo principal es obvio; la inspiración máxima es siempre efímera. Nadie vive 365 días al año en estado de gracia. Ese mes Banega juntó varias acciones dignas de un dios de la pelota, pero si uno repasa esos partidos verá que todo nace del acierto. Muy poco venía de la reflexión, de conocer el juego. Un interior puede vivir del regate y la magia (ahí tenemos el ejemplo de Luka Modric) pero ha de saber cuándo y dónde ejecutarla y cómo recibir la pelota. Hoy, sin el duende de entonces, Banega sigue perdiendo la bola en zonas de muerte segura. Septiembre de 2011 no fue real.
Pese a todo, las condiciones de Banega resultaban muy jugosas como para ignorarlas en una plantilla como la del Valencia. El que mejor supo interpretar la situación fue Valverde, creador del “Valencia de los centrocampistas”;Ser mediapunta era fracasar un sistema en el que Ever no sería ni mediapunta ni interior. Jugaría por delante de dos hombres (Parejo y un mediocentro) pero con cierta libertad para bajar. Pudo verse un buen Banega pero la marcha de Txingurri a Bilbao acabó con un modelo de éxito fugaz que no ocultaba la verdad: Ever había sido superado en relevancia por un más que irregular Parejo. Exactamente lo mismo que en la etapa final con Djukic. La “derrota” ante el canterano del Real Madrid es el resumen de su decepcionante trayectoria: Banega nació para mandar como pivote. Ser “enganche” suponía admitir la rendición.
Valverde fue el que mejor interpretó la caída de Ever Banega
Ahora llega Pizzi, del que dicen que tratará de recuperar a Banega. Difícil lo tendrá. A favor, el riesgo cada vez mayor de que Ever pueda quedarse sin Mundial. Una hipótesis dramática para quien, a priori, era el centrocampista grande de la actual generación argentina, ganadora de los Mundiales sub20 de 2005 y 2007. El que debía ser el cerebro de la Selección en Brasil 2014 ha terminado superado por Gago y Biglia. Lo peor es que a Sabella no parece importarle demasiado. Y si no despierta, pronto le importará a muy poca gente.
@SharkGutierrez 4 enero, 2014
Lo comenté hace unos pocos minutos con algunos twitteros: el problema de Banega es el propio Banega y toda la expectativa que trajo consigo. Tiene condiciones, las mostró y se difuminó; puede ser que se le sobrevalorara un poco y esto supusiera que, los que vieron a Banega en Argentina, vieron mucho más de un fútbol tan distinto al europeo en carácter y por tanto, en características futbolísticas.
Quizás ese desliz posicional (para bien) que tuvo Valverde le haya ayudado. Quizás no esté hecho para jugar en un equipo como el Valencia, que ahora mismo no es sitio para que un jugador como él, triunfe. En Valencia ahora mismo, hacen falta jugadores que no se escondan, que si pierden una pelota, trabaje en pos del equipo para recuperarla. Banega, a día de hoy, no es eso. Como David, dudo que Pizzi le recupere para la causa.
¿Nos encontramos pues ante un futbolista pérdido? Puede ser que Simeone tenga la varita mágica para imprimirle lo necesario -o no-, lo que está claro es que Banega a día de hoy es una decepción; una decepción recuperable.