La decisión de Carlo Ancelotti de colocar a Isco Alarcón como falso 9 llenó de interés los instantes previos al Real Madrid-Espanyol de anoche. Los focos pasaron a apuntar de inmediato al andaluz, cuya actuación en realidad dejó más luces que sombras pero que terminó siendo totalmente eclipsada por Jesé Rodríguez. El canario, consagrado hace semanas como elemento de plantilla, jugó un partido rico en movimientos y decisivo en el marcador. Fue, junto a Illarra, el MVP del encuentro.
Jesé Rodríguez e Illarramendi destacaron por encima del resto
La primera media hora rescató al Madrid más artístico de la temporada, aunque lo hizo con la nueva fórmula comentada. Jesé ejerció de extremo derecho mientras que Isco ocupó el rol de falsísimo delantero. Decimos “falsísimo” porqueIllarra buscó a Isco y Jesé en el lado derecho el malagueño tuvo un comportamiento muy de centrocampista. La altura de sus apariciones entre líneas no tuvo nada que ver con lo que suele ofrecer Benzema. Isco bajaba a recoger pelotas de sus mediocentros, sobre todo de Illarramendi. Aquí detectamos un mecanismo muy interesante. Asier se abría mucho a la derecha en la salida, buscando el apoyo bien de Isco, bien de Jesé, que comenzaba su recital de movimientos. Minutos antes, el canario había anotado el 1-0 en una ruptura al espacio de esas que vienen en el manual del falso 9, sorprendiendo a los centrales sin marca. Lo cierto es que la dupla Isco-Jesé se las arregló para que Illarra tuviera siempre un pase disponible cerca. El Madrid pudo paliar así el descenso creativo que suponía cambiar al vasco por el virtuoso e inspirado Luka Modric.
Apunte: Isco cumplía correctamente con la parte teórica de su trabajo. Su juego colaboraba al dominio del Real Madrid, si bien su ejecución en casi todos los toques finales fue deficiente.
Jesé leyó de maravilla el juego entre líneas desde la derecha
Con el sector derecho del Real Madrid en uso permanente, la banda izquierda sufrió ligeras modificaciones. Cristiano Ronaldo fue más extremo que de costumbre, aunque para liberarlo estuvo como siempre Di María. También hubo chicha en esta pareja, pues ambos se repartieron con acierto el espacio que creaba Isco con sus “desapariciones”. El Real atacaba con notable fluidez. Ganaba, gustaba y no goleaba por un tremendo Kiko Casilla.
El buen uso del balón dejaba al Madrid listo para robar rápido. Hasta ahora no hemos mencionado al Espanyol porque durante media hora solo existió un equipo sobre el campo. En este punto conviene pararse en la configuración defensiva del Madrid. Pizzi y Torje, extremos periquitos, nunca pudieron profundizar gracias al enorme trabajo del doble pivote blanco cayendo a banda. Illarra y Alonso forman la medular más “conservadora” que puede exponer el Real. Modric no es tanto de fijar su posición en la presión; destaca más achicando que esperando. Esa tarea fue llevada a cabo por Di María y sus mil pulmones, con éxito absoluto. Lo que corre este chico…
La superioridad local la reflejó de manera inmejorable el dato de faltas cometidas: solo una pasado el minuto treinta. Fue entonces cuando Sergio García, ese crack de vida autónoma, forzó un par de córners, inocuos para la meta de Casillas pero que sirvieron para sacar al Espanyol de su padecer. Pese a todo lo sufrido, los de Aguirre se fueron con buen sabor de boca al descanso.
El Espanyol demostró su buen nivel incluso cuando más sufría
Alentados por el tramo final de la primera parte y sin nada que perder, el Espanyol adelantó líneas y Víctor Sánchez pudo por fin morder arriba como le gusta. Antes, Javier Aguirre había tirado de su punta más veloz, Jhon Cordoba, al que los catalanes necesitan junto a Sergio García para avanzar ante rivales superiores. El colombiano, sin hacer gran cosa, dividió la atención de los centrales madridistas y realizó algún que otro disparo. Atrás, claro está, aparecían los espacios para un contragolpe merengue que no fructificó por los milagros del exuberante Sidnei, espectacular al cruce.
Entre contraataques y paradas de Casilla se nos fue una segunda mitad de bastante peor calidad. El Real bajó su rendimiento, quizás porque ni Isco (cuyos apagones físicos son visibles) ni el propio equipo controlan aún lo del falso 9. Pese a todo, los blancos sumaron un nuevo partido sin encajar y casi sin recibir un chut entre palos. Y confirmaron a Jesé, cuya paleta futbolística va sumando registros a toda velocidad. Ayer la lió ante un Espanyol que ha dejado claro en su triple enfrentamiento con el Madrid que son un conjunto duro de pelar.
Abel Rojas 29 enero, 2014
Para mí hubo un nombre que estuvo a la altura de Jesé e Illarramendi y ése fue Nacho, que la verdad es que me gusta mucho cada vez que juega. De hecho, la primera parte de Sergio García es prácticamente anónima y empezó cayendo en la izquierda todo el tiempo, justo la zona de Nacho, y no la olió. En los últimos 10 minutos del primer tiempo se fue a la derecha, que no es su zona más jugosa, y huyendo de Nacho sí controló un par de balones que convirtió en falta.
Creo que Nacho es un jugador muy, muy interesante.