Sin ser un plato exquisito, el Espanyol-Real Madrid de ayer tuvo su encanto. Fue un partido intenso, disputado en el marcador y también en el juego. Esto, por raro que parezca, no trajo demasiadas lecturas negativas para el Madrid. Los de Ancelotti superaron por fin su habitual falta de intensidad defensiva, dejando al Espanyol casi sin opciones de gol. Los periquitos trabajaron bien en la presión y siempre creyeron, pero afrontaban el choque sin el 50% de lo que necesitan para puntuar en una tarde así.
El Espanyol-Real Madrid, no muy divertido pero de buen nivel
Los primeros veinte minutos fueron la excepción dentro de lo visto en Cornellá. Aguirre colocó su línea de cuatro peleona por delante del mediocentro, que por lesión fue Raúl Rodríguez en vez de David López. Que el Espanyol muerde y sabe defender lo hemos ido contando en EcosEl arranque de los locales fue pura intensidad desde que arrancó la temporada. Ayer tuvimos un buen ejemplo. Alex Fernández y –especialmente– Víctor Sánchez salieron con voluntad de presionar casi a toda cancha a Xabi y Modric, mientras que Torje y Stuani se fajaban con Marcelo y Carvajal. Lo que pasó en esa franja de partido es que Modric tardó en aterrizar en Barcelona. El Espanyol logró que Xabi iniciara muy atrás las jugadas (ojo a su posición media en ese periodo, casi pegado a los centrales) y Luka, quizás temeroso por un par de pérdidas, no bajaba a recoger. Solo dos pases en los primeros 40 metros de campo son muy poco para el croata. Insistimos en el mérito de Víctor Sánchez, un pulmón como no hay diez en nuestra Liga.
Esta inseguridad asociativa (77% en pases, 85% en el resto del encuentro) permitió al Espanyol robar y salir a través del que debía ser –y fue durante un rato– el héroe de la noche catalana: Jhon Córdoba. El colombiano se sometió a unos esfuerzos larguísimos contra Ramos y Pepe de los que salió victorioso menos veces de las que pareció, pero que a su equipo le dieron la vida. Por desgracia para los suyos, semejante desgaste terminaría por agotar a Jhon. A base de físico es difícil tumbar a P&R; se necesita sutileza en los movimientos y ayer la calidad estaba sancionada por cinco tarjetas amarillas.
Jhon Córdoba se vació hasta que ya no le quedó una carrera más
Con el Madrid oficialmente incómodo, el hombre al rescate fue Benzema… y no es la primera vez. Karim está protagonizando una especie de temporada clandestina, poco reconocida pero de un valor táctico enorme. El francés volvió a meterse en esa zona de la mediapunta que debería ser para todos pero hoy es para casi nadie. Bale no flota por ahí porque con Cristiano siendo delanteroKarim reavivaba al Real Madrid tiene el deber de abrir el campo. El galés, se le nota en la cara, anda algo triste con su ubicación y su rol en los partidos. Su actuación fue muy gris. Ronaldo por su parte, continúa con el pie torcido, sin la brillantez que acostumbra en los primeros toques. Y Di María, que suele romper por sorpresa en esos espacios, ayer ocupaba el puesto de interior izquierdo, muy abierto y con clara vocación defensiva. Su puesto fue la gran novedad de la velada. El Fideo, muy al estilo de cuando juega con la selección argentina, tuvo un ojo puesto en la espalda de Marcelo y otro en llegar al ataque. La verdad es que al lateral brasileño le sentó bien la protección, pues anduvo muy suelto y con una referencia cercana en la que apoyarse. Y globalmente, el Madrid ganó una pieza en el repliegue y la presión que no tiene con Isco. Ancelotti interpretó con acierto el partido que su equipo iba a vivir en Cornellá.
Di María dio un poso físico extra que al Madrid le sentó muy bien
Y tras Benzema llegó Modric. Tardó más de la cuenta pero apareció, como viene apareciendo el 99% de las jornadas de este campeonato. Luka hizo un poco lo de siempre: jugarla sin perderla, meneando al resto de piezas, sobre todo a un Carvajal que subió mucho y bien y centró mucho y mal. En general, el Madrid entró en una fase de superioridad posicional que para el Espanyol ya fue imposible de derribar, principalmente porque Sergio Ramos le dijo “basta” a Córdoba. El andaluz puso el muro y por allí ya no pasó nadie. A casi su misma altura estuvo un Pepe de rendimiento medio más que notable.
En resumen, los 70 minutos de dominio defensivo son un punto de arranque que ha de servir al Madrid para hallar la mejora que necesita. El ataque estático blanco no fue todo lo fluido que debería y hay temas como el de Bale que han de arreglarse. Mientras tanto, buena es una victoria que le coloca de nuevo a tiro de la cabeza. Fue merecida pero no fácil; delante estaba Aguirre y él no acostumbra a rendirse.
Nicolás Quiroga 13 enero, 2014
Si bien el Madrid ganó, de forma trabajada, y descontó dos puntos a Barcelona y Atlético, lo observo medio peldaño por debajo de sus rivales. Isco no acaba de engancharse, se nota la ausencia de Khedira (en las transiciones ida-vuelta en el Bernabeu cuando todos atacan y la llegada por sorpresa) y partidos (pocos) en los que CR esté desenchufado, la victoria se complica, nadie se pone el equipo al hombro.
El Atlético ya sabemos como juega con su intensidad y de memoria, y el Barcelona abandonó un poco la obsesión por la posesión y es más directo. Si me preguntan como juega el Madrid, es como ir al cine, puede ser una actuación buena, regular o mala, nunca se sabe.
Personalmente, vi al mejor Real con el 4-3-3 con Khedira de interior junto a Modric, arriba los tres mosqueteros, más físico también quizá. Hoy en día sería muy preocupante un cruce ante un rival de Premier y ni hablar de los germanos. Los 35 minutos iniciales de ayer, en un partido de alto nivel, pueden costar muy caros. Si bien ante Juventus consiguieron 4 de 6 puntos en juego, contra Atlético y Barcelona perdió. Habrá que ver cuando lleguen las noches de las grandes citas…
Con respecto al partido de hoy, es precisa y exacta tu apreciación en la redacción, me gustó mucho. Me gustaría destacar a Casilla y la salvada in extremis de Xabi, quitándole el balón de la cabeza a Córdoba en la última jugada del partido.