El Betis anda perdido y eso lo marca todo. Hoy los de Garrido no juegan como quieren sino como pueden. El objetivo es sobrevivir hasta la llegada de algún buen resultado que cambie la dinámica. Por esto, el planteamiento de anoche en Bilbao fue en su mayoría ultradefensivo, casi descorazonador. Poco menos que una súplica al azar. El Betis nunca tuvo cerca la clasificación.
El Real Betis se puso en manos del Athletic y un golpe de azar
El plan bético era esperar atrás, renunciando a todo tipo de presión. El trabajo defensivo comenzaba con un Jorge Molina especialmente atento a Iturraspe. Tras él, una línea recta –matiz importante– de cinco hombres seBetis cerró con todo lo posible pegaba a la zaga para impedir que Mikel Rico y Ander Herrera (interiores) recibieran entre líneas. Si el que intentaba meterse por dentro era De Marcos (extremo diestro), el Betis respondía con más defensa: Dídac cerraba su posición y Juan Carlos se retrasaba a zonas propias de un lateral. Esto dejaba solo a Iraola en situación de pase o centro. Si la ponía al área, Lolo Reyes (mediocentro) bajaba a despejar. Con el chileno eran seis las piezas que a veces terminaban componiendo la retaguardia. Sin duda una imagen impactante.
Todo en el Betis estaba orientado a sobrevivir dentro del partido
Aunque la estrategia más o menos salía (Ander desconectado y De Marcos yendo solo al espacio), la idea no tardaría en resquebrajarse. Por un lado, con tanto centrocampista a la misma altura, escalonarse para contraatacar resultaba imposible. El Betis solo podía ilusionarse a través de Jorge Molina y algo de Baptistao. El ex del Rayo, que ha llegado con chispa, era el único con permiso táctico para romper la línea de cinco, aun a costa de descuidar al peligroso Ibai.
Pero el problema mayor se dio a la hora de controlar las rupturas. Presionaba tan poco y tan atrás el Betis que el Athletic, sobre todo a través del liberado Iraola, colocaba pases a la espalda de la defensa como quería. El “lanzador” siempre podía levantar la cabeza y enviar al desmarque en el momento oportuno; un escenario irrechazable para el inspirado Mikel Rico. Su control en el 1-0 fue puro caramelo.
El Athletic disponía de muchísimo tiempo para filtrar pases aéreos
Tras el descanso, Garrido movió ficha, consciente de que no se podía seguir igual. En realidad solo cambió una cosa: Salva Sevilla abandonó el muro central y pasó a presionar (un poquito) junto a Jorge Molina. Reparar en la salida después de 45 minutos de máxima comodidad confundió algo al Athletic e ilusionó al Betis con algún que otro robo adelantado, pero Baptistao, que ahora mismo es el único elemento autosuficiente del plantel, aún no tiene físico para hora y media de fútbol. Al Athletic le bastó con seguir haciendo lo de la primera parte para poner el 2-0, también de Mikel Rico. El Betis, a solo un gol de clasificar, apenas soñó con el pase. No están para estas historias.
@migquintana 16 enero, 2014
Lo que aportan a un equipo estos jugadores que entran con gol desde segunda línea. El más famoso es Michu, que ya es más delantero que centrocampista, pero es que últimamente hemos hablado de Fernando Soriano, el año pasado destacó Óscar, en esta temporada la está rompiendo Mikel Rico… Ante la falta de gol de los nueves, bueno sea un llegador de estas características.
En lo referente al Betis, lo que sucede es que todo lo que hay detrás de Vadillo – Castro – Baptistao, que parece que puede ser la línea ofensiva de Garrido, es muy desilusionante. El portero no da puntos, los centrales fallan más que en los tres años anteriores, el centro del campo no tiene capacidad de robo… Al equipo evidentemente le afecta lo anímico, que lo tiene completamente aprisionado y no lo deja soltarse, pero es que así va a costar. O emerge un tipo aquí, o la cosa se complica -aún- más.