Fundamental: si por casualidad se perdieron los primeros treinta minutos del Roma-Fiorentina de ayer, hagan todo lo posible por verlos. Especialmente el cuarto de hora inicial, lleno de ocasiones, ritmo y gestos técnicos preciosos. El resurgir de la liga italiana parece ir cada vez más en ese sentido: partidos abiertos, con goles, oportunidades y jugadores frescos. Fue maravilloso, algo digno de ver. Y encima estuvo lo de Gervinho…
En ese tremendo arranque el triunfador fue la Roma. Los de Rudi García se imponían a base de una mayor intensidad, simbolizada por ejemplo en la figura de un Benatia que se comía a Rossi en cada disputa. Los locales hacíanEl brutal inicio, más de la Roma de cada robo una jugada de peligro. El gol tardó cinco minutos en llegar y no resultó ilógico. Tras el 1-0 la euforia continuó. La Roma aprovechó que los interiores de la Fiore (Valero-Aquilani) terminaban muy adelantados los ataques para agredir a la contra. Los romanistas tienen una medular fabulosa a la hora de filtrar balones. De Rossi, Strootman y Pjanic van sobrados dando pases verticales. Y arriba esperaba un Gervinho desatado, que ya había asistido a Maicon y que se sentía capaz de desbordar a un ejército. El africano no piensa cuando encara. Es habilidad muy por encima de talento, pero si le salen todas te llegas a creer que es Messi. Eso parecía.
Gervinho hacía temblar a la Fiorentina en cada balón que tocaba
Pese a todo, la Fiorentina nunca dejó de estar en el choque. El conjunto de Montella siguió asumiendo riesgos, a la espera de que la inspiración romana bajase. Los de Florencia adelantaron la presión y comenzaron a robar con mayor frecuencia. Jugando más en campo rival, la Fiore tiró de sus recursos individuales en el mano a mano. No hay muchos equipos que ganen tanto en el uno contra uno. Así llegó el empate, con Tomovic como protagonista y Vargas como esplendido definidor. La Roma había tenido nuevas opciones de contra pero la valentía de la Fiorentina en el pressing le había dado la igualada.
Entre tanta excitación, la primera parte se cerró con algo de caos. Faltaban jugadores que ordenaran los ataques en los dos equipos (¿Totti y Pizarro?) y se empezó a chocar en exceso. Nada que empañase lo vivido, claro está. El espectáculo había sido vibrante.
A la Fiorentina no suele faltarle gente que regatee por la banda
Tras analizar el escenario del encuentro, Montella optó por la vía de la seguridad. Sus futbolistas estaban concediendo demasiados espacios al adversario, así que tras el descanso, la Fiorentina retrocedió de forma evidente. Ya no presionaba arriba. El lado positivo fue que las transiciones de la Roma La Fiore intentó defender atrás pero no le salióprácticamente desaparecieron. Sin embargo, al cuadro viola la portería de De Sanctis pasó a quedarle muy lejos. Rossi no tenía apoyos y toda la esperanza visitante recaía en la capacidad de Cuadrado de limpiarse a tres contrarios desde muy atrás. El partido ya estaba en lo que ofreciese la Roma en ataque estático. Ahí surgió Maicon. El lateral brasileño no es el de 2010 pero vuelve a estar fino, y eso significa mucho. Decíamos antes que a la Roma le estaba faltando gente que organizara las jugadas, que no la perdiese al segundo. Maicon fue eso. Cada pelota que tocaba servía para que los suyos la conservaran un ratito. Y claro, con el Gervinho de ayer, eso equivale a gol.
De nuevo en desventaja y sabiendo que la Roma recularía, Montella sacó todo lo que tenía para no precipitarse con la bola. Pizarro saltó al césped y más tarde lo haría Joaquín, del que siempre se puede esperar que saque algo en un metro cuadrado. No tuvo tiempo el gaditano. La Roma replegó y aunque sufrió bastante (no es un equipo para encerrarse), finalmente se llevó una victoria justa y merecida, en un duelo que se recordará por su impresionante primera media hora y por el show de ese extraño elemento llamado Gervinho.
@sebas_gamarra 9 diciembre, 2013
Es curioso, pero los dos partidos de la temporada pasada entre estos dos tambien fueron sumamente atractivos, y vale decir que la Roma (con ese 0 1 en Florencia) fue la que dejó a la Fiore sin Champions.
Al margen de que Rudi funcione de maravillas, sigo sin entender porque la Roma no apostó en su momento por Montella.