Ayer vivimos un hecho curioso en Pamplona. Con 2-0 en el marcador, el Real Madrid sufría la expulsión de Sergio Ramos, quedando en situación más que complicada para el resto del encuentro. Sin embargo, lejos de hundirse, el Real reaccionó de manera instantánea, anotando un 2-1 que históricamente es la antesala de otros dos tantos por venir. Es el hechizo del Real Madrid, la leyenda de las remontadas, contra la que hay que proponer mucho para resistir. Osasuna ayer tenía El Sadar de su parte, un estadio donde Barça y Madrid ya pincharon y que a nadie gusta visitar. Pero no fue el mítico recinto navarro lo que venció al hechizo, no. Fue la paciencia y el toque. Fue el pase extra y el valor para darlo. Fue un Osasuna distinto, contranatura. Por eso resultó tan admirable.
Osasuna se retó a sí mismo y estuvo cerca de la victoria absoluta
Advertidos de la dificultad, el Madrid salió enchufado, buscando atacar muy arriba con su clásico dibujo “anticerrojos”, es decir, Marcelo “de extremo” y Ronaldo centrado. Decíamos ante el ValladolidEl Real tuvo un buen arranque que necesitábamos un rival más correoso y físico en la marca para valorar si Modric y Alonso funcionan ya como doble pivote, sobre todo por el croata, al que suele tocarle el perfil incómodo. Visto el arranque blanco, la respuesta es positiva: Xabi y (muy especialmente) Luka iban y venían con notable fluidez por todo el ancho del césped. Tras ellos, el Real necesita de la continuidad de Isco en el juego. El malagueño ha de intervenir mucho para que a su equipo no le falte una referencia entre líneas. Dicho y hecho; con sus giros, Isco metía a Silva y Lolo –doble pivote rojillo– casi en área propia. A Osasuna contragolpear le quedaba lejos.
Pero el fútbol es caprichoso y Osasuna logró marcar a la primera que tuvo. Caprichoso aunque no inexplicable. Los de Gracia escaparon de una encerrona en la izquierda para cambiar rápido de orientación, un movimiento que dominan. El Real no respondió. Sin Di María, la línea de mediapuntas blanca no tiene intensidad en el repliegue, Osasuna sí pudo cansar a Xabiun nubarrón competitivo con el que el Madrid lidiará toda la temporada. El subidón local sí fue puro Pamplona: Osasuna adelantó líneas de forma obvia, permitiendo a Silva y Lolo lucir en lo suyo. Con el robo mucho más cerca de Diego López, los de Gracia ya podían encontrar a Marcelo en mano a mano. Ojo, hay que disculpar al brasileño, que no tenía la ayuda de nadie. CR no baja y Xabi Alonso estuvo lentísimo yendo a tapar a la banda. En realidad, exceptuando el cuarto de hora inicial, que no tenía que esprintar, el tolosarra estuvo lento siempre que debió bascular. Cuando Marcelo recibía abierto solía faltarle una opción de pase atrás que, a priori, recaía sobre Xabi. Al no estar, tocaba melón al área.
El cambio de orientación de Osasuna fue un elemento muy valioso
Anotado el 2-0 a balón parado, llegó el combo de jugadas explicado al inicio. Sergio Ramos veía la roja y acto seguido el Madrid hacía el 2-1, obra de Isco, el que más lo había merecido. Ancelotti preparaba a sus pupilos para el hechizo, retrasando a Xabi a la defensa y bajando unos metros a Isco para que se juntase con Modric. Un doble pivote que a la hora de cerrar solo tiene el esfuerzo de Luka, pues Isco es de los que la ve pasar sin sonrojarse. Osasuna podía encontrar muy fácil por dentro a Torres pero eso le conducía a una verticalidad excesiva. Se estaban exponiendo a la contra madridista.
El remedio del cuadro osasunista fue el más inesperado: el tiki-taka defensivo. Osasuna comenzó a jugarla con su portero, a abrir a los centrales, crear líneas de pase de riesgo pero efectivas… El Madrid es un conjunto pelín débil en la recuperación. Isco, Benzema o Ronaldo no gozan presionando. Incluso Bale es flojete defendiendo zonas interiores. Los de Ancelotti se habían desconectado. Osasuna, pese a tener uno más, tocaba por encima de sus posibilidades. Ahí el fenómeno fue Armenteros, que le dio la velocidad y sentido exacto a cada ataque. Supo regatear y guardarla siempre. Fabuloso.
Osasuna logró defender con la posesión ante un Madrid muy frío
Viendo que sus futbolistas cada vez estaban más lejos de recuperar la pelota, Ancelotti tuvo que decidir en base a la energía, obviando lo demás. Di María entraba por Bale para bloquear la sangría (el Madrid acumuló tres hombres en el centro), pese a que en situaciones así Ángel se precipita mucho más que Gareth. Modric, tocado, ya no podía darle ritmo al Madrid y por delante faltaba de todo –Benzema ausente–. No es de extrañar que entrara Nacho y calentase seriamente Arbeloa. El Madrid estaba sin nervio, pero un error de Silva y el inmediato 2-2 insinuaban la consumación del legendario hechizo merengue. No sucedió. Osasuna ya había dejado sin gasolina al Real. Ocurrió muchas veces en el pasado, pero nunca así. Nunca con tanto pase.
Abel Rojas 15 diciembre, 2013
Sinceramente, el de ayer me pareció un partido preocupante del Madrid. No me pareció lógico dentro de la línea de su temporada. Y no lo digo por el resultado, sino por la manera de volverse completamente loco tras un 1-0 aislado en el minuto 15. Si me dijeras el 75, pues vale. Pero, ¿en el 15? Y más cuando los 15 anteriores le había dado la razón a su propuesta por 4º partido consecutivo.
El Osasuna seguía igual en defensa, que era básicamente replegado para que le pillaran la espalda, y el Madrid en vez de seguir tocando, subiendo jugadores y creando superioridades, empezó a mandarle balones al muro. Modric e Isco pasaron de protagonistas a ignorados.
La segunda parte, siendo más desastrosa, sí me pega más. Osasuna lo bordó con balón -impresionante, mi aplauso desde aquí- y si a este 4-2-3-1 le quitas la pelota simplemente no tiene calidad para robarla. El problema para mí fue totalmente con el balón. Su entrenador quería y confiaba en que lo tuviesen bien, y eso es lo que más hay que medir. Si quiere tener una gran ocupación de espacios defensivos en vez de eso digo yo que Illarramendi y Casemiro hubieran tenido minutos.
Por decir algo positivo del "perdedor", a mí Isco me parece impresionante y cada día más. Desde su pésima actuación en Almería está brutalmente bien. Si en mayo está a este nivel o superior sí me costaría más entender que no fuese al Mundial. Es demasiado decisivo y es que juega de maravilla con la pelota. Me gustaría mucho verlo de "9" en España.