En agosto de 2012, hace ya casi año y medio, escribimos en Ecos un artículo de título escueto y sugerente. «Zlatan Ibrahimovic» contaba la vida y milagros del célebre delantero sueco desde su nacimiento en las calles de Rosengard hasta la que por entonces había sido su última temporada, la 2011-2012. La última en el tiempo y la primera del resto de su carrera.
Siendo sinceros, la relectura del artículo deja cierto aire “a viejo”. En aquellos días, Ibra acababa de finalizar la mejor campaña de su vida. Un giro totalmente inesperado en su fútbol que le llevó a cifras anotadoras de escándalo –casi gol por partido– y a su primera gran noche europea. Todo esto pasada la treintena. Había que esperar. Necesitábamos una prueba más de que aquello no había sido el canto del cisne del futbolista. Los 35 goles en su debut francés aparcaron las dudas: Zlatan ya era eso. Una bestia del día a día.
Milan y Paris Saint Germain han disfrutado al mejor Ibrahimovic
Sí, es cierto. La Champions seguía –y sigue– siendo la asignatura pendiente del crack, pero algo se avanzó. Tras machacar al Arsenal en San Siro, Ibrahimovic mantuvo vivo al Milan en el Camp Nou, ante todo un Barcelona de Guardiola. Al año siguiente volvió a colarle un golito a los culés, si bien su partido de vuelta en el coliseo azulgrana fue tremendamente decepcionante. Falló cuando más cerca lo tuvo, cuando más fácil parecía. Resta por saber el desenlace de la presente Copa de Europa. Ibra continúa arrasando y el PSG es más, en talento y experiencia. Quizá esta es la buena y Zlatan logra por fin colocar su nombre a la altura de su aportación al fútbol. A nivel de clubes le quedaría un palmarés casi intachable pero… ¿y con su selección?
La Champions cambiaría la visión histórica de este futbolista único
Más allá de un buen periodo en la sub-21 y algunos encuentros de clasificación ya con la absoluta, la trayectoria de Zlatan en la selección arranca en el Mundial 2002. Fue en aquel Argentina-Suecia, el que hundió a la albiceleste en la ansiedad y deprimió por siempre a Bielsa. Ibra saltó al campo a falta de dos minutos con la única misión de perder tiempo. Su debut real llegaría cinco días después, frente a Senegal en octavos. Ibrahimovic ingresaba con empate a uno a un cuarto de hora del final, tiempo suficiente para rozar la gloria en un jugadón que habría dado el pase al TOP-8 a su país. No pudo ser. Suecia caía en el Gol de Oro. No hubo reproches para Zlatan.
Si existió una etapa en la que Suecia pudo haber dado un paso extra a la hora de competir fue en el ciclo 2004-2006. Ibrahimovic, el último gran Larsson, Ljunberg, Kim Kallstrom, el eterno Mellberg… el seleccionado 2004-2006, quizás la etapa clavenórdico tenía mimbres para pelear. Lo hizo en la Euro 2004, la del pacto ante Dinamarca y el sublime taconazo de Zlatan sobre Buffon. Suecia caía en la tanda de penaltis ante Holanda. A Ibra le tocó volver a rozar la gloria: su lanzamiento desde los once metros se marchó grotescamente desviado, dejando de nuevo ese amargor de las malas conclusiones. Dos años más tarde, el grueso de aquel plantel repitió concurso en Alemania 2006, con resultados bastante más desilusionantes: eliminados en octavos ganando un solo partido. Un torneo que a Ibra le pilló inmerso en diferentes problemas físicos y que dejó un saldo a olvidar: cero goles y cero asistencias. Su segundo Mundial había quedado en nada. Se marchaba la mejor Suecia.
La Copa del Mundo de 2006, quizás el peor recuerdo con Suecia
La decadencia de piezas claves como Ljunberg o Larsson y de la propia selección fue contraria a la evolución de un Zlatan que se adentraba en su primera explosión como futbolista. Ibra comenzaba a dominar el Calcio, granjeándose ese aura de megaestrellla que antes no había terminado de desarrollar y que le permitía abandonar (y regresar) al combinado nacional siempre que le apetecía. La Euro 2008 se resolvió con un balance familiar: dos golazos y disgusto en el último partido. Ante Rusia y con la clasificación dependiendo de ellos mismos. Les valía el empate pero Arshavin fue más. Las históricas vacas sagradas decían adiós. Ibra estaba solo.
Como líder absoluto las cosas iban a ponerse difíciles. Si en el Inter su nivel era increíble (25 goles solo en Serie A), con Suecia Ibra no pudo clasificarse para el Mundial de Sudáfrica. Ojo, motivos había: los suecos quedaron emparejados en una durísima liguilla con Dinamarca y la Portugal de Cristiano Ronaldo. La dicotomía éxito-fracaso dividía a un Zlatan que estaba en el momento cumbre de su carrera tras su fichaje por el Barcelona. Con el poder que le otorgaba su valor de 65 millones de euros, Ibrahimovic dijo “hasta luego”.
Como líder absoluto de Suecia, Zlatan fue difícil de interpretar
El resto de la historia se conoce. Ibra rompió del todo en Milán y París, convirtiéndose en la figura casi incontestable que narrábamos al principio de este texto. Entre exigencias varias (incitó al técnico Erik Hamren a colocarlo como mediapunta), Zlatan retornaba con acierto a la Selección, a la que clasificaba para la Euro 2012. Allí hubo más de lo mismo: golazo y eliminación ante rivales potentísimos. Sin tristeza esta vez, Ibra siguió dándole cosas a su país, al que ha logrado meter con seis goles en una repesca… ante la Portugal de Cristiano, los verdugos del Mundial 2010. De lo que suceda esta semana dependerá gran parte del recuerdo del Ibrahimovic sueco. Perderse dos Copas del Mundo justo cuando te toca liderar es muy duro, por más que deportivamente todo tenga explicación. En realidad, habría mucho de Ibra en este epílogo internacional. Con él quizás no haya más camino que la insatisfacción permanente. Culpa suya, por ser tan bueno.
@SharkGutierrez 13 noviembre, 2013
"Perder es lo normal", es algo que va implícito en la historia de Zlatan y la selección sueca. Yo creo que el hecho del pasado (Mundial 1994), todavía les está pesando. Saben que mejorar eso, a día de hoy, es casi imposible. Ya es complicado para ellos clasificarse. El fútbol sueco ha atravesado distintas etapas (en los 50, cuando los grandes "suecos" que jugaron en Italia, les vetaron jugar en la selección, por el hecho de salir de su país). Luego una etapa de ostracismo en los 60 y algo de luz en los 70 y 80. Los 90 son la mejora época para ellos y el 94, su cénit.
Creo que ahora mismo, le cae una responsabilidad que por calidad debería tener, pero que su selección no acompaña. Lo ven bastante complicado. Eso, que actualmente no tienen mala selección..pero no está siquiera en el TOP-10 europeo. Pese a todo, es un inconformista; cuando renunció…llegó un momento en el que tenía que tomar una decisión definitiva y huyó. Creo que la situación se me asemeja a jugadores de la talla de George Best (salvando las distancias) con Irlanda del Norte. Sus vecinos daneses, están iniciando una transformación e incluyendo mucha juventud experimentada en diferentes equipos de buenas o grandes ligas y eso, también les duele. Los suecos ahora mismo, no tienen ese relevo necesario (en cuanto a estrellas) para Ibrahimovic y saben que es última oportunidad de poderlo demostrar en un gran torneo.
Aunque, sinceramente, creo que Portugal tiene más experiencia en estos duelos y eso, es otro contrapeso para Ibrahimovic.