El Arsenal es el líder de la Premier League porque ha sido quien mejor ha jugado a ésto, algo que le ha dado poco crédito por el pasado que arrastra. Ni siquiera tras ganarle al Liverpool se le consideró de forma unánime un candidato potente al título, y eso que la distancia entre su fútbol y los siguientes no era discutida. Hoy tiene a Mourinho, Moyes y Pellegrini a 4, 5 y 6 puntos respectivamente. Están a menos de lo justo. Es un palo. Su reacción inmediata desvelará cuán prolongable es lo que se había visto hasta ayer. Será una cuestión de pura personalidad. La que le sobra al Manchester United como entidad.
Phil y Carrick, el doble pivoteSu enfrentamiento tuvo a Phil Jones como epicentro táctico. En el primer tiempo jugó, junto a Carrick, en el doble pivote del 4-4-2 local. Pasaron dos cosas: 1. Ante Arteta había 10 camisetas rojas, porque Rooney bajaba, y Mikel no encontraba a nadie entre tanta gente. Flamini fue un cero a la izquierda y Ramsey y Cazorla bajaron poco a echar un cable. 2. Así, el pase vertical de Arteta no solía ser claro, no daba ventaja a Ramsey, Cazorla o Mesut, cosa que Phil Jones, que sobre todo es velocidad (sí, sí, sí), aprovechó para comerse el centro del campo como hacen los buenos defensores: forzando fallos. Iba a por uno y ése metía la pata.
Arteta no pudo contactar con los tres mediapuntas «gunners».
Rooney-Kagawa, gran sociedadComo el pase vertical no fluía y Arteta, que es sabio, no quería regalar contras, dejó de darlo y pasaron dos cosas más: 1. Özil no apareció. 2. El ritmo del encuentro fue muy lento, que era lo que quería –lo que viene queriendo– David Moyes. En pleno polvorón Rooney empezó a caer a la izquierda para aliarse con Kagawa, que será su gran socio si le dan continuidad, y entre los dos pausaron arriba para quitarle fe al Arsenal, que sentía que todo lo que estaba ocurriendo iba en contra de sus intereses.
Por la baja forma de Van Persie, que estuvo algo inactivo, el United no creó peligro por dentro, pero Evra y Valencia sí dañaron por fuera. Sin mucha brillantez, los Red Devils habían atacado más y habían metido un gol de córner. Tenían su ansiada renta.
Con Jones de central, el Arsenal ganó metros, pero no peligro.
Pero en el último lance del primer tiempo cayó lesionado Vidic, a quien Moyes sustituyó por Cleverley, pasando Phil Jones a ser central. No le quedaba más remedio; en el banquillo no había ni un defensa suplente. Sin Phil en la medular, el United cedió el balón descaradamente y bajó su defensa 20 metros sin exagerar. Arteta tomó aire y encontró más a los de arriba. Y más que los encontró cuando Wilshere entró al campo por Flamini. El inglés jugó de «10» y Özil pasó a la derecha, algo que a él no le gusta según cuenta pero que contra defensas férreas le hace la vida más fácil. En una hora como mediapunta completó 23 pases; en media en la derecha, 19. No es que la liase, pero mejoró a su manera y el Arsenal ganó veneno. Se notó en Sagna, que puso buenas roscas mientras Evra perseguía a Mesut. Claro que con Phil Jones en el área, ni Giroud, notable otra vez, pudo rematar. El 1-0 persistió.
Juan 11 noviembre, 2013
@ Abel leí su Twitter sobre Özil, pero para Alemania que siempre está presente y comienza y termina jugadas. Él tiene esa oportunidad en el Arsenal que no lo hizo en el RM. Creo que cuando Walcott y Podolski están de vuelta veremos lo que realmente brilla con más espacio por delante.