De todos los términos que Sudamérica legó al fútbol, pocos más geniales y certeros que aquel que llamó “la caprichosa” a la pelota. No hay mayor verdad. Se preparan partidos durante días para que luego un mal bote de esa dama cruel te lo rompa en segundos. Y ojo, que a veces es peor. A veces, como le pasó ayer al Valencia, juegas mejor que nunca, haces todo para vencer pero la bolita decide que solo se irá de fiesta con el equipo contrario. Solo pasa con nuestra señora. Sus hermanas no son tan consentidas.
Ningún deporte deja tanto espacio a la sorpresa como el fútbol
Djukic quería mentes frescas así que se dejó a los mundialistas Banega, Postiga y Pereira en el banquillo. Había que salir a tope… y así fue. El Valencia ofreció la cara más ágil de la temporada en la primera mitad, con dos protagonistas destacados: por un lado, los detallitos de Canales, que no son lo que un día imaginamos pero todavía aportan cosas. Su facilidad para moverse liberaba a los extremos, Fede y Pabón, que empezaron muy abiertos pero fueron uniéndose al juego –sin dejar de ser profundos–, regalando espacio a los laterales. Barragán se cansó de centrar en el Martínez Valero.
Por detrás de este mecanismo coral surgía el otro hombre fuerte del Valencia en ese periodo, un Dani Parejo al que Escribá no terminó de atar bien. Rivera tenía la misión de “marcarlo” pero la dinámica del madrileño le sobrepasó. Riverita no estaba cerca de quitársela al cerebro che y el Valencia lo disfrutaba, casi tanto como la ausencia de Carles Gil en las filas locales. El Elche no olía contragolpes y tampoco disponía de la habilidad del «15» para inventar salidas desde campo propio. Si a todo a esto unimos que el balón parado masacraba a los de casa, el 0-0 parcial resultaba un notición.
El Valencia completó una primera parte bastante interesante
Sugestionado por lo visto en los cuarenta y cinco minutos iniciales, Escribá ordenó un repliegue inmediato tras el descanso. Sin matices; el Elche se metió atrás. En parte le salió bien porque de repente Fede y Pabón dejaron de tener metros para percutir, pero claro, ahí acababa el Elche ofensivo. Casi un cuarto de hora tardaron en cruzar la divisoria. Fue entonces cuando La Caprichosa empezó a juguetear con todos. El primer ataque ilicitano, de poco peligro aparente, concluyó con un cabezazo imposible de Fidel. Para no creerlo.
Djukic reaccionó con lógica al golpe introduciendo a Postiga por un Fede desconectado del choque. De este modo, Jonas pasaba a jugar de segundo punta, que ya está más que claro que es su posición ideal. El brasileño conectó al Valencia entre líneas, dándole además una segunda referencia en el área para los centros. Parecía imposible que el empate no llegase. De hecho, tras marcar Bernat, todo indicaba que el segundo era cuestión de tiempo. Pero no. La pelota tenía otros planes. Concretamente, los de hacer inolvidable el debut de Cristian Herrera, delantero zurdo de la cantera del Elche que en apenas un ratito sobre el césped chutó dos veces y marcó un bonito gol. Doce llevaba en el filial, así que entendemos que lo suyo no fue un capricho del destino. La derrota del Valencia quizás sí.
Abel Rojas 25 noviembre, 2013
Ayer leí a bastante gente de Las Palmas muy enfadada por el caso Herrera. Tengo entendido por lo que he leído en los últimos días que su club de origen pudo hacer algo más por retenerlo y que allí pareció un error permitir que se fuera.
El chaval en el segundo equipo del Elche la está partiendo y todos apuntan a que tiene unas maneras muy serias, y la verdad es que la carta de presentación fue potente. Aunque a mí el Valencia me gustó bastante menos que a David y me pareció más fácil de tumbar que a él si soy honesto.
Sin restar el menor mérito al chaval.