Argentina hace dos años que no pierde un partido*. En este lapso de tiempo ha dejado en el camino a rivales como Brasil, Alemania, Italia o Colombia, por citar lo más meritorio de su trayectoria. “Muchos amistosos”, dirán los puntillosos, pero lo cierto es que no hay victoria gratuita y Argentina empieza a acostumbrarse al triunfo. Sabella ha conseguido que sus futbolistas disfruten en la albiceleste, algo que no pasaba desde hace más de una década. El último reto del Pachorra ha sido vivir sin Messi, cuya ausencia se siente como ninguna. Sin Leo mediríamos cuánto tiene Argentina de equipo y los reflejos tácticos de Sabella. Abundan las conclusiones.
Jugar sin Messi ayudaría a saber algo más de esta Argentina
La primera noche sin Leo no fue demasiado positiva. Ante Colombia, Sabella optó por sustituir al Diez en el más amplio sentido de la palabra. Su puesto lo ocupó Montillo, un enganche que podría emular en cierto modo el fútbol de Leo. Salió fatal porque el del Santos no es Messi, al menos en esta vida. Sabella tomó nota y varió el rumbo.
Tras el cerrojazo en Ecuador –Alejandro los reserva solo para determinados escenarios como visitante– llegó el duelo ante Italia, en lo que supuso el inicio del “juego al espacio”. Argentina asumió el hecho de no contarItalia mostró el camino a seguir con un monstruo que, al pie, derriba murallas y decidió no buscar nada parecido. Lamela y Palacio jugarían abiertos y libres, con una referencia central (Higuaín) y Di María rompiendo desde atrás. El Fideo era el hombre fuerte, al que había que localizar tras robarla y al que se tenía que dejársela de cara. Como Italia quiere la pelota, el discurso del partido fue unidireccional: pérdida de los de Prandelli y carrerón de Di María y compañía. Argentina fulminó con menos balón que nunca… pero se necesitaba algo más. Faltaba la prueba ante un rival cerrado.
Sin Messi, Argentina refuerza su contragolpe al son de Di María
El 0-1 de Pizarro en El Monumental llenó de interés la cita del pasado viernes. Los peruanos se meterían atrás y Argentina tendría que atacar en posicional sin la presencia de Messi. Momento ideal para descubrir si Sabella tiene plan para esas situaciones, si Argentina conserva el temple más allá de su calidad e inspiración técnica. La prueba del algodón, vaya. La respuesta global fue muy positiva pues, más allá de la fácil victoria, se vio a un entrenador que no deja de acertar.
Sabella tocó cosas. Se mantuvieron las alas móviles (Palacio-Lavezzi) y la referencia en el medio, que con Agüero ganó en importancia. Peleando contra los centrales, el Kun es un bicharraco superior a casi todos. Ese apoyo de espaldas es una solución permanente en cualquier circunstancia. Pachorra quiso que Agüero no se desgastara demasiado cayendo a banda. Lo colocó de «9» puro. Lució menos que con La Pulga pero fue más que decisivo en la pizarra.
Sabella busca soluciones para paliar la ausencia de Messi
La otra medida fue la liberación total de Di María. Con Leo, el madridista tiende más a la izquierda. Sin el crack, Ángel pasó a intervenir más en la zona centro-derecha, la clásica de Messi y la que como zurdo le simplifica los pases interiores y demás acciones de ese tipo. Sabella había vuelto a acertar potenciando el papel de DiMa en la creación. En realidad, 24 meses después de que asumiera el cargo, cuesta encontrar algo en lo que el ex técnico de Estudiantes haya errado de manera clara. Será el Mundial el que establezca su nota como seleccionador pero hoy no hay motivos para negarle el sobresaliente. Argentina es un equipo, con y sin Messi.
*Excluimos el intrascendente Uruguay-Argentina de anoche, disputado con la práctica totalidad de jugadores suplentes.
Ramiro 16 octubre, 2013
Muy de acuerdo en todo lo que se comenta en el artículo. Sin embargo, y por poner algún pero a la trayectoria momentánea de Sabella en la Selección, creo que erra en el respaldo obsesivo a Romero, habiendo otras posibilidades competentes en la posición (también mejores que Andujar, hasta ahora segundo arquero de Argentina). La segunda tara en su desempeño es el trabajo de la pelota parada, especialmente en el apartado defensivo. Se conceden demasiadas facilidades al rival por norma general, no hablo sólo del partido de ayer, al fin y al cabo jugaron únicamente dos titulares (Fernández y Romero), también pudo verse en el partido contra Ecuador, por poner otro ejemplo.
En cambio, al contrario de lo que opina la mayoría, estoy más o menos conforme con el desempeño del entramado defensivo en general, siempre y cuando consideremos que ninguno de los cuatro jugadores de atrás, cinco si incluimos a Chiquito, son de primer orden mundial (puede aceptarse la excepción de Zabaleta, aunque no deja de ser un lateral cumplidor tipo Arbeloa).
Concluyo diciendo que con algo de suerte en los cruces Argentina podría meterse con cierta tranquilidad en semifinales del Mundial de Brasil (Dios quiera que Alemania no aceche en cuartos por tercera vez consecutiva). A partir de allí, con Messi, Agüero, Higuaín y Di María será lo que tenga que ser.