En 1993 Capcom lanzó al mercado “Super Street Fighter II: the new challengers”. Por primera vez un videojuego de lucha cara a cara incluía un contador en tiempo real de los golpes y movimientos que los jugadores fueran capaces de encadenar para lograr efectos especialmente eficaces con sus luchadores virtuales. Un elemento menor en apariencia, todo un hallazgo en realidad, que con el tiempo dio paso a un concepto fundamental para el género que trascendió el campo semántico que lo vio nacer y hoy me sirve para definir el juego de Asamoah Gyan: el combo. Porque hay dos cosas que el capitán ghanés hace muy bien: correr y empujar. Lo uno hacia portería, lo otro a los rivales mientras hace lo primero.
De la mezcla de ambas acciones surge un combo que ha asegurado muchos goles a un delantero centro sin demasiada calidad en la definición ni juego en el área. Asamoah Gyan, estrella fugaz del hiplife ghanés, cinturón marrón de jiu-jitsu brasileño y promotor de boxeo, no muestra gran afinidad con las sutilezas del juego. Él corre, empuja y conquista así la posibilidad de pegarle hacia el arco. Lo buena que sea la posición ganada hace el resto. Y cuán a menudo consigue que esta sea buenísima es lo fascinante de este delantero que, si los faraones no lo impiden, intentará dejar su firma en Brasil como ya lo hizo en Sudáfrica: clasificando a los suyos con un gol que le define mejor que esta columna.
@zapraszamito 13 octubre, 2013
Un futbolista que, desde luego, no enamora por su juego ^^
Inolvidable el penalty que falló contra Uruguay. Sin duda una de las imágenes del Mundial de Sudáfrica. Y aquel fallo convirtió a Luis Suárez en héroe absoluto. Momentazo.