La llegada de Gareth Bale al Real Madrid precipitó un gasto muy importante por parte de uno de los nombres que más ha rellenado las horas vacías de radio españolas en este mercado veraniego: Daniel Levy. Entre la numerosa lista de nuevas incorporaciones que el empresario británico ha puesto a disposición de Villas Boas, destaca el nombre de quien ha heredado el dorsal del crack galés: Erik Lamela. El argentino llegó a Roma como una de las grandes propuestas de los nuevos dueños norteamericanos de la loba en la era post-Sensi, y a pesar de dos temporadas insatisfactorias en términos colectivos -ni Luis Enrique ni Zeman consiguieron solidificar sus proyectos-, lo cierto es que el futbolista argentino sale reforzado tras su paso por la Serie A.
Pese a que en lo colectivo la AS Roma nunca despegó, Erik Lamela sí que lo hizo.
Lamela llegó al conjunto capitalino con cierto caché, aunque, como tantos otros talentos argentinos, emigró del país habiendo jugado tan solo un año de forma regular con el primer equipo de River Plate. El descenso de la banda terminó de acelerar la venta de una de sus principales promesas, y Erik firmó por la Roma a la par que Luis Enrique, un técnico que tras lo demostrado en el Barça B llegaba bajo la presión de que los resultados llegasen, acompañados de un fútbol en boga en Italia bajo el manido apelativo de “sello Masía”. Sin embargo, la temporada de Luis Enrique fue irregular, y se puede decir lo mismo de las apariciones de Lamela, en las que dejó detalles, pero de forma bastante inconstante.
Detalles, otra vez, dejó en la etapa de Zeman, pero esta vez de manera muchísimo más regular. El plan de juego que desarrolló el preparador checo tenía en Lamela a uno de sus futbolistas más representativos, y no es posible asegurar que el que más porque entre tanto vértigo lució, más que ningún otro, el talento de Francesco Totti.Con Zeman, Erik Lamela explotó en lo goleador desde la derecha Zeman preparó su 4-3-3 habitual. Salidas verticales, movimientos agresivos, y en definitiva, muchos futbolistas corriendo hacia la portería rival. Ante tal panorama Lamela se lo pasó como un niño el día de reyes. El argentino, cuando recibía sobre el sector derecho, se encontraba en un caos -la forma más sencilla de definir los partidos de la Roma con Zeman- en el que podía explotar su fenomenal conducción y regate. Pero su impacto fue más allá. De los tres puntas que Zeman ponía en liza, el derecho era Lamela y el izquierdo era Totti. Es decir, todo lo que le llegaba al genio romano significaba una pausa, un momento de lucidez, se vestía el traje aéreo en plena caída libre. La izquierda basculaba al rival, y Erik recibía con el carril derecho aclarado. Lamela hizo el año pasado 15 goles, y 10 de ellos fueron conseguidos antes del 1 de febrero, fecha en la que Zeman fue despedido.
El impacto tras su llegada a Londres queda por tanto bastante matizado. Bale es un genio que no solo resuelve partidos gracias a su brutal disparo y tremenda velocidad, también, en su última etapa, ha empezado a aprender los secretos del juego interior. Lamela llega al Tottenham con la clara función de sustituir al galés, pero la realidad es que hasta el momento no ha demostrado poder ser continuo en un discurso en el que el balón se pose de una forma prolongada en campo rival. Lamela es otra cosa. Es capaz de recibir al espacio y es tremendamente hábil una vez tiene la pelota cosida al pie en una recepción lateral. Además, su disparo es muy correcto y tiene gran habilidad para pisar zona de remate llegando a ocupar la zona débil. Ahora, lo que estamos viendo en el Tottenham hasta el momento quizá le exija otra cosa. El trío Capoue/Sandro, Dembélé, Paulinho le pedirá recepciones interiores por delante de la pelota, y ahí es donde Erik deberá demostrar que además de una lanza, también puede ser un cerebro. Veremos si Villas-Boas le libera de la responsabilidad -Eriksen como extremo izquierdo para juntarse con un Dembélé interior izquierdo-, aunque la sensación es que Lamela dará más goles que galones.
La Roma se movió rápido y se hizo con los servicios del talentoso Adem Ljajic..
El dominó que ha acabado con Lamela en Londres dejó una vacante en la capital de Italia, y la forma de rellenarlo por parte de Sabatini ha sido, a priori, brillante. Menos de la mitad le ha costado a la Roma el sustituto del argentino, y este ha sido uno de los mejores futbolistas de la Serie A en la segunda mitad de curso pasado. Adem Ljajic heredará el ‘8’ de Erik Lamela. Lo cierto es que fue en esa segunda mitad de la temporada pasada el momento en el que el serbio realmente explotó. Se hizo famoso por su pelea con Delio Rossi en el banquillo del Franchi, pero sus aspavientos, intermitencia en los partidos, y dejadez en algunas fases de los mismos, venía a confirmar lo que todo el mundo opinaba: su actitud no le iba a permitir evolucionar. Sin embargo, la templanza, mano izquierda, e inteligencia de Montella enderezaron su rumbo, que hizo de él un futbolista absolutamente decisivo en la Fiorentina 12/13. Podemos decir que Juan Guillermo Cuadrado y Adem Ljajic son las dos grandes obras, hasta el momento, del Montella entrenador.
El 3-5-2 con el que Montella comenzó su andadura en Florencia alejó a Ljajic del protagonismo. El hecho de que Gonzalo Rodríguez fuese el central medio de esa línea de tres, y el trío de centrocampistas Pizarro-Valero-Aquilani, significaba que el discurso tenía que girar alrededor de la posesión de balón, de avanzar juntos con pases cortos. Esto, obviamente, no representaba ningúnLjajic tuvo problemas para entrar en el 3-5-2 de la Fiore de Montella problema para Ljajic, pero debemos matizarlo en términos colectivos. La profundidad viola era únicamente exterior -Cuadrado y Pasqual- y el hecho de que Jovetic fuese uno de los dos puntas limitaba mucho la utilización de Ljajic. El montenegrino necesitaba estar constantemente en contacto con el cuero, sumando líneas de pase a la circulación y tirando una y otra vez movimientos de apoyo. Montella probó dos acompañantes. El primero de ellos fue Luca Toni. Por supuesto, la torre de Módena fijaba centrales y permitía a Jovetic jugar a sus anchas, pero la agresividad de movimientos hacia zona de remate era nula, a no ser que el equipo se posase en la frontal después de una posesión larga, y, al fin y al cabo, la forma de carga en ese caso era tras centro lateral. La segunda opción fue Ljajic-Jovetic en punta, algo que hacía de la productividad interior en asociación un recurso tremendo, pero ocurría que al equipo le faltaba incluso más agresividad, y por lo tanto, gol.
La solución ganadora de Montella fue un 4-3-3 con Jovetic como ‘9’ y Cuadrado y Ljajic en los extremos. Tomovic y Pasqual eran los que le daban altura a las bandas, y el equipo podía seguir combinando por dentro con un Jovetic muy suelto, porque la polifuncionalidad de los extremos lo permitía. Bien podían recibir por fuera y aprovechar su tremendo desborde, bien podían asociarse por dentro, o bien podían tirar rupturas hacia la zona del ‘9’, que Jovetic dejaba libre constantemente. Poniendo el partido del Inter en el Franchi como referencia del cambio -mes de febrero-, Ljajic hizo desde entonces 10 de sus 11 goles de la temporada, y Cuadrado 4 de sus 5. Ljajic explotó de forma brutal. Es a partir de ahí desde donde puede entenderse el impacto que puede tener su llegada a Roma. El extremo izquierdo del 4-3-3 de Rudi Garcia parece destinado para él. Con Totti como 9, su asociación con el capitán puede resultar arrolladora, teniendo en cuenta que Gervinho o Florenzi podrán sin problema, en el otro perfil, ser productivos desconectados del juego.
Ljajic parece encajar a la perfección en el 4-3-3 que dibuja Rudi Garcia.
A la pregunta de si la Roma ha acertado o no con el cambio, la sensación que transmite, por características de Ljajic, es que sí. El serbio participará más en la construcción que Lamela -su talento para recibir en posiciones interiores y abrir líneas de pase a los poseedores es tremenda- y este año la Roma forma un centro del campo con futbolistas capaces de entregársela en condiciones –De Rossi, Strootman, Pjanic-. La principal duda podría llegar en la resolución, en si el serbio podrá darle al equipo esa quincena de goles que Erik sí fue capaz de conseguir, y no debería andar lejos de poder hacerlo. Es decir, Ljajic mejora a Lamela en interpretación y constancia en el juego, pero además no tiene demasiado que envidiarle en agresividad ni definición. Él busca el gol, tanto en disparo lejano como en movimientos para habilitar pases interiores -Totti dándolos es un genio-, y lo importante en este sentido es que no se esconde nunca. Es más, no creo que tarde la imagen en la que Ljajic le pida a Totti o a Pjanic tirar un libre directo. La principal duda reside en si la madurez se ha asentado definitivamente, o si solo fue flor de seis meses bajo el hipnótico discurso de Montella. De encontrarnos con el primer caso, la Roma ha fichado a un crack en potencia.
@theAndres33 5 septiembre, 2013
Tengo mis dudas de que Lamela triunfe en Inglaterra, al ser una liga tan agresiva defensivamente va a tener muchos rivales encima y eso no le gusta, no le sienta bien, le limita. En Italia he visto sus mejores partidos cuando otro jugador -Totti- ejercía la atracción sobre sus rivales y así el crack argentino se quedaba más libre.
En cuanto a la Roma creo que sí han salido beneficiados a pesar de todo. El flanco derecho lo ocupará Gervinho y quizá esa sea una de las preocupaciones que tenga el conjunto capitalino esta temporada. Gerv no tiene gol, necesita que le pongan las cosas muy fáciles para marcar y ahí entra Ljajic el cual deberá ejercer atracción para liberar a su compañero, deberá aguantar un pelín más la pelota en los pies y veremos como evoluciona el chaval ante esto.