Hulk y Axel Witsel aterrizaron en San Petersburgo por deseo expreso de Luciano Spalletti, pero con varios matices. No es que el italiano sondeara el mercado, calibrara posibilidades y les señalara a ellos dos como sus elegidos, sino que lo que hizo fue vincular su continuidad en el club a la llegada de jugadores que pudiesen marcar las diferencias en Europa. Su Zenit estaba en proceso de conquistar el que sería su tercer título liguero en cinco años, confirmando así su dominio en Rusia, pero las últimas rondas de la Champions aún quedaban lejos. Ni se pisaban, ni se parecían poder pisar. Realmente, el de Spalletti era un buen conjunto que practicaba un fútbol muy asociativo, pero faltaba calidad para estar entre los mejores equipos del continente. Faltaba ese paso adelante que hace poco más de 365 días se tasó en 100 millones de euros, pero que de momento no ha tenido el resultado esperado.
Hulk y Witsel debían dar un salto de calidad inmediato.
Tras oficializarse ambos fichajes, el impacto mediático fue inmediato. Se podría discutir mucho el precio, valorar la idoneidad de los nombres o lo complicado de su adaptación a un país tan particular como Rusia, pero la mejoría deportiva que experimentó el Zenit aquel 3 de septiembre resultaba absolutamente innegable. El equipo de Luciano Spalletti acaba de hacerse de una tacada con los 57 goles y 36 asistencias que acumuló Hulk en sus dos últimas temporadas en el Porto y con la calidad física, asociativa y deslumbrante futuro de Axel Witsel, uno de los centrocampistas más modernos del planeta fútbol.
Sin embargo, los resultados, que hasta entonces eran buenos, pasaron a no serlo tanto. Pronto perderían el liderato de la Russian Premier League ante un CSKA de Moscú al que habían derrotado 1-3Los resultados del Zenit de Hulk y Witsel no eran buenos a comienzos del mes de agosto pero que, tras ese duelo, iniciaría una racha de 12 victorias en 13 partidos que le daría suficiente margen como para aguantar el posible empuje final de los de San Petersburgo, como así se produciría después. En Champions, pese a estar en un grupo teóricamente favorable, su actuación no fue mucho mejor. Superado en el duelo directo ante el Málaga de Pellegrini, su derrota en Bruselas frente al Anderlecht condenó sus opciones de clasificación. Es decir, que sin haber entrado aún en el 2013, la nueva versión del ambicioso proyecto del Zenit había perdido su dominio en Rusia y, además, había vuelto a estar muy lejos de acceder a la élite europea que ambicionaba en verano. La Europa League y la Copa Rusa, pese a eliminar al Liverpool y estar en semifinales respectivamente, no pondrían el toque dulce a una temporada amarga no sólo en lo estrictamente futbolístico, sino también en lo relacionado a lo que sucedía en el terreno de juego.
Por resumirlo mucho, nada salió bien en el vestuario del Zenit. El escalón económico en el que se situaron sus nuevas estrellas molestó al núcleo duro del vestuario, propiciando que Denisov y Kerzhakov tuvieran que entrenarse con el filial tras quejarse en público. Una cuestión ya peliaguda per se, pero especialmente problemática por la importancia de ambos futbolistas dentro del club. Uno era su canterano, capitán y emblema; el otro, su gran goleador en la última década. La situación se fue normalizando aún a sabiendas de que Igor Denisov se terminaría marchando del equipo, pero los enfrentamientos entre jugadores, técnicos y afición se irían sucediendo. El grupo no logró sanar como tal, así que el parón estival fue bien recibido.
El verano ha vuelto a ser un periodo de muchos cambios.
Después de la gran inversión del verano anterior, la dirección deportiva del Zenit volvió a su tónica habitual: refuerzos constantes a un precio considerable, pero nunca desproporcionado y siempre ajustado a lasA bajo coste, el Zenit se ha reforzado muy bien en verano necesidades del equipo. Por tanto, los esfuerzos se centraron en apuntalar una defensa que no había cumplido con Bruno Alves y, además, en hacerse con los servicios de un delantero menos reñido con el gol que Kerzhakov. Con esta última tarea no habría suerte, pero para la parte de atrás Spalletti cuenta con nuevos nombres. Al fichaje de Neto (6,5M), central que llegó en invierno y convenció en primavera, se le han unido los de Ansaldi (8M) y Smolnikov (6M) para los laterales. Dos futbolistas que conocen la RPL, con proyección y que pueden dar más variantes a un equipo que, ante la marcha de Denisov, ha visto como han regresado a casa Arshavin y Tymoshchuk, dos de los héroes que habían emigrado tras ganar la UEFA. Simbolismo al margen, el resultado final es una plantilla completa, bastante larga y muy compensada que tiene los mismos objetivos que hace un año, pero que ya ha caído una vez agotando así su margen. La temporada 13/14 debe ser mucho mejor.
Mejores sensaciones que resultados, que no son malos.
Y así lo está siendo. Pese a caer 3-0 ante el CSKA en la Supercopa rusa, el Zenit se ha rehecho con solvencia mostrándose muy sólido tanto en las rondas previas de la Champions League como en la RPL, donde sigue muy de cerca al equipo de Slutsky. Sea como fuere, la cosa va más allá de los resultados. Son sensaciones. Así lo constataba también David de la Peña en «This is Football» (45’35»), al decir que, para él, «el Zenit es mucho mejor que la temporada pasada».
Esta mejoría tiene dos grandes claves: lo bien que han encajado los fichajes y el espectacular nivel de Danny, que a base de buen juego y goles se ha erigido en el líder del equipo. Ahora sí, el 4-1-4-1 de Spalletti funciona. Vuelve a tener sentido. Tymoshchuk ejerce de sostén; Shirokov y Witsel se compenetran muy bien por delante; las alas quedan para el propio Danny y Arshavin; y en punta espera Kerzhakov, que a comienzo de curso rompió la racha de ocho meses sin marcar. La cuestión es: ¿y Hulk? Su lesión no le ha permitido entrar en la inercia del grupo, pero sus registros (13 goles y 11 asistencias en 35 partidos) están muy lejos de ser los que el Zenit firmó hace 380 días. El salto que pretendía y pretende dar el equipo ruso sólo es posible con Hulk en el once, pero antes debe responder él. Si lo hace, mucho ojo al Zenit. Llevamos un año esperándolos.
javi15195 18 septiembre, 2013
A mí Denisov siempre me ha parecido un buen futbolista, ¿no tiene nivel suficiente para jugar en una liga mayor?