Emery se ha propuesto transformar su equipo sin tocar al club. Las diferencias tácticas con respecto a los últimos años son mucho más que profundas, pero la intención es la misma de las buenas veces: jugar rápido, forzar situaciones de uno contra uno en campo rival y finalizar cada jugada. Ayer perdió y no estuvo bien si tiramos de rigor, como es lógico a estas alturas. La ventaja es para los proyectos continuistas. Como el de Diego Pablo Simeone.
Ayer Villa y Leo cumplieronCalibrar el impacto de su venta principal es y será imposible. Radamel Falcao no es mejorable en lo individual ni para el Atleti ni para un club que aunase el prestigio del Barcelona y la cartera del City; así que tocará remar en grupo para llegar a la misma orilla. Y dentro de esa nueva realidad, los fichajes de Leo Baptistao y David Villa tenían su sentido. Y tras lo visto en Sevilla, más aún. Son complementos coherentes con Diego Costa.
Con Rada todos los esfuerzos explosivos recaían en Diego Costa.
Diego Costa era el alma de este equipo hasta cuando Falcao estaba en la plantilla. Cierto que el colombiano era la seguridad grande; pero el brasileño fue la energía, la fe y la invitación a concentrarse. Siempre bajo la condición de sirviente. En cada segundo fue el vasallo de su compañero: caía a bandas porque el otro estaba en el centro, picaba al espacio porque el otro recibía en apoyo y corría en general porque el otro era muy lento. Lo hizo sin rechistar porque no le pesa y funcionó sobresaliente. Pero acabó tieso. Su versión galvánica no llegó a mayo.
Jugar de «9» con Leo Baptistao de 2º punta oxigenaría a Diego.
El mejor Costa es el que visita los costados. Se le da bien algo que no es fácil; caer por sorpresa con la frescura suficiente para encarar a un par y sacar rédito. Al Atleti, que no tiene extremos y, si le dan a elegir, juega a la contra, ésto le viene de maravilla. Costa es una fuente muy regular de pases de la muerte, y para convertirlos en gol hace falta un tipo que tenga eso que casi nadie tiene: el toque. Villa es dueño del mismo y ayer se le vio ágil. Muy ágil para ser agosto, ser Sevilla y ser el «7» del Barça 2012/13. Pudo marcar un par de veces y, sin grandes alardes, ilusionó. Nunca será el autónomo del Valencia, pero buscarle a Diego un socio que las clavase, tal y como está la economía, no era fácil. Ahora bien, el asturiano ocupa tanto terreno como Courtois o un poquito más, y para compensar eso Costa se deslomó. Ese ritmo no hay quien lo aguante.
Siendo previsores, con un cambio de rol en el minuto 70 se le puede ir aireando. Por ejemplo, podría pasar a ser el «9». Que las baje y juegue él, que sabe y puede, y que Leo Baptistao corra para sus piernas. Leo puede valer de Diego Costa para Diego Costa. En el Sánchez Pizjuán funcionó. Y, en general, suena todo muy lógico.
@SharkGutierrez 19 agosto, 2013
El Atlético es un equipo bastante hecho y era "normal" que hoy ofreciese una cara bastante continuista, con Diego Costa de escudero. Algo que siempre me llama la atención de Costa (en otras etapas, incluso en 2º) es su retención de balón. Segundos, para que cuando cae a bandas, le ofrezca metros a los laterales. Eso es algo que tiene muchísimo valor. per sé.
También tiene el valor de ser un recurso imprescindible para el juego directo. Baptistão podría hacer de Diego Costa, incluso para Villa. Si el delantero, ganase metros, ya sería demasié para el Cholo.
Por su parte, el Sevilla me trajo cierta decpeción (todo lo decepcionable que pueda ser la primera jornada de la Liga). Especialmente el tema de Rakitic. Como pívote al lado de Íborra (muy buen partido, por cierto), me chirría. No tiene suficiente sacrificio, ni retorno. Emery se ha encargado de introducirle ahí y me parece un error. Ayer se le vieron las carencias y el Sevilla se vio algo más expuesto, gracias al hueco de sus espaldas; mala cosa. Marin y Vítolo siempre eléctricos, participativos, pero algo negados. La defensa del Atlético está lo suficientemente trabajadas, como para no dejarles nada de espacio, ni de terreno para asociarse. Eso sí, la primera parte de Bacca, fue una auténtica bestialidad: apoyos constantes a la mediapunta y presencia siempre. Delante estaba Cuortois.
Sensaciones positivas también con Diego Perotti, el extremo que lo vi mucho más interior de lo que solía verle. Veremos como afronta la segunda jornada, pero hay cosas del equipo que mejorar sustancialmente. Molaría mucho el triángulo: Íborra-Cristóforo y Rakitic por delante o incluso, de interior.