Zinedine Zidane y el Olympique de Lyon son dos grandes recuerdos del fútbol francés en los últimos tiempos. Del primero ya se dijo casi todo; muy pocas opiniones no le incluirían en el olimpo de los genios. Por su parte, el Lyon también recogió merecidas alabanzas en la pasada década. Ganar siete ligas consecutivas habla a las claras del brutal dominio de un proyecto al que solo le faltó una final de Champions. Además de los títulos, el conjunto de Gerland es recordado por su fútbol veloz y atractivo. En Clement Grenier (7 de enero de 1991) confluyen estos dos importantes sucesos del balompié galo.
Conviene aclarar: Grenier no es Zidane. Ni tiene/tendrá su nivel ni comparten al 100% los comportamientos sobre el césped. Sin embargo, sí hay algo en Clement que nace del legado de Zizou: el gusto por jugar bien. La idea de intervenir siempre con austeridad y elegancia, sin más objetivo que añadirle calidad a cada ataque. Como Zinedine, Grenier es inteligencia. Con la pelota… y sin ella.
Clement Grenier es, ante todo, un futbolista con gran capacidad para jugar siempre fácil y bien
Para un mediapunta es fundamental saber colocarse en el campo. Estar listo para recibir el pase de un compañero a menudo distingue al “bueno” del “malo”. En esta faceta, Grenier es crack. El Lyon es un equipo de permanente salida por abajo –más tras la marcha de Lisandro– y necesita por tanto referencias en las que apoyarse. Grenier es una de las más sólidas. Como decíamos, su principal cualidad es la facilidad para recibir entre líneas en cualquier lugar o situación, por compleja que sea (Foto de la derecha). Normalmente un jugador se siente más seguro a la hora de esperar la bola en una zona determinada (ejemplo: Messi en la derecha); no es el caso del francés, que se mueve por todo el ancho del césped con idéntica soltura. Lo mismo interviene en el sector izquierdo (foto de abajo a la izquierda) que aparece en el lado derecho (foto de abajo a la derecha). Esto le convierte en un futbolista muy difícil de detectar para los adversarios y en un seguro de vida para los suyos. Malbranque o Gonalons (pivotes del Olympique) saben que no tienen que hacer demasiado para encontrarle. Incluso los centrales le buscan de manera directa en ocasiones (Foto). En esencia, Clement es eso: un elemento de constante aportación, toque o no la pelota.
A su talento, digamos, “espacial”, se une lo bien que se lleva con el cuero en contextos nada sencillos. Su control de balón es notable. Es de esos que deja muerto el esférico nada más rozarlo. A partir de ahí, Grenier es bastante imaginativo. Capaz de girarse sorprendentemente en espacios cortos (Foto), mantiene la virtud señalada en el párrafo anterior: lo hace en ambos perfiles (Foto). Además es muy bueno eligiendo la mejor opción; si hay que soltarla de primeras, no tiene problemas (Foto). En resumen, a su movilidad entre líneas se une una técnica más que suficiente y una agilidad muy interesante.
El juego y la habilidad entre líneas, la virtud más destacada del mediapunta del Olympique de Lyon
Aunque lo que de verdad gusta a Grenier es enganchar en tres cuartos, no debemos confundirnos: el futbolista es más que eso. Si bien no puede decirse que estemos ante un centrocampista de 90 pases por partido, su presencia en el círculo central no es un acontecimiento extraño. A Clement le mola participar. Atrás, su fútbol sigue siendo inteligente pero gana en agresividad. Al de Annonay le encanta ser vertical y directo pero sin caer en la precipitación. No es conservador en sus pases pero tampoco es un jugador acelerado. Si puede filtrar, filtra (Foto). Además, su pie responde con acierto a ese tipo de toques, en los que se muestra muy fiable (foto de la izquierda). Esa precisión y su movilidad horizontal le ayudan a encontrar huecos para sus envíos, muchos de ellos decisivos (Foto). Sin ser un pasador final, Grenier frecuenta los balones de gol (foto de abajo a la izquierda), así como numerosos cambios de orientación (foto de abajo a la derecha). En los dos sentidos porque, como ya ha quedado claro, nuestro protagonista flota por todas las esquinas sin que nadie le dé caza.
Uno de los aspectos más comentados en el arranque de temporada del Lyon es la sociedad Grenier-Gourcuff. El caso de Yoann es conocido por todos. El ex de Milan o Girondins nació con un lenguaje corporal clavadito al del gran Zidane, una promesa imposible de sostener y que terminó derivando en decepción general. El gran problema de Gourcuff no es de talento; él comprende el juego, sabe lo que se debe hacer. Su condena es no tener ritmo para ejecutar lo que desea. Para compensar esto, Remí Garde ha tomado dos decisiones muy atractivas: colocar a Yoann en banda (para que goce de más espacios y juegue de cara)… y tener a Grenier muy cerquita suya. El objetivo es simple: aprovechar la dinámica de Clement para que a Gourcuff nunca le falte una solución inmediata a su alrededor. Si Yoann retrocede unos metros, Grenier le crea una línea de pase por delante (Foto). Y si Gourcuff inicia la diagonal hacia dentro (lo más habitual), Clement puede bascular hacia el otro lado (Foto) o tirar una ruptura hacia fuera (Secuencia Completa). Hay que aclarar que el número siete del Lyon no es un futbolista de diagonales potentes hacia los costados. No las rechaza si la jugada se lo exige siempre que sean cortitas y no excesivamente explosivas. El objetivo suele ser liberar a un compañero.
Clement Grenier es parte importante del buen nivel de Gourcuff en este inicio de campaña del Lyon
Otras cualidades adornan el fútbol de este esperanzador jugador. Su relación con el gol puede ir creciendo con la experiencia. Sabe acompañar las acciones de banda y llegar por sorpresa desde atrás (Foto). A balón parado, la leyenda del club, Juninho Pernambucano, está muy presente en su estilo de golpeo. Sin alcanzar la irrepetible fiabilidad del brasileño, Grenier es un activo considerable. Cualquier falta es peligrosa en sus botas. Por último, aunque no es su virtud más destacada, disfruta de una conducción de cierta potencia (Foto). No marca diferencias pero le sirve para no desperdiciar lo que gana con su clase.
¿Y defensivamente? Podríamos definirle como “responsable”. Su posición en el campo, muy adelantada, le convierte en una pieza de menor relevancia. Tras la salida de Lisandro (uno de los arietes más agresivos de Europa en la presión), Garde ha modificado ligeramente su dibujo a la hora de cerrar. Ahora Grenier espera unos metritos más atrás y por consiguiente ha de mostrarse más activo. Ciertamente, no es un jugador relajado; no abandona al compañero y sabe ocupar espacios. Además entra muy fuerte en balones divididos (Foto), siendo esta su mayor capacidad defensiva. Nunca sobra, claro, pero es tema menor al lado de lo que explicará la trayectoria de este chico: su facilidad y fluidez para jugar. Para jugar bien.
Camilo 20 agosto, 2013
Excelente texto. Suscribo todo lo dicho. Un análisis profundo y preciso de lo que es Grenier y su relación con Gourcuff. Y además con las palabras precisas :). No tengo nada que añadir, porque aquí está todo dicho al respecto. Quizás destacar la capacidad goleadora que está adquiriendo llegando de segunda línea. Ya le ha marcado goles al Madrid, Grasshoppers y Niza en lo que llevamos de 2013-14.