Cada vez suena con más fuerza aquello de que un campeón, para serlo, ha de pasar un día difícil; un susto o un aviso de que se está compitiendo contra los mejores. Se cuenta con ello como punto de inflexión: empezar perdiendo, resistir a una inferioridad numérica, ganar en el descuento. La España sub-20 de Julen Lopetegui tuvo el suyo en los octavos, ante Mexico, con muchos minutos por debajo en el marcador y el gol de la victoria a momentos de entrar en la prórroga. Con la liberación de haber superado una situación complicada llegó Uruguay para dejarlo todo en palabras y no permitir que un segundo día de adversidad fuera de nuevo solventado.
La primera parte fue muy igualada. Terminó mejor España
España saltó al campo con el mismo once que debutó en el torneo ante Estados Unidos, con Suso de falso ariete, Uruguay estuvo mejor al iniciocon la intención de dar la fluidez que el propio jugador gaditano aportó en la segunda parte frente a los mexicanos. Lopetegui esperaba una Uruguay ordenada e intensa en su propio campo y paliar en cierta manera un tipo de pérdida que le arrebatara el control del partido. Todo lo que ocurrió en la primera parte fue entretenido. Uruguay estuvo más cómoda en los primeros 20’, forzando robo a poco que España intentaba elaborar en la izquierda.
Que Uruguay empezara a ocupar el campo rival no le vino del todo mal a los de Julen. Las conducciones de Laxalt y Nico López llevaban más trabajo que peligro. En la izquierda, Suso controlóEn relación a ello, Lopetegui se dio cuenta que las tres veces que España profundizó por banda encontró el área vacía. Ahí mató dos pájaros de un tiro situando a Suso de falso extremo zurdo y hasta el descanso España, sin brillar en exceso, controló el partido. El andaluz daba opción de pase a Óliver, cedía el extremo a Manquillo y el área para Jesé. Todo más equilibrado.
Uruguay tuvo en Giménez y Varela dos baluartes defensivos
Pero a España le estaba faltando desequilibrio, que es el siguiente paso a controlar un partido. La línea defensiva uruguaya estuvo muy solida frente a los extremos españoles, sobre todo Giménez y Varela. En la reanudación para acentuar aún más esa sensación de posesión estéril, los charrúas retrasaron las líneas con mayor descaro y cedieron el cuero a su rival. Julen dio entrada a Alcácer y posteriormente a Denis, abriendo a Óliver sobre la izquierda.
Uruguay resistió firme y llevó el asunto a la prórroga, donde un cabezazo del interminable Avenatti apeó a una España que ha completado un Mundial de medios caminos, sin la determinación necesaria de dos elementos tan autónomos como Jesé Rodríguez (de más a menos) y Gerard Deulofeu (apenas compareció) y sin la suficiente calidad en el puesto de 9 que diera una alternativa seria para lo dispuesto. Más cómoda en la transición, la buena mano de Lopetegui en su trabajo a pie de campo, consiguió tenúes momentos de control del balón y equilibrio colectivo pero sin crear ventajas reales en sus hombres fuertes.
rs42 7 julio, 2013
Deulofeu es el nuevo Diego Capel.