En el fondo siempre lo supieron. Él y sus técnicos. Lo intentaron por la admiración recíproca y porque tenían que hacerlo. Había mucha calidad; eran un dulce mutuo. Pero el paso del tiempo, que ordena datos y anula brillos, selló trabas y desveló la mala suerte. Ningún problema desapareció solo. Y surgieron algunos inesperados.
Thiago estuvo 5 años en el FlaThiago llegó a Barcelona en la 2005/06, con 14 años, tras estar, por ejemplo, 5 en la cantera del Flamengo, el club más popular de Brasil. Tenía sangre de campeón del mundo y era el gran talento de su casa. Con apenas 11 veranos concedía entrevistas en las que afirmaba que era «un volante, un centrocampista ofensivo que ayuda a la defensa» o que, ojo, «Brasil debe jugar en 4-4-2 porque con el 4-4-2 ha llegado a las finales en los últimos torneos» (por el debate por el 5-3-2 de Scolari previo al Mundial de Japón y Corea). Desde muy chico se sintió un futbolista de verdad.
Thiago creció rodeado de futbolistas profesionales. Era su mundo.
El FC Barcelona no cazaba al típico chaval tierno; sino a un profesional anticipado que quería dejar huella, a un futuro entrenador -lo será- que se analizaba a sí mismo y se emocionaba con razón. Su famosa frase del verano de 2011 le describía sinceramente. Por desgracia, Thiago sí fijaría una fecha límite. El Barça corría una contrarreloj.
Él conoce sus peores fallosY no sin obstáculos. El primero, que el jugador tenía y tiene vicios anti-Barça. Los conoce, él mismo los denuncia a menudo, pero, en el fondo, los relativiza, porque suele decidir y ganar aun con ellos. Su fisionomía es perfecta, convive con la mejor generación de centrocampistas jamás reunida en un país y no hay ni uno solo que tenga un cuerpo comparable al suyo para la práctica del fútbol –quizá Muniain-. Y en lo técnico… Además, tiene vista de águila, ve todos los huecos habidos y por haber. ¿Cómo dar valor al tic de acercarse demasiado al balón, si además renunciar a ello le molesta? ¿y por qué eso de moverse cuando para la pelota en el círculo central, si a él le gusta mirarla? ¿en serio eran fallos graves?
El tema es que acercarse a la pelota, en el juego culé, empequeñece los triángulos y facilita la presión al contrario. Ralentiza, frena, detiene la circulación. Y contemplarse como un cisne cuando controla la bola le hace perder demasiadas en una zona prohibida para ello, restándole autoestima y competitividad al equipo.
En la cantera nunca le penalizó su estilo porque era muy superior. En el Barça Atletic, contra hombres, demostró lo mismo. Que pregunten por Jaén. Y en la élite sucedió algo igual lo suficiente como para que él piense que es real, y que en las veces en las que no le fue tan bien fue por causas externas. Falta de continuidad, de peso en el juego u otra cosa. Necesita que le dejen sin excusa ante el fallo, que la verdad más irrebatible le convenza de que sus fallos importan. Entonces explotará.
Xavi, Iniesta y Cesc, entre otros, estuvieron por delante de él.
No era posible darle el timónEl otro gran obstáculo obstaculizaba al primero, valga la redundancia. Era la surrealista rotación azulgrana: Xavi, Iniesta, Cesc, Keita y Thiago para dos plazas en el centro del campo. Es decir, a quien necesitaba minutos, continuidad y jerarquía al final siempre iba a faltarle algo, sirviéndole así la excusa fatal. Además, Thiago entraba en un equipo supercampeón -y por lo tanto fan radical de sí mismo- que promovía unas formas más horizontales que sus soñadas; y, encima, era preso del sistema de Messi. O sea, él no era el liberado del juego de posición. Thiago, que siempre declara su afán creativo y su amor por hacer lo que le nazca en el campo, debía ejecutar puntual y milimétrica, una vez tras otra, los mismos movimientos. Guardiola tenía un papelón con su joven genio.
Aquella pretemporada de la 2011/12 fue su momento. Tuvo muchos minutos y la bisoñez de los amistosos resultó el marco ideal para que la partiese a lo bruto. Con tiempo para decidir y ejecutar, la pelota no la perdía, y con espacios para aparecer lució, quizás, lo mejor que ha demostrado como profesional: su impresionante capacidad resolutiva cerca del área contraria. Tanta técnica, tanta visión y tanta pegada le esgrimían como un titán, como el Djalminha que Djalma nunca fue; al tiempo que nos hacía preguntarnos por qué más atrás era tan lento un tipo que más arriba podía jugar tan rápido. En la Supercopa contra el Real bajó el nivel, en el debut liguero ante el Villarreal siguió fascinando y, a medida que los partidos se encrudecieron, se fue disipando poco a poco, pero sin perderle la cara a la campaña.
En octubre de 2011 Pep le encontró un rol nuevo que ilusionó.
Mientras tanto, Guardiola buscaba soluciones. A Thiago y al resto en general, porque el equipo no tiraba del todo y Pep no se resigna nunca. Y en la jornada 7 vimos algo que hizo saltar las alarmas. 2 de octubre de 2011, estadio El Molinón, Sporting-Barça. Causaron baja Iniesta y Cesc y el centro del campo del Barça estuvo formado por Busquets, Xavi y Alcántara. Desde el primer instante sorprendió que Thiago jugaba prácticamente pegado a la cal, tan abierto como un extremo, pero a la altura de un centrocampista. Pep conseguía así que el chico recibiese constantemente con espacio y tiempo, y para él, gracias a su enorme rango de pase y su eficiente desborde, alejarse del medio no implicaba alejarse del juego. Estaba conectado, sus contras fueron invisibles y los virtudes marcaron diferencias. Había algo, estaba claro. Pero, por lo que sea -Iniesta y Cesc, se supone-, no fue a mayores.
Con Tito Vilanova su crecimiento se estancó de forma muy clara.
Quizás se ha asumido demasiado pronto que Thiago es un interior de posesión. Sus dotes organizativas nunca han brillado, aun influyendo atrás su fútbol tuvo un sentido más agresivo que intelectual, porque el jugador es así. Hasta hoy, reduciéndonos a los hechos, lo cierto es que ha destacado más cuando sus técnicos le han dado pie a atacar sin responsabilidades extras que cuando se le asignaron tareas de gestión. Puede que no necesite recibir el balón el primero. Quizás le baste con ser el que más lo reciba. Aunque no sea en la zona de Xavi.
Su último año no fue positivoEn cualquier caso, Guardiola dejó en herencia una obra inacabada. Bastante inacabada, de hecho. Aunque en un camino interesante. Con Tito Vilanova el tema fue diferente. Se pueden encontrar mil explicaciones a la 2012/13 de Thiago, y todas tienen base y están más que justificadas, pero, de nuevo volviendo a lo objetivo, lo que queda es que su año no ha sido bueno. Ni en términos de juego y ni en términos de evolución. Incluso en el famoso torneo Sub 21 de Israel, en el que salió elegido MVP tras su hat-trick en la Final, su rendimiento fue bajo en relación al de sus compañeros. Había un cortocircuito en la carrera de Alcántara que el chico ha resuelto abandonando Barcelona. Seguramente, no sin dolor.
Guardiola remontará el reto de Thiago justo donde lo dejó.
Pep sabe lo que se ha llevado a Múnich. Alcántara hace dos años era el Neymar de los centrocampistas, y su cuerpo es el mismo, así como su dominio del balón. También suma un fallo en su hoja de intentos, y eso le dará a Guardiola un margen de negociación interesante. Pero, de raíz, no borra su presente. No es tan buen futbolista como debería y tiene que trabajar para solucionarlo. El tiempo dirá si el Bayern Múnich de Schweinsteiger, Javi Martínez, Luiz Gustavo, Höjbjerg, Can, Kroos, Ribéry, Götze, Müller, Robben y Shaqiri es el lugar ideal para él. Si se encuentra y explota, que tiemblen los demás. O sea, el Borussia, la Juve, el PSG, el United, el Madrid… y el Barcelona. El club que, para tener opciones de disfrutarle, debía renunciar a cosas que daban mucho vértigo. El club en el que Thiago no logró destrozar la puerta del todo. Porque no hay que olvidar que el Camp Nou le amaba y minutos tuvo. Muchos más de los que bastaron a muchos para no dejar dudas.
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Referencias
En un momento dado
Miguel Angel Molina 16 julio, 2013
Abel, estupendo!!! Gracias.
Que un entrenador no lo desarrolle, es falla tanto del entrenador como del jugador. Pero en este caso se ha comentado ya bastante por Ecos que Vilanova, al menos desde que volvió de su proceso médico, no ha avanzado con el desarrollo del equipo.
Acaso el proceso de experimentación y desarrollo que se vivió entre Agosto 2012 y Enero 2013 fue tan intenso y completo que simplemente dejó fuera a Thiago, a pesar de sus cualidades? Es decir, no se podían trabajar ambos objetivos a la vez: equipo + prodigio con defectos.
Gracias y saludos!