La Real Sociedad recuperó sus constantes y se clasificó para la previa de la Liga de Campeones, poniendo así el broche de oro a una temporada grande. Fue contra el Deportivo de la Coruña, que en cualquier momento pudo marcar gol, aunque siempre estuvo expuesto a uno de Griezmann al contragolpe. Los ajustes de Fernando Vázquez y el aliento de un Riazor entregado, creyente y emocionante dieron paso a las diferentes etapas de una noche dividida en tres muy diferentes: la del buen Dépor, la del Dépor roto y la del kamikaze final.
Los gallegos iniciaron el día fatal jugando como cuando recuperaron puntos en la tabla para llegar vivos al último instante. Es decir, saliendo y juntándose gracias a Domínguez -excelsos 15 minutos inaugurales- y Valerón y acelerando arriba con Gama, Riki y Pizzi. El trío ofensivo demostró tener clase para producir incluso en ataque posicional y contra una defensa magnífica, y, desde la profundidad ganada, Manuel Pablo, Silvio, Juan Do y Abel controlaban más o menos las salidas de los de Montanier. Es cierto que Aranzubia no estaba protegido por una barrera de hormigón, pero el Dépor exhibía tanta ilusión y energía que mantenía el balón lejos de su portero. Hasta que cometió el lógico error defensivo contra quien está jugando mejor de como jugaba Kovacevic.
El joven Iñigo Martínez volvió a ser un muro grueso e insuperable.
Montanier fijó a 6 metidos atrásLa súper jugada de Agirretxe, coronada por el oportuno tanto de Griezmann, cambió el choque. El Dépor siguió igual, pero mucho peor porque tenía más prisa y menos confianza, y ahí Iñigo Martínez suele tener momentos en los que recuerda a Thiago Silva aunque no lo sea. Alucina la firmeza con la que el chaval administra esos asedios precipitados. Es que ni se inmuta. Sigue con la tranquilidad justa, ajusta y ajusticia. Cierto es que le escoltaron, porque Montanier ató cerca de él hasta a Martínez -que hasta el 0-1 era Carlos Alberto– y De la Bella, de tal modo que la Real siempre juntase un mínimo de seis postes entre el balón y Bravo.
Con el 0-1 Xabi Prieto encontró espacios y mató al Deportivo.
Y de la misma manera que Montanier detuvo a seis hombres entre su esperanza y su corazón, Fernando Vázquez no dejó a nadie. Es difícil saber si falló o acertó. O sea, sin duda se expuso sobremanera, pero, ¿podemos concluir que fue un error cuando ni siquiera apostándolo todo tuvo recursos ofensivos para anotar un gol? Los técnicos toman decisiones en base a una información privada que solo ellos poseen. En la práctica, Xabi Prieto comenzó a recibir desde Illarramendi y a Aranzubia le llegaron por todos lados, por Griezmann o Vela, y siempre por Agirretxe. Cualquiera crea peligro a la contra, pero pocos la tienen tan medida como la Real. La Real corriendo dibuja (muertes seguras).
El último tramo fue el zafarrancho en el rancho. Quizás Montanier se equivocó quitando a Vela para meter a Zurutuza, porque alejó a Xabi Prieto de la zona caliente y el Dépor ganó fe. Luego quiso remediarlo con Castro, pero le costó a Illarramendi. Se quedaron mal los realistas. Vázquez, desesperado, puso a Valerón de mediocentro puro y mandó arriba al mundo entero. Fueron las últimas gotas de juego de un genio sin paragón ni fotografía en nuestra memoria en la que no vista de blanquiazul. Hizo bien encontrando a Salomao en la banda, porque regateaba a Carlos Martínez y metía centros que Bravo no controlaba; y algo parecido pasaba con Pizzi en la derecha. El 1-1 fue una opción constante. El 2-1 siempre fue imposible. El Dépor no pudo quedarse en Primera División. La Real Sociedad se clasificó para la Previa de la Liga de Campeones. Aquí estaremos ilusionados para vivir su historia.
@DavidLeonRon 2 junio, 2013
No pude atender demasiado a este partido porque estaba con el Sevilla-Valencia, pero lo tenía de fondo y cada vez que echaba un vistazo veía a la Real saliendo fácil con olor a gol.
La apuesta del Deportivo fue loca pero tenía que serlo, es que había que marcar e hicieron méritos para lograrlo. No pudo ser.
Mucha pena por quedarnos sin el Depor… otra vez=/