La historia del Manchester City en sus últimos 32 años es complicada. Compartir ciudad con la todopoderosa creación de un Sir, ya de por sí, no es fácil. Incluso antes de la llegada del mito escocés al bando rojo, el City había comenzado una constante expiación a través de la figura de sus entrenadores. Tras la salida de Joe Mercer, con el que consiguieron Liga, Copa de la Liga y FA Cup en apenas dos temporadas, el club comenzó a respirar más fuerte y a acelerar el pulso en sus decisiones, agotando el crédito con gran facilidad y llegando a tener 27 managers en 27 temporadas. Tras más de 120 años de preparadores británicos, Sven Goran Eriksson se convertía, en 2007, en el primer míster foráneo de la historia del club.
La posterior llegada de Mansour bin Zayed Al-Nahyan, y la nueva manera de entender los tiempos actuales, han ido transformando al Manchester City hasta el día de hoy. Tras el efímero paso de Mark Hughes por el banquillo citizen, la directiva, encabezada por el jeque, decidió encargar uno de los proyectos más ambiciosos del fútbol europeo a Roberto Mancini, notable exjugador y con experiencia como jefe del Inter de Milan. Cuatro años de andadura que generan mucho debate e ideas que tratar y que, en resumen, dan con la destitución del técnico italiano a las pocas horas de caer derrotado en la final de la FA Cup ante el Wigan Athletic. Fuese el desencadenante de ello o una decisión meditada tiempo atrás (los rumores eran cada vez más insistentes), Ferrán Soriano y Txiki Begiristain, actuales dirigentes deportivos de la entidad, tenían otro plan para el futuro skyblue: Manuel Pellegrini.
Pellegrini es la gran apuesta de la directiva. Un modelo nuevo.
La decisión de contratar al chileno articula un rumbo diferente. Seguramente las intenciones de este renovado Manchester City se vayan drenando en vertical. Primero fue Soriano, después fue Txiki, ahora es Pellegrini, con el que llegará una tipología de futbolista y sistema bastante concretos, con la intención de repercutir en las categorías inferiores. Un nuevo modelo de club que sólo el tiempo y la paciencia (que viene a ser lo mismo) nos dirán si lo es hasta nueva orden o de manera más indefinida. La apuesta parece clara; el mensaje, también. Manuel ha mezclado atractivo y efectividad en su última etapa en Málaga. Ha ganado poso y experiencia, y su estilo parece encajar con el perfil buscado, pero el City no es cualquier cosa. Exige más, mucho más. Veamos qué puede ser Manuel Pellegrini en la Premier League.
Una de las carencias del ingeniero, comprobada en su etapa en el Real Madrid, es su capacidad comunicativa. Seguramente sea el aspecto menos importante de los aspecto importantes, pero no deja dejar de ser lo suficientemente relevante para valorarlo en un análisis global. El City no es el club blanco, el Milan, el Barça o el Bayern, pero quiere parecerse a ellos. El aficionado es cada vez más activo y se involucra de diferentes formas, cada minuto y todos los días. El fútbol se expresa a todas horas y el manager tiene como responsabilidad medir tiempos, mandar mensajes y construir una coraza ante las expectativas que el equipo vaya generando o ante los momentos de incertidumbre. Idioma ajeno y sus pocas palabras suenan más a hándicap que a ventaja, teniendo en cuenta que la afición se ha mostrado molesta con la destitución de Mancini.
De lo que queda menos dudas es de su capacidad formativa e integradora de un grupo de futbolistas en torno a una idea, a una unidad. Amén de tener un olfato extraordinario para acometer fichajesSiempre ha demostrado ser capaz de formar e integrar futbolistas acorde a las necesidades, es uno de los técnicos más sensibles conformando equipos de fútbol. El caso es que el vestuario del Manchester City es complejo, y difícil es equilibrar las funciones de cada futbolista a favor del conjunto. Motivar, convencer, captar atenciones de las figuras nunca es tarea fácil en un club grande. Donde sí tiene margen y posibilidad de mejora el conjunto skyblue es en su carácter competitivo. En una reciente entrevista para El País, Pellegrini comentaba que uno de sus grandes triunfos en el Málaga es «haber desarrollado una mentalidad propia para luchar contra los mejores en los momentos más trascendentes». Un punto débil de su nuevo equipo al que el chileno intentará dotar de ambición y grandeza a través de su parecer futbolístico.
Hacer un equipo, competir en Europa y convencer a la gente.
Y futbolísticamente el reto es apasionante, del que surge el primer y gran argumento de su desembarco en las islas: el ritmo. En Inglaterra el ritmo es superior a cualquier otra liga. El número de ataquesEn la competición de la velocidad, Pellegrini marcará otro ritmo de cada equipo es alto (por eso son los inventores, como también del tenis), cruzando el balón la divisoria con frecuencia. Es cultura. Pero ya no todo es tan drástico y el Manchester City, hasta el día de hoy, no es de los equipos británicos de mayor ritmo (al menos en el promedio). Los centrocampistas rinden más culto al equilibrio que al desplazamiento y siempre controlan la pelota antes de enviarla; sin demasiada agilidad. Silva o Agüero agitan pero más a través de pequeñas conducciones que de continúas asociaciones; y no por falta de capacidad. Los equipos de Pellegrini amasan sin excesos, pero consumen más tiempo en cada ataque de lo que se suele ver por norma general en la Premier. Para un equipo aspirante al campeonato, no parece ni mucho menos contraproducente al tener que llevar el peso de los partidos, pero el matiz siempre radicará en la velocidad con la pelota, algo que al City le viene costando. En ese sentido, los picos de brillantez pellegrinianos son una garantía.
Conceptualmente las mejores creaciones del chileno se han enfocado en cargar juego en las bandas, incluyendo la salida desde atrás, y equilibrar por el centro; con delanteros móviles que se sumen al lado del balón y equilibren los movimientos de los hombres fuertes del sistema: mediapuntas y laterales. Los centrocampistas y volantes han sido, en general, de carácter más “estoico” (Senna, Tacchinardi, Josico, Somoza, Eguren; Toulalan, Camacho, Iturra) y los jugadores más talentosos y profundos para definir la idea (Riquelme, Cani, Cazorla, Isco, Joaquín; Sorín, Venta, Capdevila, Monreal, Gámez entre otros). En la delantera mezcla la movilidad con perfiles más específicos (Forlán, Rossi, Nihat, Saviola, Joaquín; Baptista, Santa Cruz, Guille Franco).
El City comparte algo de todo esto. Sus centrocampistas son sólidos y sacrificados (Barry, Javi García, Rodwell) y no tiene hombres específicos de banda. Sus mediapuntas se mueven con libertad, como las damas, y por fuera, los laterales son torres que compensan o que intentan compensar el movimiento. Pero no comparte todo. El perfil técnico y jerárquico de la actual plantilla, a falta de refuerzos, requiere algo más creativo de sus laterales (Kolarov, Zabaleta, Clichy) y algo más ascendente a sus centrocampistas. Pellegrini ha tenido a Senna o Toulalan (pónganse de pie al leer estos dos nombres) y en las bandas ha tenido hombres de mucha personalidad y agresividad (Capdevila, Sorín, Monreal), a los que seguramente Manuel dotó con su mano de brillante armador. Los citizens tienen margen y vuelo para crecer, ya sea por el talento de su entrenador o por la tinta del jeque. Aquí entran en juego Jesús Navas y Fernandinho.
Jesús Navas y Fernandinho han sido los primeros en llegar con Pellegrini.
A priori, el sevillano y Pellegrini no suenan como sociedad idílica. Pero por carácter -Jesús está cómodo subordinándose-, sacrificio y utilidad, Navas parece un buen movimiento para una plantilla amplia que pretende ganar todas las competiciones y que tendrá retos tácticos que Navas puede solventar, sea desde el minuto cero o desde el 70. Tras la marcha de Adam Johnson, le falta al Etihad un perfil más directo que garantice profundidad desde un movimiento más simple. El menudo extremo español es una garantía en el uno contra uno y en la exigencia continua a su par rival. Tiene fuelle y retorno. Es un fichaje que no tiene peros.
Más debate puede tener el de Fernandinho. La accesibilidad del City hacia los grandes centrocampistas de Europa -o al de los centrales- no es fácil. No hay abundancia y los que hay están en gigantes que pagan igual y su historia romántica pone el plus. El ex del Shakthar merecía el salto y la oportunidad, y el Manchester City necesita ventilar toda esa zona. Un brasileño en las islas es una combinación muy poco usual y que seguramente necesite de adaptación. En lo estrictamente futbolístico, Fernandinho es realmente completo, con enorme tino táctico, y un gran equilibrio entre toque y sostén. La mano del chileno ha de cincelar bien su desembarco, así como la complementariedad con sus compañeros de posición, mencionados anteriormente. No se descarta incluso otro movimiento en todo este asunto.
Yaya Touré es la gran clave del talento del chileno.
Los termómetros balompédicos del chileno seguramente sean dos. El primero, creo que el más importante, es Yaya Touré. El costamarfileño sigue siendo el joker de la baraja Premier, peroLa incógnita de Manuel Pellegrini será la posición de Yaya Touré ¿dónde hubiera jugado Yaya Touré en los equipos de Pellegrini? El último año del Málaga, sacudido por los problemas económicos, se vio sorprendido por un volantazo estílistico y competitivo del ingeniero. Es decir, Pellegrini no es inmovilista, pero Touré sigue siendo un elemento tan determinante como complejo a la hora de darle una función en el sistema del técnico sudamericano. ¿Touré como centrocampista puro? A Yaya no le va mucho. ¿Mediapunta en 4-2-3-1? Tampoco parece encajar en el sistema Pelle a sabiendas que si bien el centro suele quedar liberado cuando el equipo sale por fuera, suele ser el delantero el que se descuelga para servir de pivote al mediapunta. Pero es Yaya Touré. Manuel tendrá que adaptarse (¿dónde Yaya en su 4-4-2?).
El segundo es la mayor ilusión que puede generar: que Pellegrini consiga de David Silva y Sergio Agüero lo que deberían ser. Todos los días y el día importante. Se dé o no la llegada de otro mediapunta y un nuevo delantero, ambos son futbolistas que encajan como un guante en las ideas de su nuevo míster. Talento, libertad, interpretación y arsenal técnico. Veremos que es capaz de sacar de Nasri, nombre controvertido pero que no queda ni mucho menos ajeno a su librillo. Todo esto y más cosas puede ser Manuel Pellegrini ante un reto ilusionante pero con sus trampas. Hay que esperar. La exigencia es pelearle todo a los red devils, Mourinho, Guardiola, Real Madrid y Barcelona. Mucha tela.
SharkGutierrez 18 junio, 2013
La respuesta a la pregunta sobre Yaya Touré, plantea un escenario atípico para Pellegrini. Para mí, Yayá cabe de interior con vuelo. Creo que esa figura con un Fernandinho y escudero detrás del brasileño, le puede venir bien. Además, sitúar a Silva (creo que con Pellegrini volverá a su nivel) en el vértice del rombo, es garantía de que Touré se sume, a la par que apoye jugadas más defensivas. Alinear al costamarfileño, puede llegar a tener un coste bastante alto en repliegue (nunca en posicional, sino corriendo para atrás).
Pienso que es de obligado cumplimiento esto para Pellegrini, además de tener mando de partido, dominar esa transición hacia atrás. Personalmente, Navas me parece más un recurso que un discurso. El sevillano abre el campo. Es correr más riesgos en un costado, si el lateral derecho le pica (bien por dentro o bien por fuera) en ataques posicionales al que le tenga que meter rítmo al partido. Es un matiz importante contar con un jugador así. Nasri, Tévez y Navas como plan, B, tan poco suena demasiado mal.
Dicho esto, lo más difícil de resolver me parece que es la delantera. Porque como bien índica Arroyo, mezcla perfiles de movilidad y remate. En este sentido, Dzeko en teoría, es favorito para el puesto; Kun y Tévez según debilidades rívales. Por cierto, el City también tiene a Sinclair, lo cuál con Navas y un Dzeko rematador, también apetecería verlo muchísimo. La otra duda que tengo es el lateral derecho; porque si bien Zabaleta es un perfil completo (8/10), el City deberá necesitar uno de mayor profundidad para alternarlos. En la izquierda tiene dos jugadores que aportan esa profundidad, pero en la derecha (además de Pablo) está el papel (residual o no) de Micah Richards.
Muchas dudas y ganas de que Pellegrini nos vaya resolviendo incógnitas a partir de Agosto.