Jese Rodríguez y Gerard Deulofeu son dos portentos. Brillantes exponentes ambos de la España moderna, esa que alimenta críos capaces de saltar, correr y chutar con la energía de los privilegiados. Nacidos al calor de la figura más representativa de los nuevos tiempos, el futuro debería ser brillante para ellos. Debería. La realidad puede ser muy distinta. Canario y catalán, quizás las apariciones más potentes de La Fábrica y La Masía en el último lustro, irán encontrando piedras en el camino.
Comencemos por el punto que debe unir sus carreras: la Selección. El estado de nuestro fútbol roza la excelencia. La victoria en el Europeo sub-21 o la exhibición de la absoluta ante Uruguay han sido las últimas muestras. España es el paraíso del toque, algo que puede entrar en conflicto con dos regateadores agresivos, propensos a las aventuras individuales. El país se acostumbró a una cosa y quien se sale es sospechoso. Jesús Navas es el mejor ejemplo: ha sido clave en el ciclo de Del Bosque, pero su salida al terreno de juego sigue generando resquemor. Una pieza desequilibrante es bienvenida en el modelo (Tello, el propio Navas, etc) pero dos supone modificarlo. ¿Tienen futuro juntos Deulofeu y Jesé?
Regateadores así son sospechosos en el estilo español
El Barcelona ha comprado a Neymar con dos objetivos: por un lado, ayudar a Messi en su caminar diario. Por otro, para probar suerte, a ver si el brasileño resulta ser el heredero del trono que dejará el argentino. Leo y Neymar deben ser peculiares en la pizarra, lo que condena al tercer acompañante a postrarse tácticamente. El rígido juego de posición del estilo Barça amenaza con ahogar el fútbol de un Deulofeu cuyo espejo es CR7 y no “Navas”. Gerard demandará campo para correr, libertad para moverse. El Barça, por ahora, solo le da pelotas limpias para que encare. ¿Podrá darle algo más algún día?
Abrir la puerta a la cantera ha sido el legado sordo más relevante de Mourinho. Sin hacer ruido, gente como Nacho ha sumado minutos, Carvajal ha regresado al Madrid y Morata puede haber roto a algo serio. No todo se hizo bien, cierto, pero para un chico del filial subir al primer equipo es más fácil hoy que hace tres años. Jesé jugará en el Bernabéu seguro y allí le esperará una comparación tan injusta como inevitable. Su tremendo parecido gestual con Cristiano roza la imitación y eso molesta. Tácticamente, el estilo blanco le espera con los brazos abiertos: no hay contraprestaciones. Sí habrá competencia y, como decimos, una masa social que no regalará nada a quien comparan con una leyenda desde la pubertad. Debe currárselo.
@SharkGutierrez 21 junio, 2013
Igual no te he entendido bien, David. Comentas que dos jugadores más parecidos con Cristiano Ronaldo, tanto en lo gestual, como en la gestión del espacio, pueden no romperla en sus clubes.
Es difícil determinar lo que pueden pasar con ambos, en escenarios tremendamente complicados. Pero, tengo la sensación que ambos- más tarde o más temprano-, apostarán por ellos como un recurso bastante habitual. La motivación en este caso, puede casi más que los futbolístico; los chávales pueden adaptarse un poco más y mejor a su situación. Algo necesario para sus carreras.