No es a un equipo al que pitan. Ni son un pueblo celoso ni albergan sentimientos amargos; tan solo protegen su historia. Hay mucho más de cinco Mundiales en la cultura brasileña. Existe un modo de hacer intrínseco a ellos, algo que les enorgullece tanto como la sala de trofeos. Presten atención a la siguiente anécdota: tras la pasada semifinal ante Uruguay, un periodista español se acercó a un hincha y le preguntó “¿por qué pitáis a España?”. La respuesta, sublime: “Brasil siempre produjo magia, improvisación, alegría. España juega demasiado organizada, demasiado burocrática. Es una máquina prevista”. Poco a poco nos vamos acercando al meollo de la cuestión. Por encima de la cantidad de triunfos, al sentir brasileño le molesta la manera de ganar de la Selección: fría pero virtuosa, arrogante y humilde al mismo tiempo. Con todo esto, podemos ir concluyendo: la España que saltara esta noche a Maracaná (¡!) contraviene al mito canarinho. Los Casillas, Xavi, Iniesta y compañía ganaron tanto como la Brasil de Pelé jugando con el aroma de los Zico, Sócrates… España busca el broche final en Tierra Santa, poco menos que una herejía. Este análisis no dejará de lado las variantes tácticas de un gran partido de fútbol, pero no podemos apartarnos de la fuerte carga simbólica del encuentro. Hay mucha gloria en juego.
La nación brasileña ve en el combinado español a un agresor de su riquísima y maravillosa historia
El balón será español, como viene pasando desde hace un lustro. Mejor o peor, los de Del Bosque siempre tienen la pelota y Brasil estará encantado con ello. La Confederaciones ha dejado claro que el principal problema del conjunto de Scolari se encuentra en el mecanismo de salida. La pentacampeona tarda un mundo en sacar la bola desde atrás; lo hace mal y lento. Parte de la España ha de presionar con más inteligencia que contra los italianosresponsabilidad de que esto sea así recae en la pareja de pivotes, Luiz Gustavo y Paulinho, cuya escasa de voluntad de jugar el esférico es, a la vez, orden directa de Felipao. Contra esto, España debe ser más inteligente de lo que fue contra Italia. Tras el partido, Del Bosque dejó una frase de maestro: “hemos seleccionado muy mal las presiones”. A priori, la Roja jugará con Xavi e Iniesta como interiores y esto hoy día conlleva un riesgo largamente comentado y debatido: tapan poco, roban menos y en general, venden en exceso a Busquets. Como Paulinho y Luiz Gustavo están muy lejos de la habilidad en el pase de Pirlo y De Rossi, la lógica dice que seguir siendo agresivos esta vez significará más robos en primera línea. En la mediapunta esperará un Óscar apagadísimo en esta Confederaciones. Eso sí, convendría no fiarse, pues nos dice la experiencia que a la espalda de los mencionados Iniesta y Xavi está recibiendo todo el mundo en los últimos tiempos. El mejor ejemplo es el de Thomas Müller, a menudo ahogado como enganche y decisivo entre líneas frente al trío culé en la pasada semifinal de Champions. Brasil no filtra pases rasos verticales y por eso Óscar no recibe y se pierde, pero tiene condiciones y puede –le podemos– despertar.
Como por el centro no iban a encontrar ideas, Brasil decidió agarrarse a las bandas. Allí son los mejores, lo saben y lo explotan. Aunque Dani Alves sigue metiéndose en sus líos habituales, Scolari logró que el “2” ofrezca una cara digna, como prueban las dos asistencias de gol en el torneo. Dani llega, es útil y produce, aunqueArbeloa, básico ante el talento imprevisible y singular de Neymar la esencia está en la izquierda, donde localizamos al dúo exterior más vibrante del fútbol mundial: Marcelo y Neymar, Neymar y Marcelo. No importa la fase del juego a la que atendamos, si ataque estático o contragolpe; nos la pueden liar en cualquiera. Al contraataque –se espera que sea la jugada más repetida de Brasil– el asunto es especialmente llamativo. España está concediendo recepciones entre líneas con mucha facilidad, algo de especial gravedad con Neymar pululando por ahí. El nuevo jugador del Barça es un fabuloso lanzador de contragolpes y los locales lo que quieren es justo eso; correr. Una vez más, el marcaje de la estrella rival recaerá en Álvaro Arbeloa. Si llega en buen estado físico (acabó mal ante Italia), el madridista es el ideal ante Neymar. Muy pocos laterales corrigen mejor en zonas centrales. Saliendo a buscar lejos al delantero Arbeloa es magnífico, su lectura es perfecta. Álvaro deberá ser valiente y seguirle, a veces rozando la marca personal, con el objetivo de ralentizar la acción. Y en ataque posicional, todo muy parecido. Brasil se apoya en Neymar de espaldas para que cree la primera ventaja de la jugada. El número “10” tira de físico “simiesco” y se anticipa en 4 de cada 5 disputas, de ahí la cantidad de faltas que fuerza. Arbeloa ha de luchar para bajar ese porcentaje. Neymar no puede girar.
Arbeloa deberá tomar decisiones ante Neymar. El brasileño te obliga a buscarle en todo momento
Pedirle todo esto a Arbeloa es más sencillo de hacer que de decir. Se confía en ello porque su hoja de servicio con la Selección es impresionante en estas lides pero… Neymar, por muchas cosas, es diferente. Hay algo en el ex santista que genera una electricidad perturbadora en todos los estratos del fútbol. El rival quiere atizarle, el hincha desea adorarle y todos, sin excepción, queremos verle sobre el campo. Arbeloa ya ha manifestado su respeto por él, consciente de que la figura de Neymar te expone de manera incómoda. A doce meses de abordar la cita de su vida con solo 22 años, Ney engrandece una final que le presentará en sociedad ante su nuevo país. Él más que nadie será hoy Brasil, el guardián del prestigio nacional.
Pero la banda izquierda de la verdeamarelha no es solo Neymar, no. Está Marcelo. Al lateral blanco le conocemos de sobra y su influencia en esta Brasil es máxima. Como con Neymar, el genio de Río de Janeiro es dañino en todas las fases del juego, lo que tiene miga al tratarse un carrilero. Brasil prefiere iniciar la ofensiva por su sector ya que tras Marcelo espera la citada pausa de Neymar, mientras que Hulk (extremo derecho) es un jugador más de resolución que de creación. Marcelo está ágil y de la primera presión sale como nadie. La gran referencia defensiva de España en ese sector es Pedro, aunque Navas tampoco escatima esfuerzos. Donde puede llegar el caos para los nuestros es en las situaciones de robo y transición rápida. Porque sí, en efecto, Marcelo es un activo brutal al contragolpe. Scolari le deja salir hasta donde quiera y el “6” monta unos pitotes tremendos. Aquí es imparable e indescifrable por una razón muy simple: se cuela por rendijas antinaturales, rendijas que más que del extremo que empezó persiguiéndole terminan siendo del interior de esa zona. Y el interior derecho de España es Xavi. En definitiva, Pedro parece el hombre más indicado para defender a Marcelo. Atacarle será otra cosa.
Marcelo buscando el desborde ante Xavi puede ser un problema para los de Vicente Del Bosque
El juego de España en esta Copa Confederaciones está siendo irregular. Al contrario que en la pasada Eurocopa, España se ve expuesta a numerosas ocasiones del rival, sin que su estructura global pueda hacer nada por evitarlo. No obstante, no todo ha sido negativo. Al contrario. La producción de ocasiones ha subido muchísimo. España ha anotado dos goles o más en cada encuentro de la primera fase F.Torres o Soldado, los candidatos al puesto de delantero centroy en semifinales el goteo de oportunidades fue muy superior a lo visto, por ejemplo, ante Portugal el año pasado. La Roja arriesga más. En esa actitud ha sido clave la formación “Xavi-Iniesta + extremo clásico + extremo asociativo + delantero centro”. Los nombres que mejor han funcionado han sido los de Cesc, Pedro y Soldado. Para la demarcación de 9, los principales candidatos son Torres y el propio Roberto Soldado. Fernando tiene mejores movimientos pero su nivel técnico transmite inseguridad. Como Brasil suele mandar a David Luiz al achique y deja atrás a Thiago Silva, el ariete pugnará más veces con el central del PSG. Para Torres, Thiago Silva es un infierno, pues muy pocos zagueros meten la pierna con más habilidad y astucia. Soldado se mueve peor, pero su ruptura vertical ya sorprendió al ex Fluminense en el PSG-Valencia de Champions League. Brasil no retrasará la línea defensiva de forma inmediata, así que Soldado tendrá espacios para sorprender. A favor de Fernando, su grandeza, muy superior a la de Soldado. Torres marca en finales y esta se juega en Maracaná. Cuesta entender cómo ha sucedido pero, salvo enorme sorpresa, el atacante madrileño volverá a proclamarse pichichi de otro torneo internacional. Como puntualización final, tener en cuenta la variante clásica del falso 9 que tan bien ejecuta Cesc Fábregas, recurso que, eso sí, no ha sido utilizado en ningún partido de esta Copa Confederaciones. Al estilo ligeramente más vertical y directo que está imponiendo la Selección parece caerle mejor un delantero puro que estire y la pida al hueco, si bien la libertad de Cesc puede confundir a la caótica zaga brasileña.
Los extremos son la otra gran incógnita del once español. El paupérrimo rendimiento de Silva ante Italia le saca de todas las quinielas, por lo que parece claro que Pedro, Cesc y Jesús Navas se repartirán dos puestos. Son tres futbolistas tan diferentes que es obligatorio acudir a las características de Brasil para decidir. En la banda izquierda, analizado está, se encuentra Marcelo, un prodigio del balón cuyo comportamiento en esta Confederaciones no corresponde al de un lateral. Marcelo sube y baja –o no– a su ritmo, llegando a desconectar incluso en defensas posicionales. Brasil envía a Luiz Gustavo a cerrar, algo que hace con notable acierto. Tras él espera David Luiz, cuyo sistema nervioso le impide estarse quieto y reflexionar. Lo positivo para Brasil es que el peculiar central abarca mucho terreno y llega a situaciones imposibles. Lo negativo, que viven al filo de la navaja, rozando la no competitividad. Como colofón, un Neymar convertido en currela sin balón y máximo infractor de faltas de la competición. ¿Y en la derecha? Un escenario parecido aunque no tan radical; Alves tiene menos peso en el juego que Marcelo y, llegue a tiempo o no, nunca rechaza una carrera hacia su portería. Y en ese perfil está Thiago Silva.
Desgranado el escenario global, toca mojarse: ¿Navas para martirizar a Marcelo de manera directa? El merengue juega con fantástica implicación pero Scolari no le ha preparado mentalmente para enfrentar a Jesús. Esta opción solo tiene dos pegas: una, que Cesc (de ser el otro elegido) perdería espacio para moverse, pues el de Los Palacios nunca libera su banda. La otra es que a Del Bosque le encanta Navas como revulsivo, un papel que al andaluz le sienta de maravilla. Con Cesc y Pedro tendríamos la mejor versión de Fábregas. El ex gunner ya ha hecho pública su felicidad con el modelo aplicado por el seleccionador español en esta copa. “Aquí puedo moverme sin parar, en el Barça todo es mucho más posicional”. Cesc es actividad permanente, superioridades numéricas que suenan muy bien ante Marcelo y David Luiz. Si Pedro se fija en la derecha, Cesc puede aprovechar el sobreesfuerzo de Luiz Gustavo para recibir en esas zonas. Y en la derecha lo mismo. Con la Roja, Cesc es un futbolista impresionante. Esta elección parece la más probable. Otra alternativa sería optar por los dos extremos naturales, Pedro y Navas (u otra pieza un poco menos exterior, como Mata). ¿Virtudes de estas parejas? Trabajo individual sobre las bandas brasileñas y espacios para Andrés Iniesta.
Pedro Rodríguez y Cesc Fábregas parten como favoritos para ocupar las dos plazas de extremos
Andrés Iniesta siempre fue un chico especial, no era uno más. Su facilidad para ejecutar el complejo juego del fútbol sorprendía a cada profesional que se topaba con el niño de Fuentealbilla. “Llegará a la Selección”, le dijeron con doce años. La decadencia del proyecto Ronaldinho ralentizó un éxito que podía ser aplazado pero nunca borrado. Tarde o temprano, Iniesta hallaría su espacio. Y lo halló, claro. Dos zapatazos inusuales hicieron eterno su fútbol de crema. A sus 29 años, Andrés juega con una madurez diferente y se nota. Sin la presencia de un Superman que minimice sus prodigios, Iniesta encuentra en España el entorno ideal para flotar. Con la camiseta nacional, el albaceteño rompe las barreras del presente para introducirse en el túnel del tiempo y compartir mesa con Zidane, Platini y compañía. La necesidad ha hecho que este sea su equipo. Xavi no aguanta el ritmo y con frecuencia se ve obligado a bajar a por la pelota para sacar al equipo del atolladero. Óscar, Paulinho y Luiz Gustavo serán expeditivos en la marca y Andrés deberá asustarlos con su baile. Si está inspirado, pónganse cómodos y disfruten de Andrés Iniesta en Maracaná.
Tanto de Iniesta como del resto de la Selección cabe esperar lo mejor esta noche. Esta generación es así, competitiva hasta el límite. Aunque nadie quiere poner excusas (los primeros, los propios futbolistas), el esfuerzo de la semifinal amenaza el rendimiento de los nuestros. Gente imprescindible como Arbeloa o Busquets han terminado mermadísimos en citas pasadas. Donde no llegue el cuerpo tendrá que hacerlo el corazón de unos profesionales que dignifican como pocos este invento que tanto nos gusta. Tras haberlo ganado todo, España celebró con la ilusión de un principiante el poder enfrentar a Brasil. “No hay reto más grande que este”, comenta Iniesta. “Es una final histórica para el fútbol” replica un Neymar que consideraría un “honor meterle un gol a Iker Casillas”. La previa ha sido excelente y los 22 concursantes saben dónde están. Que no te pille desprevenido. Brasil-España. Maracaná.
Mask 30 junio, 2013
Si Brasil como hizo Italia repliega con 9 hombres por detras de Busquets-Xavi no hay posibilidad salvo genialidad combinativa a alta velocidad [poco probable, salvo que Luiz la habilite] para hacer gol en ataque posicional. Y sin embargo cuando España incorpore a Alba y se queden 3 atras + Busquets (Xavi adelanta un poco su posicion) y Paulinho y L.Gustavo se la roben a Cesc, Iniesta o Xavi la situacion es un contragolpe con un desierto en el centro del campo para que Neymar (escapara de Arbeloa y con tanto terreno central para moverse no le cogera salvo que se marque algo como la que le hizo a Marquisio) y Oscar encaren en 2 contra 1 a Busquets.
Si Brasil repliega en campo propio y planta la defensa unos metros por delante del area grande, cerrando las bandas (Neymar y Hulk tapando el centro, no la banda) es casi imposible que España pueda penetrar por el centro, ya que ahi L.Gustavo y Paulinho la robaran seguro, y si no, falta. Y en cuanto la roben estaran en clara ventaja para contragolpear, y estos no son Italia ni Nigeria que perdonan demasiado.