Fue lo de siempre pero esta vez muy distinto. Lo de siempre porque España estará en la final, como en los últimos cuatro torneos. “El fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana España”. Y distinto porque, por primera vez, los nuestros no ataron casi todo lo que sucedía sobre el verde. En este largo camino ha habido grandes escollos, como corresponde a estos niveles: Cardozo y Robben nos quitaron años de vida en Sudáfrica y Portugal logró no encajar gol en la semifinal de la pasada Eurocopa. Sin embargo, en todos y cada uno de los partidos, la Roja impuso su voluntad ante un rival al que no le quedaba otra que amoldarse. Ayer no sucedió. España fue barrida sin matices durante 45 minutos. Eso sí, en el cómputo global el balance es diferente y ahí España no es injusta finalista. La verdad es que nunca puede serlo; es demasiado grande.
Del Bosque nunca lo reconocerá pero fue el miedo lo que motivó la decisión más talentosa de su carrera como técnico. Era 2010 y el Barcelona de Guardiola ya había dibujado horas de fútbol histórico. Lo había hecho principalmente con un triángulo en la medular formado por Busquets, Xavi e Iniesta al que se adhería ni más ni menos que Lionel Messi. Vicente siempre tuvo claro que Leo –al que admira sin reparos– no estaba entre los nuestros y que España no podría clonar el modelo Barça sin el jugador más resolutivo del siglo. Buscando una red seguridad aún más competitiva, alteró una medular cuya única carencia era la juventud de un Busi lejos de su impresionante nivel actual. Por ello fue machacado, incluso por aquellos que hoy defienden –defendemos– la necesidad imperiosa de ser lo más aburridos posible.
La España de la Copa Confederaciones no ejerce la tiranía sobre el partido vista en la Eurocopa
En efecto, España ya no puede ser España si no juega al desgaste. La fórmula «Xavi jefe de operaciones» es una cascada de problemas sin solución: por un lado, está el ritmo de juego que impone el de Terrassa.Xavi como jefazo de la posesión ya no es viable Xavi tarda en escapar de la presión del oponente y el cambio de ritmo solo es posible en pies de Iniesta. Los rivales lo saben y se muestran agresivos achicando. Prandelli volvió al dibujo de “cinco” defensas pero tirando muy arriba la línea, algo que iba a agradecer Fernando Torres. El Niño se movió bien aunque sus pies torpedeaban casi todo lo que intentaba. Pero el auténtico problema llega tras la pérdida de pelota. Con los extremos abiertos e Iniesta percutiendo, la responsabilidad de detener el contragolpe siempre termina recayendo en Xavi, una situación dramática en la que el cerebro catalán naufraga. El Xavisistema que colocaba cada pieza lista para el robo ya no existe; hay que afrontar duelos individuales y ahí Xavi los pierde todos. Y sin la posesión ocurre algo similar: su rol de interior le obliga a salir lejos a buscar a su par, no llega y a partir de ahí, el contrario filtra pase.
En base a esto, Italia nos iba a machacar durante la primera mitad. Con De Rossi y Pirlo, la Azzurra siempre tenía dos opciones con las que saltarse la nefasta presión española. A la espalda de Xavi e Iniesta,Alba fue masacrado por Maggio y el contexto una marea de italianos. El fuerte de los de Prandelli es este. Su sistema sitúa un porrón de futbolistas en zonas intermedias: Marchisio, Candreva y el lateral que pasa al ataque por sorpresa. Maggio, carrilero especialista en esta función, torturó sin piedad a Jordi Alba. El “3” culé es un jugador de poco talento posicional; todo lo que corrige es a base de piernas y duelos físicos. Como Italia llegaba en vuelo, la velocidad de Jordi era inútil, no bastaba. Para colmo, la posición externa de Silva no estaba liberándole espacio para subir. Cada primer plano del ex valencianista mostraba un rostro amargado. Del Bosque quiso ayudarle acercando al sufridor Pedro a su lado. De algo sirvió. España llegó al descanso con 0-0 gracias a su innata capacidad de resistencia y a un Iker que volvió a comparecer. Siempre ha estado. Desde 2008. El único que jamás se ausentó.
Por momentos, Italia superó a España como no hizo nadie en un torneo oficial desde la Euro 2008
La segunda mitad trajo un cliché del delbosquismo: el cambio de Silva. De los grandes magos españoles, el canario es el que Vicente nunca supo amar. No le entra en sus planes. Esto, unido a su pasión (lógica, merecida) por Jesús Navas, dio origen a una sustitución ya clásica que jamás decepciona. Navas es imparable y sus carreras hasta el fondo no las evita nadie. El de Los Palacios ayudó en todo momento, aunque los papeles heroicos recaerían en los de atrás: Gerard Piqué y Sergio Ramos. Superhombres, supermachos, tipos de otra pasta. Gritaron a Italia que el meneo inicial se había acabado, que ya no iban a dominar. Encima rondaron el gol. España volteó el partido, Iniesta la tocaba más a menudo y los nuestros eran más a los puntos, aunque Italia seguía asustando.
En la prórroga disfrutamos de otro momento histórico: la entrada de Javi Martínez para jugar de pivote goleador. El del Bayern salió a fijar centrales mientras molestaba a Pirlo, una cosa divertidísima. Javi tiene tres pulmones y si le pides que abarque espacios irracionales lo va a hacer. Decía nuestro compañero Adrián Cervera que esa labor podía haber recaído en Soldado. Tenía (más) sentido, desde luego, pero Del Bosque priorizó la marca a Pirlo antes que el remate del centro de Navas. No fue reprochable.
Gerard Piqué y Sergio Ramos forman una pareja de futbolistas puros, auténticos. Centrales de verdad
Y lo que son las cosas: a medida que pasaban los minutos crecía la figura de Xavi. Iniesta retrocedió su posición como viene siendo habitual en esta Confederaciones, intercambiando su ubicación con el propio Xavi. El físico del número “8” es muy peculiar; no gana un sprint o un choque pero tiene 14 kilómetros por partido en el cuerpo. En un tiempo extra tan matador como el sufrido en suelo brasileño, Xavi fue importante. En realidad puede seguir siéndolo. Del Bosque sabe cómo aprovechar su figura y tenemos los mimbres para protegerle. ¿Debemos tomar medidas contra Brasil? ¡Ay, Brasil! Domingo a las 00:00. Qué partido nos espera. No será el más importante de este ciclo pero seguro, seguro, será el más especial.
alfredomdc 28 junio, 2013
Partido agotador para ambos, física y psicológicamente. Mi enhorabuena por Italia, porque nadie había tomado la medida a España de esta manera, y demuestran que tienen una generación interesante por delante.
– ¿Llegará España en condiciones óptimas para competirle el título a Brasil en su feudo? Por suerte será en Río, y no tendremos las condiciones térmicas y de humedad que hemos tenido hoy, prácticamente sobre en el ecuador.
– ¿Podrá España subsanar el desgaste físico de ayer en base a posesiones largas contra Brasil (por tanto, dosificando fuerzas con posesión)?
Aparte del desgaste nuestro, los brasileños han descansado un día más. Pienso que este factor va a modificar la actitud de España en la final. Yo espero una España monótona y lenta, al menos al principio. Y también digo que, si bien Brasil debe ser respetada, pienso que no serán capaces de hacernos sufrir tanto como lo ha conseguido Italia. Eso y la presión de jugar en casa ante el rival que no querían (seamos serios: no quieren ni vernos por mucho que digan "que sería bonito"); ciertamente, cada vez pienso más que ser local en las finales es más un martirio que una bendición. Esperemos que siga cumpliéndose la regla.
En todo caso, partidazo. El primer Brasil-España oficial en 27 años, y encima en una final, en su campo… y en qué campo. Cuento las horas.